La pandemia causada por el COVID – 19 viene causando estragos en el mundo y en todos los ámbitos de la economía. Sin embargo, si hay ‘algo bueno’ que se debe resaltar en estas circunstancias es el aumento de la preocupación en temas de sostenibilidad, vista desde sus tres ejes: ambiental, social y económico.
Esto es lo que justamente vienen demostrando algunos estudios de consultoras u otro tipo de organizaciones que ven el 2020 como el año en que la responsabilidad corporativa toma un impulso, lo que incluso puede significar hasta un punto de inflexión.
Si bien una de las cuestiones que más atención tenía al momento era el cambio climático y sus riesgos en general para el mercado mundial, la pandemia ha ‘despertado’ otros tipos de intereses relacionados a la sostenibilidad como el de los derechos laborales o las inversiones sostenibles.
Larry Fink, CEO de BlackRock (una de las más grandes gestoras de inversiones en el mundo), señalaba en enero que “el riesgo climático es un riesgo de inversión”, dejando claro lo que representa mitigar sus impactos negativos.
Es en esa línea que criterios como los de responsabilidad Ambiental, Social y de Gobernanza (ASG) toman un mayor rol protagónico en las inversiones, de tal manera que empresas como BlackRock prevén llegar al billón de dólares en activos que tengan un enfoque sostenible hacia el 2030 en el total de sus operaciones, lo que conlleva a la vez hasta dejar de invertir en mercados con un alto riesgo para la sostenibilidad.
Según Natixis Investment Managers, las inversiones sostenibles tuvieron ingresos por 35,500 millones de dólares en Europa en las primeras semanas de la pandemia por el nuevo coronavirus.
Este escenario ha sorprendido a muchos ya que la crisis, que comenzaba a diseminarse globalmente, hacía fácil predecir un futuro negativo en este tipo de inversiones. No obstante, en promedio viene sucediendo lo contrario.
Para Alba Aguilar, directora de Nuevos Mercados de Sif Icap, “las preocupaciones por los temas sociales y laborales siguieron y se volvió crítico saber cómo las empresas más resilientes responderían a los temas de salud de sus colaboradores y a la continuidad del negocio”.
Además agrega que “el tema ambiental volverá, porque los tres ejes de la responsabilidad empresarial no pueden estar disociados”.
Muy buenas proyecciones
No cabe duda de que contar con un enfoque de sostenibilidad trae nuevas ventajas y beneficios no solo para las empresas, sino también para la sociedad. Es así que distintos organismos internacionales como la ONU hacen un llamado a que la recuperación después de la pandemia sea con este modelo. Imperativo que investigaciones como la de BlackRock materializan al concluir que hay una mayor resiliencia de estrategias de inversiones sostenibles sobre las tradicionales.
“Los resultados demostraron que durante el primer trimestre del año los fondos de inversión y ETFs captaron 40,500 millones de dólares en nuevos activos, lo cual representa un incremento de 41% con respecto al mismo periodo del 2019”, señala Samantha Ricciardi, CEO de BlackRock México.
Incremento que a muchos ha de sorprender y que tiene muy buenas proyecciones en un mediano plazo, ya que un sondeo de Natixis IM, acerca de inversión ESG, pone en evidencia que 7 de cada 10 millennials se inclinan por invertir en proyectos que jueguen a favor de la conservación del planeta.
Asimismo, aquellas apuestas institucionales en inversiones tienen la intención de aumentar su participación en productos ESG. Con todo lo anterior, cada vez más hay certeza de que la sostenibilidad es el camino, y que quienes no inicien este cambio de visión tendrán que hacerlo porque el mercado así ya lo va exigiendo.