¿Qué significa el sur para el país?El sur es una oportunidad importante para el desarrollo nacional, tiene diversas potencialidades y a lo largo de los últimos años se han ido construyendo muchas interrelaciones que facilitarían no solamente las relaciones con los países vecinos, sino también con el mercado mundial.
¿Cuál es el rol de cada departamento en este proceso?
Cada uno tiene un proceso de diversificación. Cusco tiene la explotación del gas, del café y del té en La Convención y la posibilidad del desarrollo ganadero en las zonas altas. Puno tiene la ganadería y la producción de forrajes en el altiplano, la producción de té, café y minerales en la cuenca del Inambari y el comercio y el turismo alrededor del Lago Titicaca.
¿Dónde queda Arequipa?
Creo que el rol político de desarrollo de Arequipa en el sur se ha hecho menos notorio en la actualidad porque ha habido crecimiento en otros lugares como Cusco y Puno, lo cual me parece bastante bien. Es positivo que comiencen a disputarse los liderazgos y por ello, hay que fortalecer los procesos de ciudades intermedias y el desarrollo de capacidades. Lo importante es que todos puedan “jalar hacia arriba”.
¿Qué es lo que falta para “jalar hacia arriba”?
Lo que debemos hacer es establecer corredores económicos y cadenas de valor que permitan tener desarrollo turístico e integren a toda la región sur, estableciendo de esa manera las condiciones para poder comercializar bienes y servicios en el mercado nacional y también promover la exportación.
¿Es decir que debemos pensar el desarrollo en términos económicos más que políticos?
Yo creo que dadas las circunstancias, el desarrollo económico es el que tiene que ser descentralizado.
Pero esta integración económica, ¿no se ve afectada por los conflictos por límites y recursos?
Esos problemas han surgido más por el uso de los ingresos del canon o por el uso del agua. Lo que hay que buscar es cómo desarrollar una política con respecto al uso de estos recursos económicos de una manera más eficiente que simplemente asignarlos en función al lugar en que se encuentran, explotan o producen.
¿Esto no generaría más conflictos?
Lo que pasa es que, en el fondo, lo que se ha hecho es generar un mayor localismo en el que “a mí no me importa que el vecino no tenga los recursos porque yo soy el dueño de ellos, y si no le toca, qué pena”. Entonces lo que habría que buscar son mecanismos de compensación. Los recursos del Estado tienen que ser distribuidos de una manera más eficiente, más equitativa para que den oportunidades a todos.
En el sur estamos en un proceso de ejecución de grandes inversiones. ¿Cómo ve el impacto que puedan tener estos megaproyectos?
Las grandes inversiones nublan el desarrollo de los departamentos, uno puede estar muy preocupado por los gasoductos, las carreteras o el proyecto Majes, pero la pregunta es: ¿después de eso qué?, ¿qué garantiza que el gran proyecto vaya a ayudar a salir de la pobreza y a construir el desarrollo de esa región? Lo que hay que impulsar son procesos de desarrollo, de transformación económica e industrial, de creación de pequeña y mediana empresa que se vayan articulando a estos grandes proyectos y que constituyan plataformas estratégicas para el desarrollo. Por ejemplo, el caso concreto de la carretera Interoceánica, que prácticamente está avanzada en un 80%, sigue siendo sólo una carretera y no un corredor económico.
Y parece que, finalmente, sólo le será útil al Brasil.
Para Brasil esa es la salida para los próximos 20 años. Acre y Rondonia, que son sus estados “pobres”, están en un proceso de inversión, de crecimiento y por ende necesitan una carretera. Ahora, en vez de irse hasta Sao Paulo, van a salir por el Perú. Esa es la visión de largo plazo del Brasil que nosotros no tenemos.
¿Cuál debería ser el rol del gobierno en relación a las grandes inversiones?
El gobierno siempre ha pensado que lo que hace está bien y por ello no le interesa conversar. Simplemente lo hace en el entendido que la población ya verá los beneficios. Sin embargo, en el caso de las grandes inversiones tiene que dialogarse con las poblaciones que van a ser afectadas y no simplemente instalarse sin pedir permiso.
Ud. fue Ministro de Agricultura cuando sucedieron los hechos de Bagua, ¿qué lecciones puede sacar de todo este proceso de conflicto que vivió el país?
Creo que las decisiones del gobierno no pueden ser solamente dadas y explicadas de forma genérica, sino que necesitan ser previamente tratadas con la población. Hay que empezar a discutir cómo estas decisiones pueden afectar la vida cotidiana de la gente y qué beneficios adicionales o progresivos traen consigo.
RECUADRO
¿Cómo ve el escenario político y los movimientos regionales?
Lo veo muy disperso porque cada quien mira hacia adentro y no existen mecanismos de integración o de articulación para elaborar una propuesta macro regional. Los movimientos regionales no piensan cómo pueden articularse con otras regiones.
¿Cómo ve su futuro político?
Seguiré en la participación política porque es necesario dar la cara en el debate. Muchas veces uno piensa que desde la academia se puede enfrentar el sistema, aunque lo cierto es que desde ese espacio lo que se puede lograr es explicar el sistema. Es en la práctica donde se encuentran las soluciones.
¿Su participación será a nivel nacional o regional?
Es mejor empezar desde las regiones. El Congreso está hecho con un criterio centralista y las leyes que aprueba vienen marcadas por el centralismo.
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