BASF está comprometida con el uso responsable del agua a lo largo de toda la cadena de valor. Y justamente por eso, estableció metas ambiciosas para sus plantas industriales en América del Sur.
Una de esas metas es la reducción del 25% del agua utilizada para cada tonelada de producto fabricado hasta 2025, tomando como base de comparación el año 2016. Sus resultados ya son consistentes, si se toma en consideración que, desde 2002, el consumo de agua por tonelada producida disminuyó en un 55%.
La reducción del consumo de agua es consecuencia de diferentes acciones que se han aplicado durante este período:
- En Perú, por ejemplo, en la fábrica ubicada en Callao, se instaló un sistema de recuperación de agua de enfriamiento en los tanques de monómeros, que ha permitido reducir el consumo hídrico en esta actividad hasta en un 87%.
- En Brasil, desde hace años, se han implementado prácticas que han generado resultados significativos. En Guaratinguetá, el volumen específico de agua utilizado del Río Paraíba do Sul cayó en 81% en el período de 2002 a 2018; en Jacareí, el 100% del agua desechada en el proceso de desmineralización, debido a su concentración de sales, se reaprovecha en la fábrica, lo que equivale aproximadamente al 22% de toda el agua utilizada en ese lugar; y en Santo Antônio da Posse, un sistema de recolección de agua de lluvia permite que se reutilice este recurso para riego. En total, la capacidad de almacenamiento es de 6 millones de litros de agua, lo que permite reducir las captaciones subterráneas.
- En Chile – donde el 60% del agua disponible se utiliza para fines industriales y de agricultura – BASF aplica herramientas de gestión de recursos hídricos alineadas con la meta global de uso sustentable del agua en áreas propensas a la escasez hídrica. Con respecto a la captación de agua, se evidenció una reducción del 17% de 2017 para 2018 en la localidad de Concón.
- En Argentina, en la planta ubicada en Santo Tomé, se instalaron medidores de derrame de agua en el proceso productivo en vistas a intensificar el control de indicadores ambientales, mientras que en la unidad productiva de Poliuretanos en la localidad de Burzaco el agua de lluvia es utilizada para riego y lavado de camiones de carga.
El manejo de agua en BASF va más allá de las puertas de la empresa. En Guaratinguetá, por ejemplo, se están aplicando dos proyectos de impacto socioambiental cuyo objetivo es la preservación y el mejor uso del agua. Con el Programa de Incentivo al Productor de Agua, implantado en la ciudad junto con la Alcaldía del Municipio, la Fundación Espaço ECO (FEE) y otros socios estratégicos, se pretende aumentar la disponibilidad de agua en la Cuenca Hidrográfica del Ribeirão de Guaratinguetá, por medio de prácticas y estrategias de conservación del suelo, la recuperación de bosques de ribera y la protección de los remanentes de vegetación nativa y naciente, lo que incentiva a los productores rurales a cuidar áreas de protección permanente que se encuentran en sus propiedades. En casi diez años, el programa ya ha logrado restaurar 78 hectáreas de bosque, realizar el mantenimiento de otras 143 hectáreas de bosque existentes, así como conservar 86 hectáreas de suelo por medio de acciones para disminuir los procesos de erosión.
Por su parte, el programa denominado “Mata Viva”, realizado junto con la FEE, tiene por objetivo desarrollar soluciones para proteger los márgenes de ríos y corrientes, beneficiar a la biodiversidad existente en los biomas de la Mata Atlántica y el Cerrado y contribuir con la conservación ambiental en las propiedades agrícolas, con miras a aumentar la disponibilidad de agua en el Río Paraíba do Sul. Con el proyecto, ya se han recuperado más de 300 metros de bosque de ribera y se comenzó con la restauración de bosques también en otras áreas del Complejo Químico de BASF en Guaratinguetá, gracias a lo cual se han alcanzado las actuales 132 hectáreas de cobertura verde, equivalentes a 185 campos de fútbol. Desde el inicio del programa, ya se han sembrado más de 278 mil esquejes de diferentes especies nativas.
Soluciones para la reducción del consumo de agua para el cliente y consumidor final
Las metas de sustentabilidad de BASF también son ambiciosas en toda su cadena de valor. Y en el centro de ellas se encuentran los clientes, que cada vez más exigen soluciones sustentables para poder cumplir con las exigencias de los mercados.
En el segmento del Cuidado del Hogar, se desarrolló un activo que permite colocar prendas blancas, de colores y oscuras en el lavarropas en una misma carga de ropa. Además de la enorme practicidad, la innovación Sokalan® HP56, que actúa como inhibidor de transferencia de colores, disminuye el consumo de electricidad, detergente, suavizante, además de que promueve la reducción de 1,1 mil litros en la cantidad de agua consumida por año, por residencia, lo que equivale al uso diario de cinco personas.
En las soluciones para construcción civil, el destaque es el superplastificante MasterGlenium, que aumenta la eficacia de la hidratación del cemento y reduce el uso de agua en más de 40% en comparación con los procesos convencionales. De hecho, datos del Departamento de Ingeniería de Construcción Civil y Urbana de la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo indican que la producción de un metro cúbico de concreto exige, en promedio, de 160 a 200 litros de agua.