Por Pedro Franco – Decano de la Facultad de Administración y Contabilidad de la Universidad del Pacífico y experto en Responsabilidad Social…
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Aparentemente recién el gobierno ha iniciado un proceso de articulación de esfuerzos para trabajar, a nivel país, por la consecución de los objetivos de desarrollo del milenio que suscribimos con la iniciativa del entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan. Aparentemente para un sector importante del país, aún parece un tema que le pertenece al vecino y por ello no terminamos de integrar esfuerzos o peor aún, no hacemos nada.
El simple enunciado del objetivo nos puede parecer utópico. Pensar que para el año 2015 haya desaparecido la extrema pobreza y el hambre en el Perú parecería una meta inalcanzable. No es la intención generar un sentimiento pesimista, justo ahora que estamos tratando de salir adelante no solo en gastronomía sino también en deporte y otras actividades. La intención es llamar la atención de quienes deben preocuparse de definir programas y planes orientados a que el Perú tenga estadística clara y confiable de lo que trabaja para reducir la pobreza extrema y el hambre.
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¿Cuántos peruanos percibían menos de 1 dólar al día en el año 2000? ¿Podemos tener datos confiables? ¿Cuántos perciben actualmente 1 dólar al día? Creo que es tiempo de precisar estos indicadores para poder medir los logros alcanzados.
Vamos a la mitad del camino. Estos objetivos deben alcanzarse en el año 2015. Resulta ciertamente frustrante no encontrar casi nada al buscar estadísticas para ver cómo vamos en esta carrera de lucha contra los principales flagelos de nuestro planeta. En la estadística de la CEPAL, ni siquiera aparece la data de Perú. En el INEI, los datos no son alentadores aún, asumiendo que la información es confiable. Se esperaba tener mediciones y evaluaciones intermedias de los avances logrados, pero esto es sólo una intención.
Al tratar de buscar elementos cualitativos de reducción de pobreza y hambre, no creo encontrar argumentos válidos para ilusionarnos con la idea que estos problemas se van mitigando en nuestro país. El nivel de mendicidad en las zonas urbanas crece, o aparentemente crece ya que no tenemos indicadores al respecto. La migración igualmente sigue avanzando a pesar de la prosperidad de algunas zonas del país.
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Sería especialmente importante conocer los índices de desnutrición en el país. Ciertamente los índices de extrema pobreza aún se mantienen por encima del 50% y sin señales de reducción, por lo menos hasta el 2004, últimos datos publicados en la página del INEI.
LA EDUCACION
El segundo objetivo es lograr la enseñanza primaria universal. Este objetivo indica que se logrará la enseñanza primaria universal si aseguramos que todos los niños y niñas puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria. Los indicadores no son muy alentadores, a pesar del optimismo de la gente del gobierno por los altos índices de presencia de escuelas en el interior del país. ¿Cuál es nuestra situación actual? Aquí el tema no es cuántas escuelas, sino cuál es la calidad de la enseñanza en nuestro país. En este sentido, ¿tenemos objetivos parciales para poder medir los avances en el trabajo realizado relacionado? Es cierto que este objetivo, tal como se indica, está delimitado por la enseñanza primaria. Por lo tanto, el tema de la educación secundaria no es parte de la discusión. ¿Qué podemos hacer para lograr este objetivo?
¿Es necesario que el Gobierno busque el apoyo y participación de la sociedad para poder trabajar todos en la consecución de este objetivo? A pesar de los esfuerzos de las Naciones Unidas y de la ayuda de algunos países, no es fácil identificar la ruta que se debe seguir para lograr este objetivo. Probablemente el tema puede ser extremadamente complicado; sin embargo, podemos hacer un esfuerzo conjunto y trabajar con tres variables básicas: maestros, infraestructura y alumnos.
Con esto se puede plantear un plan de trabajo que ordene el proceso para alcanzar este segundo objetivo de desarrollo del milenio.
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La infraestructura escolar es un tema de requiere una coordinación decidida, por parte de las autoridades competentes, para lograr las metas planteadas. El país está pasando por un proceso de descentralización.
Esto es positivo. Los gobiernos regionales y municipales deben preocuparse por contar con una infraestructura adecuada para proveer a nuestros niños de las condiciones básicas en las aulas, servicios higiénicos, patio y demás ambientes de la escuela.
No es ninguna novedad afirmar que las arcas públicas continúan acumulando fondos debido a la ausencia de propuestas de inversión serias. Esta es una oportunidad de oro para comenzar a trabajar y ejecutar proyectos. Aparentemente esta variable es la que ha avanzado más en país. La variable alumnos se resuelve en la medida que se trabaje en el primer objetivo relacionado con la erradicación del hambre y con él, el tema de la desnutrición.
Se puede ver un esfuerzo del Gobierno, especialmente desde el Congreso para trabajar los objetivos de desarrollo del Milenio a nivel país, lo importante es convocar y organizar de manera integral los esfuerzos para luego poder informar a la población de lo que se está haciendo por el País.