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Telemedicina: La cara humana de la tecnología

Por Stakeholders

Lectura de:

Por: Chriss Ríos
crios@stakeholders.com.pe

El concepto 

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la telemedicina consiste en el suministro de servicios de salud – cuando la distancia constituye un factor crítico – impartido por profesionales que apelan a tecnologías de la información para intercambiar datos y diagnosticar, recomendar tratamientos, prevenir enfermedades, así como para la formación permanente de profesionales de la salud, con el fin de mejorar la salud de las personas y las comunidades que habitan.

En países con tecnología más avanzada, los programas de telemedicina incluyen dentro de sus planes nacionales de salud atención médica en línea, redes multimedia de monitoreo e investigación, además de intervenciones quirúrgicas a distancia. En el Perú, existen algunas iniciativas decididas a aprovechar los beneficios de la telemedicina, entre las que destaca el Centro Nacional de Telemedicina (CENATE) de Essalud.

El origen 

Sobre la creación del CENATE, su Directora General y médica radióloga, Bernardette Cotrina, indicó que fue en el 2013 que la presidenta de Essalud hizo pública la necesidad de institucionalizar la telemedicina. Cotrina y su colega, el médico informático Juan Carlos Bartolo, fueron convocados para sacar adelante este proyecto en base a su experiencia en este rubro, ella como Jefa de Servicios de radio diagnóstico y él como Jefe del Sistema de Imágenes Médicas Institucional.

Dra Bernardette Cotrina, Directora General del Centro Nacional de Telemedicina (CENATE).

Es así como surge la iniciativa de institucionalizar la telemedicina con la doctora Cotrina y el doctor Bartolo a la cabeza, la primera en la parte asistencial y el segundo en la parte tecnológica. La etapa inicial incluyó recopilación de información, consolidación de equipo técnico y definición de criterios de priorización de centros de salud que participarían en la experiencia. En el 2014, se creó el CENATE de manera oficial. “Nacimos con la misión de dar la actividad prestacional de telemedicina de forma diaria, masiva y sostenible; con infraestructura y personal propios”, enfatizó Cotrina.

El Perú ha tenido más de 25 proyectos de telemedicina que quedaron solo en pilotos, por lo que la actual directora de CENATE se preguntó cuál había sido el punto vulnerable. “Me di cuenta que nuestra fortaleza debía ser la sostenibilidad. Por ello creamos un centro con infraestructura propia, personal calificado propio y horario propio, además de redes sólidas a nivel de provincias que sean capaces de ofrecer la telemedicina como un servicio cotidiano de salud”, manifestó.

El modelo 

Con este nuevo modelo se pasó del clásico servicio de salud asistencial/presencial a uno telepresencial. No todos los médicos están en capacidad de viajar a provincia, ni los pacientes de viajar a la capital a atenderse; sin embargo, este tipo de asistencia médica bloquea estas barreras. «Hemos pasado de una visión netamente curativa, a una que también es preventiva», remarcó Cotrina.

La telemedicina del CENATE está compuesta por tres ejes: teleradiología, teleconsulta y teleserum. Estos se explican a continuación.

  1. Teleradiología 

Este servicio consiste en que un equipo médico (mamógrafo, tomógrafo, etc) que está en un centro asistencial de provincia, toma imágenes de pacientes que se guardan en un servidor local, que las replica en un servidor centralizado de Lima al que tendrán acceso los médicos del CENATE. De esta forma, ellos pueden diagnosticar sin necesidad del factor presencial.

“En este punto ahorramos mucho en insumos. Antes del 2014, gastábamos entre 27 y 28 millones de soles para la compra de fibra radiológica para placas. Imprimirlas costaba más de $3 c/u, hoy la digitalización de cada imagen equivale a 49 centavos”, indicó Cotrina.

  1. Teleconsulta 

A través de determinadas cámaras y equipos instalados, los médicos de provincia transmiten en tiempo real imágenes de sus pacientes, las cuales son vistas por médicos especialistas del CENATE para realizar un diagnóstico. Ellos deciden si es necesario que el paciente viaje a Lima para tratarse o si solo es necesario prescribirle una determinada medicación.

La doctora Cotrina comentó que para empezar a ofrecer este servicio, se tuvo que viajar a los distintos centros asistenciales de provincia y capacitar al personal médico – sede por sede – en el uso de los equipos tecnológicos y en el protocolo que se debía seguir. “Cuando se habla de médico a médico, surge un ambiente de identificación y convencimiento. En ocasiones, proyectos de este tipo son liderados por ingenieros, quienes por mucha capacidad técnica que tengan, desconocen de procesos médicos y no generan empatía en ellos”.

  1. Teleserum 

Uno de los profesionales de salud que se encuentra aislado comunicacionalmente es el serumista, médico que al terminar la carrera y titularse debe ir obligatoriamente durante un año a hacer el Servicio Rural Urbano Marginal (SERUM) para validar su título a nivel de la nación. Ellos van a sitios muy alejados con cero experiencia, probablemente trataron pacientes solo en el internado y a nivel académico. Ahora deben hacerlo solos y a nivel profesional.

Pensando en ellos, se creó un aplicativo móvil para recibir asesoría de los médicos del CENATE. “Los serumistas usan su propio celular– que debe contar con un mínimo de resolución y pixeles – y toman fotos a sus pacientes, las suben a la aplicación y ahí es almacenada y vista en Lima. El personal del CENATE asesora a los jóvenes médicos según lo que observan, sugieren y/o piden más datos”, explicó Cotrina. De esta forma, se ha logrado que ahora el serumista diagnostique acertadamente a sus pacientes y mejore radicalmente sus capacidades profesionales.

Cotrina destacó que desde que se lanzó en el 2015, los serumistas han adquirido una considerable experiencia, pertinencia y destreza diagnóstica, siendo la población atendida la gran beneficiada. Por su parte, el doctor Juan Carlos Bartolo, resaltó que esta acción no tiene precedentes en el Perú. “Esta asesoría a distancia a los médicos jóvenes y menos experimentados de zonas rurales, no ha sido realizada antes por ninguna institución”.

Los logros 

Desde su creación en el 2014, el Centro Nacional de Telemedicina atendió a distancia – en sus primeros 28 meses – a 62.183 asegurados que viven en zonas alejadas del interior del país, quienes conocieron sus diagnósticos e hicieron tratamientos especializados. La mayoría de ellos pertenecen a las zonas de Tingo María, Pucallpa, La Oroya, Huánuco y Huancavelica.

Además, se ahorraron más de 15 millones de soles. Aproximadamente 10 millones 558 mil soles se ahorró solo en lectura de placas, pues se dieron lecturas a distancia de 30.599 imágenes de Rayos X, 14.784 mamografías y 16.800 tomografías.

A la fecha, el CENATE cuenta con una infraestructura propia de aproximadamente 100 m2 ubicado en el complejo Arenales (Jesús María), En todo el país, son en total 52 los centros asistenciales.

Sin embargo, un gran obstáculo que tienen como institución pública son las limitaciones presupuestales. “Debemos cumplir una serie de requerimientos y justificar al detalle cada gasto que queremos hacer, eso nos dificulta mucho avanzar como quisiéramos, pero de no hacerlo se nos acusaría de malversación de fondos o corrupción”, expresó Bernardette Cotrina.

Los proyectos 

El CENATE trabaja actualmente en convenio con la nueva facultad de Ingeniería Informática Biomédica de la PUCP, con el objetivo de crear y potenciar tecnología peruana al servicio de la salud. “Hemos hecho un ecógrafo rural, cuyo material registrado está en capacidad de viajar desde provincia a un centro como el CENATE para diagnosticar a distancia”, explicó el doctor Bartolo. “Parte de su gran valor radica en que se trata de un equipo con instrucciones simples que cualquier persona – sin necesidad de ser personal médico – puede maniobrar”, acotó.

Dr Juan Carlos Bartolo, Subdirector del Centro Nacional de
Telemedicina y Responsable
del Área Tecnológica.

Essalud y la PUPC están concursando en la fundación de Bill Gates con este ecógrafo rural, en pos de ganar una subvención económica muy grande para una mejor implementación que genere un impacto masivo y a nivel nacional.

Sumado a ello, existe el proyecto de software de realidad aumentada, que permite que una persona sea operada por un especialista a distancia. Como ejemplo de esta tecnología el doctor Bartolo colocó al conocido juego Pokemon Go, el cual superpone imágenes virtuales (los pokemones) en un escenario y tiempo reales. “En este caso, la mano de un cirujano que sí está presencialmente con su paciente, superpone – a través de una pantalla – la imagen virtual de un cirujano experto a distancia, quien ve la imagen del paciente en tiempo real y dirige la cirugía sin necesidad de estar físicamente ahí». 

De no contar con ello, se tendría que esperar que una vez al año algún médico especialista venga al Perú. La “realidad aumentada” aplicada en medicina ya está aprobada en el país y hay casos específicos en los que ya se han realizado cirugías bajo esta modalidad. Sin embargo, el desafío está en capacitar a los médicos asistenciales peruanos que van a interactuar con los médicos expertos a distancia, pues solo así estas operaciones podrán ser de carácter masivo.

La recompensa 

La doctora Cotrina confesó que hubo un caso particular en el área de teleradiología que la marcó humana y profesionalmente. “Esto pasó cuando recién empezábamos. A un minero del sur del país le cayó una roca en la cabeza y fue derivado a un centro asistencial de Huancavelica. Allí le hicieron una tomografía con un equipo que se había adquirido recién un año antes, el médico a cargo no era radiólogo y no sabía qué hacer con los resultados. Afortunadamente, el CENATE ya tenía habilitado su sistema de imágenes médicas y desde aquí pudimos ver su caso. Una de nuestras radiólogas diagnosticó traumatismo encéfalo craneano agudo y ordenó que aquel paciente sea traído a Lima con urgencia. Ese hombre era un padre de familia trabajador, quien gracias a la telemedicina sobrevivió”.

“Con esta experiencia, yo tomé consciencia de que me hallaba en el camino correcto y que tenía que luchar contra viento y marea para que la telemedicina sea una realidad al alcance de todos”, sostuvo. Ella también agregó que lo más reconfortante de esta labor es no limitarse a velar solo por el bienestar de uno mismo y su familia, sino por el de todos, en especial los de condiciones vulnerables. “Estoy liderando un cambio a beneficio de todos, dentro de la institución en la que crecí como profesional y ser humano. Eso no tiene precio”, enfatizó.

Por su lado, el doctor Bartolo señaló que para él la mayor recompensa es beneficiar a los pacientes que más sufren las consecuencias de la enorme brecha en servicios de salud existente en el Perú. “Adicionalmente me reconforta acercar al país mediante la tecnología. La visión anticuada de la sociedad cree que la tecnología genera distancias entre las personas, sin embargo con la telemedicina demostramos todo lo contrario. Siento un gran orgullo”.

La conclusión 

En muchas ocasiones, la telemedicina solo es asociada con equipos y tecnología, sin embargo ambos médicos coincidieron en que ésta va mucho más allá. “Implica una sólida gestión de cambio, así como profesionales médicos aptos, concientizados y capacitados en estas nuevas metodologías. Antes que el recurso tecnológico, nosotros nos apalancamos en el recurso humano”, remarcó Cotrina.

La cuestión radica en que este es un servicio que tiene que ser masivo, cotidiano y propio del servicio institucional de salud. “¿Por qué debe salvarse solo un porcentaje de vidas?¿Por qué no todas?”, planteó la directora del CENATE. «Trabajar bajo esa consigna es nuestro sello y valor diferencial con respecto a otros casos aislados de telemedicina. Este año nos encontramos en la faceta de capacitación y compromiso, el reto recién empieza”, concluyó.




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