
Remy Balarezo
– Docente del Diplomado de Comunicación Corporativa y Desarrollo Sostenible de la Universidad de Piura
En un discurso dado por el Presidente Barack Obama en el año 2015 resaltó la importancia del desarrollo sostenible para el mundo indicando lo siguiente: “no hay mayor reto para las futuras generaciones que el cambio climático”. Por su parte, Michael Bloomberg (Presidente de Risky Business y Alcalde de NY) considera que las tormentas, inundaciones y olas de calor le están costando actualmente billones de USD$ a las economías locales. El Perú no es ajeno a esto, el Fenómeno del Niño Costero que afectó nuestro país el mes pasado ha generado pérdidas de aproximadamente USD 4,000MM. En este sentido, el cambio climático representa un riesgo creciente para las empresas y presenta altas posibilidades que los inversionistas pierdan mucho dinero (Flammer y Bansal, 2017).
Adicionalmente, los problemas sociales no son ajenos. El sistema capitalista ha traído muchos beneficios y se ve reflejado en que hoy en día estamos próximos a conseguir la satisfacción material de todos, pero también ha causado muchas externalidades. El sistema de producción al estar centrado en la creación de rentabilidad ha dejado de lado necesidades sociales importantes, producto de la falta de capacidad de pago de beneficiarios potenciales, como, por ejemplo, la medicina para los pobres (Adler, 2016).

El tema social no es ajeno a nuestro país, así en el Perú 4MM de personas no acceden a agua potable y 9MM carecen de saneamiento. Sólo 3 de cada 10 peruanos no cuentan con un baño que reúna las condiciones mínimas de higiene y permita llevar una vida digna. Ante esta problemática, y en la búsqueda del logro del desarrollo sostenible, que considera lograr de manera simultánea mejorar el resultado económico, social y medioambiental (Bansal, 2005) el editorial de la Academy of Management Journal por George et al (2016), hace un llamamiento a que son las empresas que de manera activa deben de trabajar con los Gobiernos y las Agencias Multilaterales para poder solucionar estos problemas. Ahora bien, la pregunta cae de madura: ¿es posible que la empresa genere rentabilidad al buscar este objetivo?
De acuerdo a distintos estudios y al último estudio de Albertini (2013) se puede concluir que existe una relación positiva entre resultados medioambientales y sociales de la empresa con la rentabilidad de la misma. Por tanto, hoy en día la discusión no está tanto en si se da o no un resultado económico cuando la empresa busca el desarrollo sostenible. Más bien, los estudios se están centrando en factores que lleven a explicar de qué manera las empresas pueden mantener la búsqueda de estos objetivos no solo a corto plazo, sino también a largo plazo. En este sentido, el estudio de Flammer y Bansal (2017) demostró que las empresas que poseen una visión de largo plazo y realizan inversiones, cuyos resultados se materializan en el largo plazo (Ej: relación con los grupos de interés) poseían un mayor valor de mercado y un mejor performance operativo que las empresas que buscaban únicamente objetivos de corto plazo.
Por su parte, Wright y Nyberg (2017) encontraron que el liderazgo de los negocios en el cambio climático por si solo es insuficiente para que se realice la des carbonización y así evitar el riesgo climático. La innovación tecnológica y de negocio son una parte esencial pero también se requiere una guía regulatoria. La regulación medioambiental es importante, pero como demostró Dowell y Muthulingam (2016) las empresas que más probablemente se embarquen en temas relacionados al medioambiente adoptarán iniciativas sencillas con rentabilidad moderada más que iniciativas más disruptivas y rentables. Es decir, se debe ir de menos a más en la búsqueda del desarrollo sostenible. Por eso la importancia de tener claro que el problema es un problema que enfrentamos a largo plazo y que no se solucionará con medidas cortoplacistas.
Cómo verán hoy en día no está en tela de juicio si es rentable o no que las empresas tengan como objetivo el desarrollo sostenible, sino más bien de qué manera hacemos que ese objetivo se mantenga en el tiempo. Es desde la universidad y academia que estamos tratando de responder esas preguntas ya que si no puede ocurrir lo que indica Yuval Noah (2016): “no hay justicia en la historia. Cuando el desastre embiste casi siempre los pobres sufren más que los ricos, aunque de entrada fueron los ricos los que causaron la tragedia”. Por eso la importancia que las empresas busquen el desarrollo sostenible, aún estamos a tiempo.