Por Stakeholders
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El feminicidio sigue en aumento. Sin ser la pandemia la única crisis que afecta a todo el mundo y especialmente a América Latina, otra parece no hallar tregua. Según información de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en el 2019 se calcula que 4,640 mujeres fueron asesinadas en la región. Estas cifras significan un grave escenario, ya que en comparación con el año anterior hay un aumento de un 31,5%.
El Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de la Cepal revela que en el 2018 se cometieron 3,529 feminicidios, lo que quiere decir que en el 2019 hubieron 1,111 más. Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la organización, indicó que “la violencia de género ocurre de forma sistemática en nuestra región. No conoce fronteras, afecta a mujeres y niñas de todas las edades y sucede en todos los espacios»
Mediante un comunicado contundente, Cepal refiere que dos de cada tres mujeres han experimentado violencia de género en diversos ámbitos de su vida, a la vez que de esas tres una fue víctima de agresiones físicas, psicológicas o sexuales por parte de sus parejas. Por ello, manifiestan su intranquilidad por las “altas tasas de feminicidio observadas» y por la «persistencia de la violencia por razones de género» en la región, una lacra que han calificado de «pandemia en la sombra».
Cifras que preocupan
Por otro lado, desde la Cepal informan que Brasil reportó 1941 casos de feminicidio. Sigue México con 983. Asimismo, en tanto a la tasa de criminalidad por cada 100 mil habitantes, Honduras (6,2), El Salvador (3,3), República Dominicana (2,7) y Bolivia (2,1) son los que mayor incidencia tuvieron. Vale acotar nuevamente que todos estos asesinatos se perpetraron el año 2019.
Para Bárcena, «urge avanzar en forma integral y acelerada en la garantía de los derechos y la autonomía de las mujeres en sus dimensiones económica, física y en la toma de decisiones».
Otro punto que preocupa a la institución es el curso de los feminicidios en el contexto de la pandemia de COVID-19. Mencionan que el acceso a “redes de apoyo y servicios de atención” se ha visto limitado. En esa línea, al confinamiento se ha sumado la incomunicación de estos delitos, agravando la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia machista. Más aún, las víctimas de violencia sexual se han visto en desantención por la saturación de los servicios médicos frente a la crisis.
“La gran cantidad de denuncias en líneas y de forma presencial exige fortalecer la acción pública con aumento de recursos fiscales y medidas que garanticen la atención integral», señala la publicación presentada por la Cepal.
Aunque resaltan el trabajo de países como Argentina, Colombia, Honduras, México y República Dominicana al respecto, también subrayan que la implementación de 90 medidas en la prevención y atención de la violencia de género han funcionado de manera “muy compleja y limitada” en toda la región.
