Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más de 9 millones de personas viven en Lima. En ese sentido, es necesario un sistema de transporte eficiente para los ciudadanos y sostenible con el medioambiente. La movilidad sostenible aparece como una oportunidad ideal, pero desde un enfoque integral.
POR RENZO ROJAS
rrojas@stakeholders.com.pe
Más del 70 % de encuestados en el IX Informe de percepción sobre calidad de vida en Lima y Callao 2018 del observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos, consideran que el transporte es la principal fuente de contaminación ambiental. Esta sensación viene acompañada de la congestión vehicular que miles de personas experimentan todos los días en la capital, causante de un sinfín de problemas sociales, económicos, familiares, entre otros. Este tipo de estadística es uno de los motivos por lo que es urgente que el gobierno nacional, los regionales y los locales prioricen la ejecución de la movilidad sostenible en todo el Perú; empero, desde una óptica general de la problemática.
¿Cómo debemos entender a la movilidad sostenible?
Para hacerlo, hay que comprender el término en toda su dimensión, antes de poner en práctica políticas para su implementación. Especialmente las autoridades del sector, quienes son las encargadas de diseñar las estrategias para poner en marcha un sistema de transporte ordenado y acorde a las condiciones de Lima; pero sobre todo, amigable con el medioambiente y los ciudadanos. Según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cerca del 68 % de la población mundial vivirá en las urbes para el año 2050, cifra que apremia a los países a trabajar en una planificación activa en la temática para evitar conflictos en el futuro.
Para la elaboración de este informe, fueron consultados algunos especialistas, quienes analizaron a la movilidad sostenible desde ángulos importantes. Alexandre Almeida del Savio, director de la Carrera de Ingeniería Civil de la Universidad de Lima, departió sobre la definición.
“Según la World Business Council for Sustainable Development (WBCSD), la movilidad sostenible es la que permite a las personas satisfacer sus necesidades de acceso sin sacrificar los recursos actuales o de las generaciones futuras. Bajo esta premisa, podemos considerar en este grupo a los vehículos producto de las nuevas tecnologías como lo son los autos eléctricos o los híbridos, también las bicicletas, el tren eléctrico, entre otros”, señaló.
De acuerdo a la encuesta Lima Cómo Vamos 2018, más del 60 % limeños y chalacos se movilizan a través del transporte público para ir a su trabajo, oficina o centro de estudio. De esta forma, llevar este hacia un modelo sostenible debe ser prioridad en el diseño de políticas públicas de las autoridades correspondientes. Alfonso Florez, gerente general de la Fundación Transitemos, reflexionó en un sentido más holístico sobre el concepto de movilidad sostenible que se debe de tomar en cuenta en este proceso de transición.
“La palabra movilidad es mucho más extensa, como ella misma lo dice: moverse. La movilidad implica la razón para el desplazamiento de bienes y mercancías, para qué me muevo y a dónde me muevo, en qué transporte lo hago. Entonces, a veces la gente confunde transporte con movilidad, y lo correcto es que movilidad lo incluye. El transporte no es necesariamente el medio tecnológico por el que me muevo, me desplazo. Planificar mi movilidad es mediante distintos medios de transporte”, explicó.
Relacionado al transporte, el parque automotor es uno de los factores clave a tratar en la movilidad sostenible. En la actualidad, el Perú, pero en especial la capital, tiene un parque automotor destacable; sin embargo, este se caracteriza por ser uno de los más antiguos a nivel latinoamericano. El Ing. Armando Negri, presidente de la Asociación Automotriz del Perú (AAP), brindó cifras que evidencian esta situación.
“El Perú tiene un parque automotor de aproximadamente 5´400,000 vehículos, de los cuales 2´800,000 son de cuatro y más ruedas (autos, pick up, camiones y buses) y 2´600,000 de dos y tres ruedas (motos y mototaxis). En Lima hay 1´800,000 autos y camiones, mientras que la mayoría de las motos y mototaxis circulan en provincias, aunque creciendo rápidamente en Lima. Por otra parte, contamos con un parque automotor con una antigüedad promedio de 13 años. Lamentablemente es uno de los más antiguos de la región”, indicó.
Asimismo, agregó que en Lima se encuentran circulando más de 27, 000 buses, que en su mayor parte son combis; no obstante, las condiciones que tiene la ciudad no es para contar con más de 8, 000 de esta serie. Las características mencionadas, hacen de Lima un escenario donde promover la sostenibilidad desde el uso de vehículos con energías limpias sea imprescindible.
Promover una movilidad eléctrica eficaz para Lima
Mediante la promoción en la compra de vehículos que funcionan en base a electricidad, se busca reducir las emisiones contaminantes que el parque automotor que usa combustibles fósiles ocasiona en el medioambiente. En esa línea, a fines de agosto del 2019, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) publicó un proyecto de norma que tiene como fin promover la movilidad eléctrica e híbrida. En este se brinda las «Disposiciones para facilitar el desarrollo del mercado de vehículos eléctricos e híbridos y su infraestructura de Abastecimiento». Alexandre Almeida del Savio opinó sobre esta medida.
“La iniciativa del Minem es buena. Sin embargo, es necesario el diseño de un plan urbano integral que considere la infraestructura vial y de soporte, de modo tal que la implementación y el funcionamiento de este tipo de vehículos pueda darse con naturalidad. Por ejemplo, se deberán instalar estaciones de recarga en diversos puntos de la ciudad y carreteras”, enfatizó.
Añadió que, según las mediciones del Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COESIN) de julio del 2017, hay una sobreoferta de electricidad que hacen posible, por ejemplo, la instalación de estos puntos de carga. El presidente de la AAP también se pronunció sobre esta medida. Refirió que se deben adoptar medidas concretas, como la eliminación del Impuesto al Patrimonio Vehicular (IPV) a los vehículos eléctricos con el fin de estimular su compra y uso.
“Creemos que, para implementar la promoción de vehículos eléctricos, hay medidas que se deben eliminar porque distorsionan el mercado. Por ejemplo, se debe restringir la importación de vehículos usados, asimismo, debe impulsarse un sistema eficiente de chatarreo para que puedan salir de las pistas las unidades más antiguas y los autos obsoletos e inseguros, inclusive impulsar el uso de energía solar”, manifestó.
De igual modo, el gerente general de la Fundación Transitemos brindó algunos detalles a tomar en consideración para la efectividad de este tipo de disposiciones que da el Estado. “Una interrogante es que si se va a cargar el vehículo en casa: ¿voy a pagar la misma tarifa domiciliaria? o voy a contar con una diferenciada para la carga de vehículos. Todo esto implica un desarrollo de infraestructura también, que después viene en un aumento en el consumo de la energía; es decir, se tiene que buscar que la producción sea sostenible, limpia”.
Pensar en una ciudad diseñada para las personas
Más allá de todo vehículo que pueda hacer uso de la electricidad como fuente de funcionamiento de su motor, pensar en la movilidad sostenible es tener en cuenta otros factores que influyen directamente en el desplazamiento de las personas: el diseño de la ciudad. Y en esto último, hay que aproximarse al término accesibilidad sostenible, abordado en el libro “Movilidad en zonas urbanas” de la Fundación Transitemos, donde se realiza una diferenciación con la movilidad sostenible de la mano de Alfonso Sanz, especialista español en planificación urbanística y movilidad.
Él señala que el objetivo de la accesibilidad sostenible es buscar que las personas se desplacen, en lo mayor posible, usando su propia energía en el acceso a bienes, servicios y contactos. Por consiguiente, si los ciudadanos tienen a distancias muy cercanas supermercados, centros comerciales, centros de atención, etc., no habrá necesidad que aborden automóviles, ya que bastaría con que caminen o empleen una bicicleta. Florez profundizó al respecto.
“La otra cuestión es densificar, porque no podemos tener ciudades que van creciendo de manera horizontalmente, ya que no habría límite. Esto lo que ocasiona es que genera mayores necesidades de transporte y por lo tanto mayor cantidad vehículos, congestión, contaminación, etc. Hay que planificar las ciudades más densamente, tiene que irse en forma vertical. Con un uso mixto de suelos, donde se va generando ciudades poli céntricas, en las que las actividades de una comunidad están en un entorno en las que las puedas realizar caminando”, explicó.
El diseño urbanístico de Lima genera que varias de sus avenidas principales padezcan una congestión vehicular agobiante para sus habitantes. Las avenidas Universitaria, Javier Prado y Vía Evitamiento son algunas en las que el tráfico está presente en las conocidas ‘horas punta’. Estos escenarios se configuran en nichos de contaminación y de otros problemas sociales; en esa línea, implementar un plan de movilidad sostenible articulado a la estructura de la ciudad, resultaría en una solución eficaz. Almeida del Savio se refirió a esta coyuntura y agregó un factor más para su solución: el compromiso ciudadano.
“Creo que el principal reto es que la implementación de plan de movilidad sostenible no depende exclusivamente de las autoridades, sino también de nosotros, los usuarios. Si deseamos una ciudad ordenada, moderna y sostenible tenemos que ser partícipes de estos cambios empezando por el respeto al próximo en el manejo vial. Por otro lado, la planificación para la integración del transporte es otro de los temas que constituye un reto. Necesitamos una infraestructura adecuadamente planificada, ejecutada, articulada y gestionada. De esta manera, se podrá comenzar a tener infraestructura sostenible”, señaló.
CYCLA, sobre dos ruedas hacia a una movilidad sostenible
Las calles de Lima son cada vez más circuitos de algunos vehículos innovadores y sostenibles con el entorno; de ese modo, observamos scooters y otros tipos de transporte que se desplazan con electricidad. Las bicicletas eléctricas son una de esas apuestas vanguardistas que facilitan y dinamizan la vida de las personas. En ese sentido, desde el 2015 CYCLA ofrece a los limeños distintas clases de velocípedos como una alternativa al uso de los automóviles. Su co fundadora y gerente, Carolina Jean – Mariet, conversó sobre cuál es la visión que tienen en la empresa de la bicicleta y de las condiciones que tiene Lima para su empleo diario.
“Nosotros vemos a la bicicleta eléctrica como una alternativa real a la dependencia al auto, ya que es apta para todos. No la vemos como un vehículo recreativo, es un medio de transporte que requiere un espacio propio. Respecto a la viabilidad para su uso en Lima, considero que estamos en camino. Lima como ciudad, por su clima, por ser relativamente plana, tiene las condiciones óptimas. Sin embargo, el diseño de la ciudad es complejo, ya que no se ha hecho pensando en las personas, sino más bien en los autos”, señaló.
Además, manifestó que con mayor frecuencia observan de parte de los distintos sectores la intención de promover la viabilidad de la bicicleta en la ciudad. También enfatizó sobre la necesidad de tener una cultura que contemple a la bicicleta como un transporte que tiene sus propios derechos, algo en lo que las personas han venido comprendiendo con el tiempo.
“Nosotros comenzamos hace cuatro años y la gente no sabía que era una bicicleta eléctrica, había que explicarles los beneficios del motor y después de 20 minutos recién se daban cuenta de las ventajas de su empleo. En cambio ahora, la gente nos viene a buscar, hay mucha más demanda, también oferta, no solo de bicicletas eléctricas, sino también de otro tipo de vehículos, individuales, eléctricos, como se ve en las calles de Lima”, puntualizó.
Como vemos, la promoción de la movilidad sostenible no solo debe estar avocada al cambio de combustible que usan los vehículos, sino también a tener una visión íntegra del diseño urbanístico de una ciudad. A favor de este escenario, está la tecnología como una parte importante, pero no definitiva. Y el compromiso ciudadano, en asumir medios de transporte que no contaminen el medioambiente, depende de cada pequeña acción individual. Las autoridades son gestoras, planificadoras y ejecutantes; sin embargo, es vital involucrar a cada habitante en esta responsabilidad.