El Organismo Nacional de Sanidad Pesquera (Sanipes) del Ministerio de la Producción realiza monitoreos sanitarios en la Bahía de Sechura, donde el 80% de conchas de abanico de todo el país es sembrada, cultivada y procesada para luego ser exportada hacia principales destinos como la Unión Europea, Estados Unidos, China, Japón, Reino Unido, Australia, Brasil y Chile.
En este hábitat natural del océano Pacífico, el cultivo de conchas de abanico se ha convertido en la primera actividad económica en la provincia de Sechura, donde los pescadores, maricultores y estibadores reconocen a esta especie marina como una de las más importantes para el desarrollo.
La autoridad sanitaria en productos hidrobiológicos desarrolla este trabajo evaluador en 197 puntos identificados en 9 áreas de la Bahía de Sechura: Puerto Rico, Vichayo, Barrancos, Parachique, Las Delicias, Constante, Matacaballo, Chulliyachi y San Pedro 1.
La iniciativa involucra la participación de 240 asociaciones locales de productores de concha de abanico y 2 500 maricultores, que podrán seguir cosechando y exportando a diversos mercados del mundo.
En esa línea, Edgar Obando Coral, integrante del grupo de inspectores sanitarios marítimos que cumplen un rol fundamental durante la toma de muestras de conchas de abanico y agua de mar, para confirmar la clasificación tipo A en las 9 áreas donde se produce el preciado molusco que enriquece la gastronomía peruana.
El especialista resaltó que la labor de los fiscalizadores sanitarios fortalece las buenas prácticas acuícolas en la producción de este molusco. “Esperamos pronto tener los resultados de la revaluación sanitaria, están saliendo favorables, de confirmarse podremos mantener la clasificación tipo A, que quiere decir que las conchas de abanico se mantienen en buenas condiciones para seguir siendo comercializadas”, dijo.
Los estudios que se realizan permitirán identificar las fuentes de contaminación que impactan en las áreas de producción, determinar la dilución y dispersión de contaminantes que aún se vierten en esta zona, evaluar la condición sanitaria del agua de mar y la de los moluscos bivalvos vivos, y evaluar las corrientes marinas superficiales y de fondo.
Entre el 2015 al 2020, se extrajeron 17 millones de conchas de abanico equivalentes en producto comestible (tallo + coral), aproximadamente a 50 mil toneladas procedentes de 151 centros de cultivo habilitados sanitariamente.