
Muchas veces nos ponemos a pensar, ¿cómo sería mi vida, si tuviera más tiempo?, ¿cuáles serian las cosas que haría? o ¿con quienes pasaría mi tiempo? Y es que entre tantas obligaciones y responsabilidades diarias, el tiempo que tenemos para disfrutar de nuestro esfuerzo, cada vez es más reducido.
Y para algunas personas, incluso es más difícil estar en casa que en el trabajo porque tienen que lidiar con una pareja enojada, que reclama ser dejada de lado porque no se siente lo suficientemente apoyada porque hay cosas por hacer en casa o con los hijos que solicitan un espacio para jugar, conversar o sólo para comer juntos. Entonces en casa le echamos la culpa al trabajo de nuestro cansancio y en el trabajo se la atribuimos a “los problemas de la casa”.
Pero, ¿realmente es la falta de tiempo lo que nos genera problemas? o somos nosotros los que no encontramos un equilibrio para todas las áreas de nuestra vida, ya que no solo tenemos que pensar en la familia y el trabajo, sino también en nosotros mismos. Cómo encontrar este equilibrio, sin sentir que es una tarea más.
Existen muchas formas de conseguirlo, empezando por nosotros. Busquemos alguna actividad que realmente nos agrade y nos ayude a liberar tensiones, y que no esté relacionada con ningún asunto laboral. Esto puede variar según el gusto de cada persona, puede ser con ejercicios, técnicas de relajación, algún deporte, salidas a lugares especiales, viajes cortos, o nuestro hobby preferido que se fue quedando de lado con el pasar del tiempo. Por otro lado, debemos de conocernos a profundidad para saber cuáles son nuestras fortalezas y porque no, también conocer que cosas podríamos mejorar; esto es muy importante ya que fortalecerá nuestra autoestima, llevándonos a sentirnos satisfechos con nosotros mismos y eso nos dará mayor confianza y seguridad.
En el trabajo lo más importante es administrar adecuadamente nuestro tiempo y así evitaremos tener que hacer horas extras, lo que no solo nos quita tiempo, sino que termina por dejarnos más agotados al final del día. Organicémonos en base a prioridades, y démosle un espacio del día a cada cosa por hacer, evitando que los plazos de entrega que nos dan se nos hagan demasiado cortos y la tensión aumente. Aún así, podemos decidir también qué es lo más importante, que es necesario que hagamos nosotros y derivar responsabilidades, aceptando nuestras limitaciones, ya que no podemos hacerlo todo. Busquemos por todos los medios de encontrar formas de disfrutar lo que hacemos tanto como sea posible, ya que entre más disfrutemos de nuestro trabajo, más energía tendremos para nosotros y para compartir con nuestros seres queridos.
Ahora, en casa, teniendo en cuenta la situación económica actual, muy pocas familias pueden mantenerse con un solo salario y con todas las comodidades que uno desea, por lo que, si ambos integrantes de la pareja trabajan, el tiempo para compartir en familia cada vez es más reducido sin mencionar los quehaceres diarios y el cuidado de los niños. Para ello tenemos que buscar lo mejor y lo más conveniente, manteniéndonos cerca de algún familiar que pueda ayudarnos o hallar el lugar o la persona adecuada. Lo siguiente es que también se compartan las responsabilidades, incluso con los hijos, distribuyendo tareas y planteando retos, haciendo que los quehaceres no sean vistos como un castigo, sino como parte normal de la vida, con la satisfacción de que cuando todos ayudan, hay más tiempo para las actividades divertidas como familia.
Las actividades como familia son muy importantes y debemos disfrutarlas al máximo, incentivando a que todos proporcionen ideas acerca de lo que se hará, los lugares a visitar, o las cosas que también podrían hacerse dentro de casa, como algún torneo en familia, ver una película, etc. No es necesario que para ello esperemos a las siguientes vacaciones, sino puede ser el fin de semana, o el próximo feriado largo.
También podemos involucrar a nuestros hijos en nuestros asuntos laborales, comentarles acerca de nuestras funciones, o situaciones del día a día, incluso llevarlos a nuestro centro laboral, así ellos se sentirán parte de lo que hacemos. Este involucramiento favorece no solo a que compartamos más tiempo juntos, sino también a aprender a asumir roles y compromisos.
Para este propósito la Identificación de Perfil, es un proceso que tiene por objetivo identificar cuáles son esas características de personalidad y habilidades potenciales, así como el analizar la experiencia y el comportamiento de la persona, para llevar a un óptimo desarrollo tanto a nivel personal como profesional.
Por: Karla Martell Zapata
Consultora Organizacional de Perfil
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