Tras los últimos episodios de la política nacional, la institucionalidad del país es uno de los aspectos más afectados, pues la inestabilidad genera desconfianza en las instituciones de gobierno y sus autoridades. “Actualmente existe un consenso político verbal, pero hace falta un consenso real, una decisión de colaboración con la visión de país avalado por todas las autoridades políticas. Este será el punto de partida de la transformación de las instituciones”, indicó Felipe Palacios, Consejero Comercial de la Unión Europea en Perú, durante su participación en el VII Foro Visiones organizado por la Cámara de Comercio de España en Perú, la Embajada de España, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Foro de ONG españolas.
Durante el foro se señaló que la colaboración política permitirá generar confianza en los ciudadanos, establecer metas concretas para el país, colocar a las personas adecuadas para lograrlas y luego consultar dichas metas a los ciudadanos. Sin embargo, todo esto sería en vano si es que no existe participación ciudadana, la segunda clave para la institucionalidad: “Si tienes una expectativa del Estado, tienes que contribuir a su funcionamiento. No puedes quejarte de la decisión si no participas en el proceso”, indicó Palacios.
Al respecto, Mayén Ugarte, Secretaria de Gestión Pública de la PCM, señaló que “el ciudadano debe exigir más de sus instituciones para que estas funcionen, involucrarse para que el Estado se movilice”.
En ese sentido, Angélica Matsuda, líder de Perú D, indicó que “Los ciudadanos ya han comprobado y demuestran su capacidad de ejercer cambios en políticas públicas y cambios de patrones de conducta que consideran incorrectos. Por ejemplo, lo hemos visto con las movilizaciones por ‘La ley Pulpín’, entre otros casos, pero esto es solo el inicio, aún nos falta mucho por recorrer en cuestiones de participación ciudadana”. Para ello deben existir mecanismos de consulta para generar confianza y conectar con la sociedad o iniciativas como los Desafíos Perú D, que invitan a los ciudadanos a proponer soluciones a problemas sociales como la seguridad, el cuidado del agua, entre otros.
Asimismo, Juan Carlos Cortés, presidente ejecutivo SERVIR, también el poder ganado por la sociedad civil y sus tareas pendientes. “El ciudadano se ha convertido en sistema contralor. Con las redes sociales han ganado fuerza en su papel de vigilantes, pero necesitamos que avancen hacia el siguiente paso: de la opinión inteligente y la organización hacia un mismo fin”, puntualizó.
¿Qué identifica a una institución sólida?
Visiones también identificó dos de las principales características sencillas con los que los ciudadanos pueden percibir y determinar si sus instituciones funcionan: la empatía y la predictibilidad.
La primera se refiere a si el funcionario, de las instituciones públicas o privadas, se pone en los zapatos del ciudadano, le brinda soluciones y genera confianza. La predictibilidad, por su parte, se refiere a que la capacidad de la institución de funcionar igual para todos, en cualquier momento y circunstancia. “A la larga, la confianza que genera la empatía, brinda mayor predictibilidad sobre el funcionamiento de la institución y decanta en la legitimidad de la institución frente a la ciudadanía”, indicó Juan Carlos Cortés.
Al respecto de la predictibilidad – aquella que hace que, por ejemplo, confiemos en que un trámite en SUNAT se puede realizar siempre de la misma manera y en el mismo tiempo, por lo que puedo programar la realización de dicho trámite –, Mayén Ugarte agregó que para que exista debe haber conocimiento sobre quién es el ciudadano. “Para ello, el Estado y las instituciones privadas no deben buscar igualar a todos los ciudadanos porque es más fácil entregar y gestionar una sola solución para todos, sino crear instituciones flexibles que puedan adaptar las reglas para dar respuesta eficiente a cada ciudadano”, finalizó.