En los últimos años, la diversidad ha adquirido un rol muy importante en el funcionamiento de las empresas. Entre sus muchos de sus beneficios, las entidades valoran la capacidad que tiene un talento con diferentes perspectivas para obtener respuestas creativas. Sin embargo, una mala gestión de las dispares opiniones podría devenir en conflicto. Por ello, la importancia de aprender cómo afrontarlos.
Siendo el conflicto un proceso tan necesario para la evolución del ser humano, muchas veces tendemos a huir guiándonos de creencias irracionales respecto a esta problemática.
Barbara Outón Lluque, socia directora de Tuequipob, firma enfocada en el desarrollo de personas y organizaciones, nos explica en su columna en Diario Responsable cuáles son los principales motivos que nos llevan a evitar el conflicto:
- Decidir individualmente sin incluir los diferentes puntos de vista: Muchas veces el miedo a evitar conflicto entre los miembros de un equipo puede llegar a ser tan grande, que incita a algunos líderes a apresurarse y tomar todas las decisiones con el fin de esquivar aquellas tensiones.
- Reservar opiniones, por las posibles consecuencias que deriven de ellas: el temor a que se rompan relaciones entre socios, o anticiparse a demás situaciones estresantes, puede hacer que muchos gerentes evadan por mucho tiempo la toma de decisiones, lo cual puede afectar negativamente al resto del equipo y frenar la continuidad del proyecto.
- Prorrogar aquellas decisiones que supuestamente no son urgentes: por otro lado, en el proceso de gestionar un conflicto, no siempre las diferentes opiniones terminan por conseguir un consenso. Lo cual podría percibirse, erróneamente, como una dificultad para resolver la situación. No obstante, en estos casos, lo importante es entender que, el llegar a un acuerdo entre las partes también es una posible respuesta.
Aceptar los conflictos para avanzar en las organizaciones
En cuanto a la falta de conflictos en las empresas, pese a lo que se podría esperar, la escasez de estos muchas veces lleva a obstaculizar el progreso de una entidad, llevándola a perderse muchas oportunidades, e incluso, hasta escalar a convertirse en una crisis. Para ello, Outón Lluque nos enseña 5 clave para identificar si estás gestionando correctamente los conflictos de tu equipo:
- ¿Las reuniones son el lugar donde tomamos decisiones que afectarán nuestro presente y futuro? ¿Son aburridas o apasionadas?
- ¿Los temas que se tratan en las reuniones son relevantes y difíciles? ¿Logran mantenerse firmes hasta resolverse?
- ¿Los miembros de la mesa debaten abiertamente las diversas aristas del conflicto?
- ¿Orientan la atención hacia las personas o las ideas? Tener en cuenta que los conflictos más productivos se generan en base a una conversación llena de conceptos, nunca hacia los individuos.
- ¿Se toma en cuenta la opinión de todos los miembros del equipo? Es importante reconocer que el debate no siempre traerá consigo un consenso, hay que estar preparados también para llegar a un acuerdo entre las partes en base a la escucha.
Si concebimos los conflictos como una parte vital para el desarrollo y una oportunidad para tomar las mejores decisiones, podremos avanzar orientándonos en cada decisión hacia el bien común.
De igual forma, hay que tener en cuenta que muchos conflictos se irán resolviéndose de manera orgánica, y de no ser así, también podemos gestionarlo a partir de la conversación y toma de conciencia sobre a dónde se apunta llegar como institución.
Vía Diario Responsable.