Por Stakeholders
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La eficiencia energética es clave para satisfacer la demanda de energía y, al mismo tiempo, proteger el clima.
Ser energéticamente eficientes en la industria, la movilidad y la vivienda ofrecerán el mayor potencial para usar energía de manera más eficiente, reduciendo costos y también emisiones.
En BASF, empresa química líder en innovación y sustentabilidad, lograr avanzar en materia de eficiencia energética es uno de los objetivos centrales de la compañía, tanto a nivel mundial como local. BASF ha logrado un progreso continuo en los últimos años a través de la implementación del concepto único de “Verbund” y la optimización integrada del proceso del uso de energía.
Estamos comprometidos con la eficiencia energética y la protección del clima global. Queremos reducir las emisiones a lo largo de la cadena de valor y utilizar, por ejemplo, tecnologías eficientes para generar vapor y electricidad, procesos de producción eficientes energéticamente y gestión integral de la energía. Nuestros productos de protección del clima hacen una importante contribución para ayudar a nuestros clientes en casi todas las industrias a evitar las emisiones.
El concepto de Verbund, que se aplica en los principales sitios productivos a nivel global, hace una contribución importante a la eficiencia energética al vincular la producción de la compañía con la demanda energética, es decir, el calor residual de los procesos de producción se captura como energía aprovechable en otras plantas de producción. Gracias a esta innovación, BASF ahorró el último año aproximadamente 31,6 millones de MWh, lo que equivale a una reducción anual de emisiones de CO2 de 6,3 millones de toneladas métricas.
Así, más del 45% del consumo de vapor del grupo BASF se cubre mediante el uso de un exceso de calor de proceso y del uso energético de los subproductos de la producción. El Verbund es una de las principales fortalezas de la compañía para garantizar el uso eficiente de los recursos, ofreciéndole una ventaja competitiva crucial, que impacta positivamente el medio ambiente y el clima.
Ser energéticamente eficientes en la industria, la movilidad y la vivienda ofrecerán el mayor potencial para usar energía de manera más eficiente. Solo a través de la eficiencia energética y con las tecnologías existentes, es posible frenar el aumento de la demanda mundial de energía prevista y, por lo tanto, las emisiones de CO2 para el año 2030 de manera significativa. Para eso, las soluciones basadas en química juegan un rol fundamental.
Proyecto Triple E
En América del Sur, las acciones relacionadas a potenciar la eficiencia energética están agrupadas en el proyecto Triple E (Excelencia en Eficiencia Energética), principal responsable de la mejora en los indicadores de eficiencia energética en la región. Iniciado en el Complejo Químico de Guaratinguetá en diciembre de 2015, la iniciativa ya está presente en siete las localidades de BASF en América del Sur: Guaratinguetá, Camaçari, Demarchi, Jacareí e Indaiatuba en Brasil, General Lagos en Argentina y Concón en Chile. El objetivo es aumentar la competitividad de BASF a través de la eficiencia energética, mejorando los costos de energía y reduciendo los impactos ambientales.
El proyecto está alineado los objetivos y metas globales de la compañía: la reducción global para 2020 en el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero por tonelada de producto vendido; el aumento de la eficiencia energética de las unidades de América del Sur en un 7% para 2025; y la introducción de un sistema de gestión de energías (norma ISO 50001) en las unidades productivas: Guará, Demarchi, Camaçari y Concón que, juntas, representan aproximadamente el 90% de la demanda de energía primaria de BASF en América del Sur. En esta línea, la planta productiva de BASF en Concón ha comenzado el proceso de certificación de la norma ISO 50001, la normativa internacional orientada a mantener y mejorar un sistema de gestión de energía para permitir una mejora continua de la eficiencia energética, la seguridad energética, la utilización de energía y el consumo energético con un enfoque sistemático. Este estándar apunta a permitir a las organizaciones mejorar continuamente la eficiencia, los costos relacionados con energía, y la emisión de gases de efecto invernadero.
