Por Stakeholders

Lectura de:

JULIANNA RAMIREZ LOZANO
Jefa de sostenibilidad de Centrum PUCP

El Perú es un país agrícola desde sus orígenes y con un pasado ancestral magnífico y rico en recursos. Sin embargo, el sector agrícola ha atravesado por diversas dificultades antes y después de la reforma agraria; que finalmente no resultó ser tan efectivo como se hubiera deseado; puesto que las brechas y dificultades para los más pequeños de la cadena sigue siendo un reto a resolver.

Lo cierto es que el sector agroindustria tiene varios desafíos para un buen desempeño responsable y sostenible. Desde el interior con sus grupos de interés denominado colaborador, que lamentablemente no siempre pueden gozar de un sistema laboral a largo plazo, puesto que en muchos casos el trabajo se da por temporadas de siembra o cosecha. Como bien sabemos el grupo de interés de toda empresa, independientemente de cual sea su sector, debe considerar el más importante stakeholder colaborador.

Sin embargo, el reto más importante del sector de la agroindustria es el buen relacionamiento y buenas condiciones de
negociación para con sus proveedores. En algunos casos las empresas de este sector compran sus insumos a terceros sin llegar a los agricultores de manera directa; pero esta situación es compleja pues la gran empresa no puede llegar a quienes realmente necesitan mejorar sus tierras, sus cultivos y en general recibir mejores oportunidades para su
negociación.


El gran reto y mirada al futuro:

En síntesis, el reto es grande pero consideramos posible, si se tiene el respaldo de diversos sectores; ODS 17. Es decir, no solo el sector empresarial sino también el sector del gobierno deben ofrecer ciertas condiciones que permitan
mejores relacionamientos y condiciones de mejora.


No se trata solo con colocar leyes sino también ofrecer beneficios para establecer mejores condiciones de negociación con los agricultores. El reto consiste en que la gran empresa se acerque y desarrolle programas y proyectos de responsabilidad social que permitan un “ganar- ganar” para ambas partes.


Estos proyectos deben estar insertados en la cadena de valor lo cual permitirá que los programas tengan larga vida y
por tanto sostenibilidad en el tiempo. Cada empresa debe generar sus propios programas de acuerdo a su realidad y
sus contextos.


Sin embargo, para hacer posible es necesario que podamos realizar alianzas desde diversos sectores que pueden promover el tema: empresas agrícolas, empresas financieras, municipalidades y gobiernos regionales, ONGs y otros sectores como la academia.

Hasta que los pequeños agricultores no logren resolver sus problemas de fondo, como acceso a mejores oportunidades
de cultivo, acceso a créditos, posibilidades de mejor negociación de manera asociada y directa con las grandes empresas, no se puede hablar de una agroindustria sostenible. En el Perú tenemos que empezar a hablar de comercio justo o justo precio se refiere a un pago justo a los agricultores que difícilmente pueden acceder a un buen precio en la
venta de sus productos agrícolas, que en muchos casos llegan a mercados internacionales a grandes precios sin dar el pago justo y necesario a los pequeños agricultores. El reto es un gran desafío que tenemos que hacernos cargo.







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