Lola Apolinario, Artista Plástica y Directora de la empresa social Imaginarios Perú, cuenta los logros que ha tenido a través de la reutilización de residuos y cómo enfrentan las dificultades de la pandemia.
POR ILLARI LOAIZA
¿Cómo inició su incursión en el arte elaborado con materiales reciclados?
Desde niña me motivaba mucho el arte y la creatividad. Transformar todo tipo de material que llegara a mis manos, como una botella o un plástico. Siempre me ha gustado crear, transformar, dibujar. Esto me llevó a estudiar la carrera de Artes Plásticas en la Escuela Nacional de Bellas Artes y, posteriormente, convertirme en docente. Mientras estudiaba, empecé a trabajar el reciclaje creativo. Incluía en mis propuestas de arte materiales reciclados y fui entendiendo esta capacidad de poder transformar y crear estos materiales.
¿Cómo nació la idea de Imaginarios Perú?
Me di cuenta de que podía compartir lo que estaba aprendiendo y quería enseñarle a alguien más a desarrollar una actividad artística. Junto con mi colega Máximo Atachao, que ahora también es mi socio, compartimos esa afinidad por entregar un poquito de lo que sabíamos hacer. Primero realizamos talleres para niños, y luego quisimos trabajar con las mamás que no tienen el acceso o la oportunidad de estudiar.
¿Cómo surgió la idea de los talleres para mamás e hijos?
Hace 11 años atrás, en el primer taller que hicimos, nos dimos cuenta de que con las herramientas que les brindábamos, las mamás podían desarrollar muchas habilidades que ya tenían. Cuando las descubrimos, dijimos: “Es el momento”. Ahí supimos que podíamos difundirlo como un emprendimiento y sumarlas a ellas también como parte del equipo. Así nació Imaginarios Perú, que tiene un ADN reciclador.
Esta visión de compartir y motivar a otros a emprender, ¿de dónde viene?
Mis padres son provincianos: mi mamá es de Huancavelica y mi papá de Huancayo. Siempre he visto en ellos ese deseo y las ganas por salir adelante, por trabajar, por la solidaridad y por emprender. He asimilado todo eso desde niña y lo llevo muy dentro de mí.
“Tenemos una línea de servicios de capacitación y consultorías en temas de educación ambiental y reciclaje creativo”
¿Cómo se definen en Imaginarios Perú?
Como empresa socioambiental en donde diseñamos, producimos y comercializamos objetos de decoración, moda, regalos corporativos y joyería sostenible con materiales reciclados y procesos ecoeficientes. También brindamos el servicio de consultoría, talleres en temas de educación ambiental, reciclaje creativo y emprendimiento sostenible.
La pandemia trajo consigo muchos cambios en las organizaciones. ¿Cómo se reinventaron en Imaginarios Perú para continuar con sus labores a pesar de este contexto tan retador?
La adaptación fue muy fuerte y dura, pero decidimos no solo quedarnos en el “ver”. Hicimos una campaña para ayudar a nuestros vecinos de El Agustino a través de las redes sociales. Teníamos unas cuantas fuentes hechas de vidrio reciclado así que optamos por venderlas. La campaña se llamó “Fuentes de vida”. Por la venta de cada fuente, entregaríamos una canasta de víveres. También elaboramos protectores faciales con las botellas de tres litros y creamos una campaña en la cual, por cada protector vendido, se donaba uno a las personas que trabajaban en las bodegas, mercados y otros vecinos.
¿Ha recibido el apoyo de algunas compañías o empresas? ¿Cuál fue su rol dentro de las labores de Imaginarios Perú?
Cuando elaboramos los protectores faciales, el Ministerio de la Producción nos hizo un reportaje. Ahí se mostraba el proceso por el que pasaba la botella de tres litros de Coca-Cola: cómo se cortaba, cómo se diseñaba y, finalmente, cómo se transformaba en un protector. A raíz de ello, nos apoyaron con la difusión en sus redes sociales, lo que nos permitió visibilizar el trabajo. Así fue como Coca-Cola se enteró de nuestro trabajo y se convirtió en un aliado. Nos encargó una producción de más de 1500 protectores, que fueron entregados a los bodegueros como parte del programa “Mi bodega abierta”, de Inca Kola.
¿Cómo es el proceso de recolección?
Trabajamos con asociaciones de recicladores y amigos aliados que tenemos de varios distritos, dependiendo del material que necesitemos para nuestra producción.
¿Cuáles han sido algunos de los logros obtenidos con el aprovechamiento de los residuos?
Hasta la fecha tenemos más de una tonelada de botellas de plástico PET recicladas y transformadas en productos. También estamos impulsando el compostaje en nuestra comunidad. Les hemos enseñado a elaborar tierra fértil reutilizando sus residuos orgánicos. La idea es que cada persona pueda acercarse al reciclaje transformando sus propios residuos, y que sepan ver el potencial que estos tienen.
“Coca-Cola se enteró de nuestro trabajo y se convirtió en un aliado”
¿Cuál ha sido el alcance de Imaginarios Perú, más allá de Lima?
Gracias a las redes, ahora nuestro alcance es mucho mayor y nos permite ponernos en contacto con amigos emprendedores de otros países. Amigos de España, Colombia, Argentina y México están participando en nuestra iniciativa “Co-creando Vida Sostenible”, que comparte experiencias y talleres gratuitos a favor del medio ambiente.
¿Qué retos se vienen para la empresa en estos próximos meses?
El Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú nos ha invitado a desarrollar un proyecto de arte contemporáneo. Vamos a elaborar una propuesta de arte con más de una tonelada de tapitas de plástico reciclado. Es un proyecto artístico de reciclaje creativo y pronto nos pondremos a trabajar, junto a varias asociaciones recicladoras, para acopiar estas tapitas.
Finalmente, ¿qué mensaje le darías a los recicladores por su día?
Les pido que recuerden que su labor es fundamental, hoy más que nunca. Deben saber que realizan una labor vital para el planeta y para nosotros. Los invito a trabajar colaborativamente, para que podamos salir de esta crisis juntos y mejorar la situación en la que vivimos.