Francesca Mayer
CEO Perú Green Building Council
Como comenté en ediciones pasada, durante el 2018 pude participar del Primer Congreso Iberoamericano de Tecnología e Información en la Construcción, CITI AEC, en la Ciudad de México, México. Tuve la oportunidad de participar como expositora y presentar todos los avances de la construcción sostenible y tecnología en nuestro país. Si bien estoy acostumbrada a participar de evento en los cuales la sostenibilidad es la estrella, en esta oportunidad los diversos sistemas tecnológicos, robots, softwares sofisticados y empresas de las cuales nunca antes había escuchado, eran las verdaderas estrellas del evento.
La industria de la construcción es considerada como la menos eficiente de todas. Luego de la agricultura, la construcción es la segunda industria menos tecnológica. La forma en la que se trabajan las obras es exactamente la misma forma en la que se han venido trabajando durante los últimos 70 años, por supuesto, con una que otra pequeña excepción. Es debido a esta situación que billones de dólares han sido invertidos en los últimos años para tratar de digitalizar la industria y depender más de la tecnología para diversos procesos constructivos y de diseño. Lo que se busca no es reemplazar humanos; se busca explotar la tecnología y mejorar las herramientas disponibles para hacer de su trabajo de una manera mucho más eficiente.
Quisiera hablar sobre 3 innovaciones que llamaron mi atención y me hicieron reflexionar sobre la manera en la que estamos haciendo las cosas en nuestro país.
El primero, es de los softwares de diseño, como por ejemplo Revit y la metodología de trabajo mediante BIM. Durante los últimos años, la tecnología BIM ha revolucionado la forma en la que se trabaja el diseño de los proyectos. En miras de buscar mayores eficiencias e integración entre los diversos actores de un proyecto, BIM (Building Information Modeling) es el proceso de generación de datos de un proyecto mediante un software dinámico en el cual se modela el edificio de manera 3D y se trabaja en tiempo real con todos los involucrados, ahorrando tiempo y evitando así interferencias entre las diversas especialidades. Cada proyecto decide que tanto provecho le saca a la herramienta. Se puede trabajar desde BIM 3D hasta BIM 7D. En el Perú, solo el 5 % de los proyectos se trabajan a través de BIM. De ese 5 %, el 100 % lo usa en 3D, solo para la compatibilización de obra, revisión de interferencias y colaboración entre las diversas especialidades.
Lo segundo que llamó mi atención, y me atrevería a decir, lo que realmente me “rayó” en el evento, fue la tecnología de realidad virtual con la incorporación de lentes para la visualización de modelos 3D en persona. Imagínense una inmobiliaria, con la opción de que sus clientes se coloquen unos lentes y puedan ver sus futuros departamentos desde adentro del departamento en escala real. Que tengan la posibilidad de cambiar los colores, de desplazarse y visualizar los diversos espacios, inclusive, de ver las vistas exteriores. Esto sería un “game changer”. Por otro lado, imaginémonos lo eficiente que sería tener un arquitecto en otro país, y que mediante el uso de estos lentes pueda visitar la obra, sin necesidad de estar ahí en persona. ¡Esta tecnología ya existe!
Finalmente, y probablemente del tipo de innovación del cual esperamos nazcan las próximas herramientas de optimización de procesos constructivos, es la robótica. El congreso presentó múltiples soluciones, desde drones que cargan elementos pequeños y hacen la labor de obreros al colocarlas en las obras, hasta robots capaces de imprimir su propio concreto y hacer el ensamblaje ellos mismos. Hay una pregunta que yo me hago y es el ¿por qué confiamos en robots, máquinas y herramientas tecnológicas de punta para hacer nuestros celulares, vehículos y hasta aviones, pero seguimos haciendo nuestras viviendas y espacios de trabajo tal y como lo hacían nuestros abuelos? ¿En qué momento nos quedamos rezagados como industria?