El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la agencia de las Naciones Unidas para el desarrollo rural, ha publicado un informe sobre sus impactos logrados a lo largo del 2021 en las zonas más necesitadas del planeta.
Durante este periodo, el 49 % de los beneficiarios directos de los proyectos apoyados por el FIDA fueron mujeres, y el 22 %, jóvenes. “Sabemos que el empoderamiento económico de las mujeres es la clave de un mayor empoderamiento de las comunidades rurales en general, y que hay más de 600 millones de jóvenes que viven en las zonas rurales del planeta que necesitan nuestra ayuda”, dijo Gilbert F. Houngbo, presidente del organismo.
Las inversiones del FIDA en estos sectores de población contribuyen a mejorar la seguridad alimentaria, reducir la pobreza y aumentar la resiliencia económica del conjunto de las comunidades rurales. Estas comunidades producen un tercio del total de los alimentos del mundo. Sin embargo, demasiado a menudo, no reciben el apoyo que merecen.
En 2021, el FIDA financió 27 proyectos en 17 países en América Latina y el Caribe con más de USD 487 millones de fondos propios. Además, los 177 Estados miembros del FIDA han comprometido una cantidad récord de USD 1 550 millones de dólares para la ejecución de su programa de trabajo 2022-2024.
El año pasado, algunos de esos fondos se destinaron a ampliar la iniciativa de respuesta del FIDA a la COVID-19, el Mecanismo de Estímulo para la Población Rural Pobre (RPSF, por sus siglas en inglés), cuyo fin es ayudar a las personas a superar las pérdidas financieras causadas por la pandemia y proteger el suministro mundial de alimentos.
Según Naciones Unidas, unos 828 millones de personas, el 9,8% de la población mundial, padecieron hambre el pasado año. La cifra representa 150 millones más que antes de la pandemia, cuando la situación afectaba al 8%, y unos 46 millones más que en 2020, cuando las personas azotadas por el hambre representaban el 9,3% después de que su cifra se mantuviera “relativamente sin cambios” desde 2015.