Por Stakeholders

Lectura de:

Inés Ciancaglini
Consultora DESR Perú 2021.


El desarrollo sostenible nos presenta grandes desafíos: las exigencias en la cadena de proveedores, la integración de  aspectos  de derechos humanos, la protección de la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático, la lucha contra la corrupción. La gestión de las empresas ya no puede ser puertas adentro, las empresas prosperan si y solo si prospera su entorno. Necesitamos plantearnos nuevos paradigmas de gestión que vayan al ritmo de los cambios que demanda el mismo.

El DESR tiene como objetivo ser una herramienta que incorpore estos desafíos en la gestión de   las empresas. Entendemos que los indicadores económicos no son suficientes para medir el éxito, ya no podemos hacer negocios de la misma manera, por lo que es necesario incorporar aspectos ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo (ASG, por sus siglas en inglés) para lograr la viabilidad de estos.

La evaluación no busca ser un fin en sí mismo, sino que para que las empresas sean competitivas en este escenario cambiante, necesitamos apostar a un proceso de mejora continua. Se tiene como objetivo que las empresas que apuestan a la gestión sostenible año a año no se queden solo en qué hacen bien, sino como pueden hacerlo mejor. Su estructura es dinámica en ese sentido ya que incorpora los temas de sostenibilidad en tendencia. Por ejemplo, en esta edición se han incorporado indicadores relacionados a buen gobierno, ética y anticorrupción, temas en la agenda local e internacional. Los  indicadores  están  alineados a estándares internacionales como el Global Reporting Initiative (GRI) con la finalidad de hablar el mismo lenguaje, y que los esfuerzos en la materia vayan hacia la misma dirección. El próximo paso es alinear los mismos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), para pasar de métricas de negocio a métricas de impacto.

A través de su enfoque sistémico considera distintos elementos claves de la estructura de las organizaciones involucrando así todas las áreas de la organización. En función de los resultados, las empresas identifican brechas que se convierten en oportunidades de crecimiento, incorporan nuevos objetivos a la estrategia del negocio y alinean esfuerzos tanto internamente como en toda la cadena de valor.

Como herramienta no solo brinda información valiosa a nivel inidividual, también se identifican las brechas que todavía  tienen  que  trabajar  las empresas como sector En esta edición, en    el eje Valores y Cultura organizacional, se ha obtenido el promedio total más bajo donde se identifican brechas relacionadas a prácticas de buen gobierno corporativo,  derechos  humanos y trabajo decente. Muchos de los cumplimientos evidenciados responden a la ley, pero no se realizan acciones más allá de esta. Identificamos también desafíos relacionados a proveedores, las empresas implementan prácticas relacionadas a la gestión de riesgos e impactos, pero todavía no hay estrategias claras con relación a las políticas de compras responsables y desarrollo de proveedores que sitúen a los mismos como un socio estratégico del negocio.

Este año se reconocieron buenas prácticas con relación a estos temas, y en las próximas ediciones se buscará dar mayor visibilidad, entendiendo que hay una posibilidad de sinergia entre las empresas para acortar las brechas. Al compartir las mismas también se reconoce que juegan un nuevo rol en el desarrollo y tienen la capacidad de dar soluciones a los desafíos que se presentan.

Las empresas prosperan si prospera su entorno, pero la frase está incompleta…  para eso necesitamos empresas sostenibles, sólidas y transparentes. Es un ida y vuelta. Hoy más que nunca debemos entender esta relación entre la gestión sostenible, el crecimiento de las mismas en el país y su contribución al desarrollo sostenible.







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