Derechos humanos - Educación
Responsabilidad Social Universitaria: ¿Cuánto nos falta?
La Responsabilidad Social Universitaria (RSU) es una de las variantes de la Responsabilidad Social (RS), que en los últimos años, siendo ley, ha logrado cambios en la cultura universitaria de nuestro país, por ello, es importante saber cuáles han sido los avances y qué falta por hacer.
Por Alonso Arias Loayza
aarias@stakeholders.com.pe
Desde el 2014, con el artículo 124 de la ley 30220, se ha venido dando de manera legislativa la inclusión de la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) en las prácticas de los centros de educación superior. Sin embargo, vale cuestionarse si verdaderamente se ha interiorizado la RSU dentro de las acciones que realiza cada universidad. ¿Bastará con establecerla como ley? ¿Estamos avanzando realmente?
Según un estudio realizado en el 2018 por la Unión de Responsabilidad Social Universitaria Latinoamericana (URSULA), indicó que de sesenta universidades participantes de Latinoamérica, dieciocho fueron peruanas, y entre estas salió que las universidades peruanas reportan menos experiencias exitosas en prácticas que promueven las ODS y la integración de participación social (2018, URSULA, Pág.11).
Considerando que vivimos en un mundo en donde ninguna institución debería hacerse ajeno a la búsqueda del cumplimiento, por ejemplo, de las ODS, ¿podríamos concluir que vivimos en una sociedad con una cultura universitaria primitiva en RSU? Empecemos primero definiendo términos.
RSE VS RSU ¿HAY DIFERENCIA?
La vicepresidenta de Sostenibilidad Corporativa de la USIL, Miaohong Huang Li, comentó que para hablar de diferencias primero debemos de conocer el significado de responsabilidad social, el mismo que según la ISO 26000 (estándar de responsabilidad social reconocido a nivel mundial) es “la responsabilidad de una organización por los impactos de sus decisiones y actividades en la sociedad y en el medio ambiente, a través de una conducta transparente y ética que contribuya con el desarrollo sostenible, incluyendo la salud y el bienestar de la sociedad; tome en cuenta las expectativas de las partes interesadas, cumpla con las leyes y sea compatible con las normas internacionales de conducta; sea integrada en la totalidad de la organización y puesta en práctica en todas sus relaciones” (ISO 26000, 2010).
Continuando con Miaohong Huang Li, determinó que la RSE representa un conjunto de prácticas voluntarias que se encuentran insertadas en la estrategia de la organización, buscando asociar el crecimiento económico de la empresa con el desarrollo social y el cuidado del medio ambiente, tal como los describe la ISO 26000.
Por su parte, el Dr. François Vallaeys, catedrático e investigador de la Universidad del Pacífico y Presidente de la Unión de Responsabilidad Social Universitaria Latinoamericana URSULA, manifestó una posición distinta. “No estoy de acuerdo que la RSE son actos voluntarios, no es lo que dice la ISO 26000. Más bien son las responsabilidades que las organizaciones asumen por sus impactos, y dentro de esto está el cumplimiento de la normativa del país, donde opera la empresa y la internacional. Por eso, no son actos voluntarios. La RSE es ética y esta exige a todas las organizaciones mirar el daño que hacen al mundo desde tu core business”, explicó.
Ambas importantes definiciones, por más que presenten discrepancias, llegan a un punto de equilibrio, que la RSE promueve un valor compartido estratégico en el desarrollo de la empresa y lo social por medio de los grupos de interés, pero ¿y la RSU?
Vale agregar que la RS en general a lo largo del tiempo ha tenido el surgimiento de varias especificaciones como la RSE y en los últimos años, la RSU (Navarro, 2012). Entonces, si evaluamos el artículo 124 de la ley universitaria 30220, define a la responsabilidad universitaria como “la gestión ética y eficaz del impacto generado por la universidad en la sociedad debido al ejercicio de sus funciones: académica, de investigación y de servicios de extensión y participación en el desarrollo nacional en sus diferentes niveles y dimensiones; incluye la gestión del impacto producido por las relaciones entre los miembros de la comunidad universitaria, sobre el ambiente, y sobre otras organizaciones públicas y privadas que se constituyen en partes interesadas” (Ley Universitaria 3022, 2014).
Reforzando la definición brindada, la vicepresidente de Sostenibilidad Corporativa de la USIL afirmó que toda universidad tiene como misión principal formar a los futuros profesionales para que generen los conocimientos necesarios y desarrollen las competencias y habilidades suficientes para tomar decisiones, ya sea a nivel profesional y/o personal, pensando en el impacto social, ambiental y económico de cada una de ellas.
Por su parte, el catedrático de la UP comentó lo siguiente: “Si la universidad quiere ser socialmente responsable tiene que gestionar sus impactos. ¿Cuáles son los impactos de un centro superior de estudios? Ahí me di cuenta que la diferencia entre empresa y universidad es totalmente diferente y natural, porque la universidad tiene impactos específicos que no tiene una empresa de productos o servicios; me refiero, a los académicos, de formación y de investigación”.
¿CÓMO INCENTIVAR LA RSU?
Las universidades vienen desarrollando diversas acciones donde involucran, principalmente, a sus estudiantes y docentes promoviendo ese interés por la RS. La Dra. Elsie Bonilla, jefa de la Oficina de Planificación y Acreditación de la Universidad de Lima, explicó que este centro de estudios ha venido realizando programas sociales de intervención, liderados por docentes y apoyados por estudiantes. Entre los beneficiarios están los alumnos y profesores de colegios públicos, microempresarios en situación de vulnerabilidad, padres de familia, comunidades en desarrollo, entre otros.
“La participación de los alumnos en calidad de voluntarios les permite desarrollar competencias cognitivas y emocionales, además de fortalecer el deber ciudadano y solidario con la comunidad. En el último año se beneficiaron alrededor de 2300 alumnos de colegios, ochenta docentes y tutores, y sesenta microempresarios. Hemos realizado lineamientos académicos que promueven la inclusión en los planes de estudio de las carreras, asignaturas relacionadas con la ética profesional, responsabilidad social, gestión ambiental, gobierno corporativo y desarrollo sostenible”, concluyó la Dra. Elise Bonilla.
Por su parte, la directora de la Dirección Académica de Responsabilidad Social (DARS) de la PUCP, Tesania Velázquez Castro afirma lo siguiente: “Es importante fomentar acciones que incorporen el enfoque RSU, ya que esto promueve la capacidad crítica y fortalece la ciudadanía y agencia de los estudiantes; queremos que puedan poseer conocimientos y herramientas que les permitan reconocer y confrontar situaciones de injusticia y violencia, reconocer positivamente nuestras diversidades y valorar que la formación vaya acorde con un diálogo con la sociedad”. Además, recalcó que el enfoque de RSU de la PUCP se viene incorporando en la formación a partir de diversas estrategias tanto a nivel curricular, co-curricular y extra-curricular. Dentro de las curriculares, se plantea la creación o adaptación de cursos con enfoque RSU para cada especialidad.
Asimismo, desde lo cocurricular y extracurricular, la PUCP fomenta la participación de sus estudiantes en el diseño y ejecución de iniciativas a través de concursos anuales, las cuales pueden ser financiadas, acompañadas y asesoradas por la DARS.
Si bien es importante que tanto alumnos como docentes interioricen la RSU, hay otros actores que forman parte de la comunidad universitaria que no deben ser ajenos a esta interiorización. “Los estudiantes, docentes, directores, administradores; es decir, toda la comunidad universitaria debe interiorizar la RSU, y lo dice el artículo 124 de la ley universitaria.
“Es importante que primero se haga un autodiagnóstico: quiénes somos, cuáles son nuestros impactos sociales y ambientales negativos como universidad. La URSULA te da una herramienta de doce metas a evaluar que permite hacer tu autodiagnóstico; ya hemos presentado dicho diagnostico en el 2018. Sesenta universidades de doce países latinoamericanos han cumplido con esa investigación, permitiendo que uno pueda hacer su autoevaluación de forma fácil. Después de ello, ya se tiene una idea de lo que se desea ser como universidad plasmado en tu misión, visión, plan estratégico, anhelos, y ver lo que uno verdaderamente hace como institución”, comentó el Dr. François Vallaeys.
En adición, la vicepresidente de Sostenibilidad Corporativa de la USIL sostuvo que la formación de los alumnos se fundamenta en competencias complementada con los valores de los cuatro pilares institucionales: el emprendimiento, la globalización, la investigación, desarrollo y la sostenibilidad. “Este último pilar promueve la formación de ciudadanos responsables, éticos y empáticos, capaces de plantear soluciones sostenibles e innovadoras que generen bienestar para la sociedad. Dicha formación está a cargo de la Vicepresidencia de Sostenibilidad Corporativa (VPSC), la misma que trabaja en tres ejes: Gestión académica y de investigación, Gestión de impacto social y Gestión de impacto ambiental”, enfatizó.
Reforzando lo mencionado por Miaoihong Huang, François Vallaeys afirmó que los cuatro impactos de la universidad que definen su responsabilidad social son la gestión interna, reflejado en la parte laboral, medioambiental, interpersonal, buen gobierno; formación académica, relacionado a educación profesional y ética; investigación, aplicado en la producción de conocimiento, investigación aplicada; y finalmente, participación social, expresado en el trabajo en comunidad y sostener vínculos con los ODS.
UNIVERSIDADES Y ODS
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son los estándares de Responsabilidad Social, puesto que instan a las empresas y organizaciones de todos los sectores del mundo a comprometerse por mejorar la calidad de vida de las personas que habitan en nuestro planeta (Ramírez, 2017). Las universidades no son ni deben ser la excepción.
La vicepresidente de Sostenibilidad Corporativa de la USIL comentó que la institución que representa ha priorizado ocho ODS: Salud y bienestar, Educación de calidad, Trabajo decente y crecimiento económico, Industria, innovación e infraestructura, Reducción de las desigualdades, Producción y consumo responsable, Acción por el clima y alianzas para lograr los objetivos. “Realizamos, desde el año 2016, diversas charlas, eventos, capacitaciones, workshops, proyectos y actividades dirigidos a miles de jóvenes para difundir e incorporar los ODS en toda la comunidad estudiantil y generar bienestar social para diversas comunidades.
Algunos ejemplos de programas destacados son: el Modo USIL, programa que promueve el estilo de vida saludable y sostenible para colaboradores, alumnos y familiares de la Corporación San Ignacio de Loyola, y el Proyecto Occopata, que se desarrolla en la comunidad del mismo nombre y está conformada por 1100 habitantes aproximadamente. Allí se han realizado diversas construcciones de un espacio adecuado para el desarrollo de la psicomotricidad de los niños de nivel inicial, refacción e implementación de la cocina de la escuela inicial, entre otros proyectos”, detalló Miaohong Huang Li.
Por su parte, la jefa de la Oficina de Planificación y Acreditación de la Universidad de Lima, expuso acerca de la visión y acciones que ha venido desarrollando esta institución. “Nosotros hemos venido desarrollando capacitaciones dirigidas a docentes y alumnos, en alianza con AIESEC, para comprometerlos como promotores de la responsabilidad social con miras al logro de los ODS. También, el Centro de Estudios para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Lima lleva a cabo de manera permanente las Charlas Verdes, para fortalecer el compromiso de la comunidad con el cuidado medioambiental. Dentro de los temas relevantes están Agua limpia y saneamiento, Energía asequible y no contaminante y Ciudades sostenibles”.
Dentro de las otras importantes acciones que vienen realizando, se puede considerar a los programas de apoyo a colegios públicos y organizaciones educativas vulnerables, capacitaciones a microempresarios en situación vulnerable con la finalidad de reducir la pobreza y promover el crecimiento económico, y alianzas con instituciones públicas y más de 15 ONG para promover el logro de los ODS. También hacer mención al evento del Social Good Summit, que en alianza con la Fundación de las Naciones Unidas, brindan conferencias, cuyo tema central son los ODS y donde se dan a conocer iniciativas de empresas públicas y privadas de cara al logro de estos objetivos para el año 2030. El evento es abierto a toda la comunidad universitaria y al público en general.
Continuando con la descripción de acciones relacionadas al cumplimiento de los ODS, la directora de la Dirección Académica de Responsabilidad Social de la PUCP, comentó lo siguiente: “Hemos generado espacios de discusión e información para que la comunidad universitaria conozca y entienda la importancia de los ODS. Algunos ejemplos son el trabajo que se viene realizando desde la Cátedra UNESCO-PUCP de igualdad de género en Instituciones de educación superior o el trabajo que se ha venido haciendo con la Universidad Libre de Berlín y Trandes para trabajar todo lo referido a sostenibilidad. Asimismo, se incorpora en la gestión, formación, investigación y acciones co-curriculares y extra-curriculares temas como: género, ambiente, educación de calidad, disminución de la desigualdad, entre otros”.
CONSORCIO DE UNIVERSIDADES: ¿AYUDA A PROMOVER LA RSU?
Es una tendencia que las universidades nacionales realicen alianzas con algunos centros de educación superior del extranjero; sin embargo, en el Perú solo existe un consorcio de universidades, conformado por la Universidad de Lima, la PUCP, Universidad del Pacífico y Cayetano Heredia.
“En el caso del Consorcio hemos estado gestionando acciones vinculadas a voluntariados interuniversitarios y algunas otras. Esto ha sido beneficioso, ya que nos ha permitido compartir diferentes experiencias y enfoques de RSU y, a partir de esto, generar una posibilidad de trabajar proyectos en conjunto”, comentó la directora de la Dirección Académica de Responsabilidad Social de la PUCP, Tesania Velázquez , quien además mencionó que el Consorcio viene generando medidas colaborativas entre universidades peruanas a partir del trabajo de la Red de Encuentro Nacional de Responsabilidad Social (Red ENARSU), que tiene como objetivos generar un espacios de encuentro y diálogo entre universidades peruanas tanto públicas como privadas, acerca de las diversas experiencias, enfoques y modelos de RSU.
Complementando con las acciones del Consorcio, la jefa de la Oficina de Planificación y Acreditación de la Universidad de Lima, afirmó que se ha conformado una comisión de RSU del Consorcio que diseña y promueve iniciativas de trabajo en conjunto, las cuales favorecen la integración y el fortalecimiento del voluntariado estudiantil de nuestro país. Compartir experiencias en el logro de los objetivos relacionados con la RSU potencia el liderazgo que cada universidad debe asumir para la formación de ciudadanos responsables, comprometidos con la paz, la justicia, la reducción de la pobreza y el cuidado del planeta.
Si bien, el único consorcio de universidades del país viene realizando buenas acciones, hay que tener en cuenta un dato muy importante, y es que a nivel nacional, según la SUNEDU, existen cincuenta y uno universidades públicas, y noventa y dos privadas, teniendo cada una de estas acciones en RSU de manera aparentemente aislada. “A las universidades les encanta asociarse a nivel internacional pero es muy difícil hacerlo localmente, por el tema de la competencia directa. Esto hace que haya poco cambio en la enseñanza universitaria del Perú por la poca capacidad asociativa. En URSULA, intentamos juntar las universidades peruanas para que sean un mismo actor clave en el desarrollo del país, pero esto todavía no se da”, concluye el catedrático e investigador de la Universidad del Pacífico y Presidente de la Unión de Responsabilidad Social Universitaria Latinoamericana URSULA, François Vallaeys.
Además, agregó que este trabajo compositivo tampoco se da a nivel empresarial ni de Estado. “El Estado está entrampado en el conflicto entre el ejecutivo, el legislativo y lo judicial. Tenemos un país donde es muy difícil juntar a los actores para trabajar juntos”, sentenció.
BICENTENARIO: EXPECTATIVAS
El año 2021 es un tiempo donde las organizaciones enfocan algunos objetivos a corto plazo, debido a los 200 años de independencia del Perú, y los proyectos en la RSU no pueden ser la excepción. “Nuestros objetivos principales para el Bicentenario es fortalecer nuestro programa de desarrollo empresarial, dirigido a microempresarios de zonas vulnerables; escalar el proyecto de apoyo a los centros educativos vulnerables para mejorar la calidad educativa; potenciar nuestras alianzas con organizaciones enfocadas en el logro de los ODS y ser referentes en el mantenimiento de un campus universitario sostenible”, expresó la jefa de la oficina de Planificación y Acreditación de la Universidad de Lima.
Por otro lado, la vicepresidente de Sostenibilidad Corporativa de la USIL, afirmó que más allá de enfocar los objetivos en el bicentenario, estos están direccionados al 2030, año meta de los ODS. “Nos hemos propuesto ser una organización educativa referente en sostenibilidad a nivel Latinoamérica. En ese sentido, venimos adecuando nuestras políticas corporativas de sostenibilidad que permiten guiar y fortalecer el compromiso de nuestros alumnos, docentes y personal administrativo con la comunidad local y global. De igual forma, hemos alineado nuestro accionar con la Agenda 2030 de la ONU, lo que nos permite contribuir a los Objetivos de Desarrollo sostenible. Todo ello con el fin de lograr que nuestra comunidad universitaria de alumnos, docentes y colaboradores sean agentes de cambio que transformen realidades en bienestar de la sociedad”.
En el caso de la PUCP, la directora de la Dirección Académica de Responsabilidad Social, explicó que los objetivos planteados están basados en fomentar mucho más la participación de docentes y estudiantes en proyectos y acciones de RSU, promover mecanismos institucionales que faciliten la implementación de intervenciones relacionadas a los ODS, reducir el impacto ambiental de la PUCP, entre otras acciones.
El Dr. François Vallaeys, por su parte, enfatizó los objetivos en relación a la organización URSULA. “Queremos ser una voz latinoamericana para un proyecto diferente de universidades, actualmente el modelo de universidad que la sociedad ofrece a los estudiantes es la neoliberal, un centro privado, costoso, donde el estudiante busca sacar un cartón que va a poder validar en un mercado global, dándose la competencia de todos contra todos. Nosotros proponemos una idea de universidad donde el centro de estudios sea el actor de desarrollo en su territorio, juntando al estudiante con su comunidad. Investigando lo que tiene que investigar, juntando al investigador con su comunidad, brindando soluciones a los problemas sociales y ambientales. Que se formen a esos nuevos cuadros que van a ser los gerentes públicos del mañana, los empresarios del futuro; esa es la idea de universidad que estamos promoviendo”.
MÁS ACCIONES
Está claro que la RSU, no es filantropía, son acciones que realizan los centros de estudios ante sus impactos y compromisos que tienen con la sociedad. Ahora con una ley universitaria que las exhorta a cumplirla, y si las responsabilidades que no instruye una legislación, es la misma sociedad que impulsa a que los centros de estudios se hagan responsables de sus impactos.
Vallaeys brindó la siguiente reflexión: “Muchas veces la RS no solamente depende de uno, sino de un montón de actores, por eso hacer filantropía es fácil, es tu acto voluntario más allá de la ley. Sin embargo, ser socialmente responsable frente a tus propios impactos negativos eso es difícil. La filantropía es muy fácil, y placentera, la RS es difícil y a veces no tan agradable porque saca a uno de la zona de confort, por eso es importante que sea obligatoria, porque sin la ley nadie va hacer nada”, sentenció.
Ser socialmente responsable ya es un interés de toda organización que aspira a ser sostenible en el tiempo, las universidades están comprendiendo la importancia de la RSU; por lo menos, las consideradas grandes por muchos, la vienen realizando ¿Podríamos concluir que vivimos en una sociedad con una cultura universitaria primitiva en RSU? La respuesta es no, pero aún falta mucho por hacer.