En la actualidad, el concepto de buen gobierno corporativo va tomando mayor arraigo en las posiciones claves de alta dirección de las organizaciones. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Principios de Gobierno Corporativo de la OECD, el gobierno corporativo abarca un conjunto de relaciones entre la administración de la empresa, su consejo de administración, sus accionistas y otras partes interesadas. También proporciona la estructura a través de la que se fijan los objetivos de la compañía y se determinan los medios para alcanzar esos objetivos y supervisar el desempeño.
Según La Bolsa de Valores de Lima, en el 2016, solo el 10% de las firmas que listan sus acciones (de un total de 280 empresas) se animó a participar en el concurso para reconocer a las mejores prácticas de gobierno corporativo. ¿Qué reflejan estas cifras? ¿En la actualidad no ha calado el BGC en las empresas? En la opinión de Jorge Echeandía, Oficial de Gobierno Corporativo para América Latina y el Caribe de IFC, Grupo Banco Mundial, lo primero que reflejan dichas cifras es que dicho 10% de grupo de empresas están buscando perfeccionar sus prácticas de buen gobierno corporativo, lo que alienta a que se genere una competencia muy interesante con herramientas que las convierte cada vez más en mejores empresas, con mayor potencial de inversión.
Sin embargo, para José Ricardo Stok, Director del Senior Executive MBA y del PhD en Gobierno de Organizaciones del PAD, Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, este porcentaje de empresas es, desde luego, llamativa la baja proporción de respuestas, dado que “es muy posible que muchas empresas consideren que aún no cubren con las expectativas de lo que podría llamarse una buena práctica, y en ese caso, exponerse a no salir en la “foto”, no resulta agradable”, puntualizó Stok.
Según la SMV, la adopción de prácticas de buen gobierno corporativo por parte de las sociedad, promueve un clima de respeto a los derechos de los accionistas y de los inversionistas en general; contribuye a generar valor, solidez y eficiencia en las sociedad; trae consigo una mejor administración de los riesgos a los cuales se encuentran expuestas; facilita el acceso al mercado de capitales; incide en la reducción del costo de capital, así como facilita un mayor y mejor acceso a fuentes de financiamiento y de inversión a largo plazo; entre otras ventajas . Sin embargo, y teniendo en cuenta las ventajas que pueden conllevar su implementación en la organización, ¿a qué se debe que no exista mayor iniciativa de ejercer mejores prácticas de gobierno corporativo?
Echeandia explicó que algunas empresas aún son reacias a compartir cierta información al mercado, por considerarla confidencial, por temor al competidor o por idiosincrasia de sus principales accionistas. “Todos estos miedos son generados por mitos no justificados para una compañía que ha decidido salir al mercado de valores y, en consecuencia, exponer su mejor imagen a potenciales inversionistas”, declaró el Oficial de Gobierno Corporativo para América Latina y el Caribe de IFC. Desde su perspectiva, otras empresas no dan la importancia debida al gobierno corporativo porque consideran erróneamente que su aplicación no les genera un impacto tangible; y sobre todo, inmediato.
Por su parte, para el especialista de la Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, consideró que se hace creer que el GC resolverá muchos problemas de “gobernabilidad”, o de institucionalidad, e incluso de eficiencia. “Nada más lejos del buen GC esta visión: además de ser parcial y por lo tanto, equívoca, genera desánimo y frustración”, puntualizó. Al respecto, ¿de qué forma se podría revertir esta situación? Para Echeandía va más por la tarea de sensibilizar al mercado sobre la importancia de contar con buenas prácticas de Gobierno Corporativo. Desde su punto de vista, las empresas requieren contar con una dirección ordenada, sean empresas listadas, estatales, familiares o pequeñas; en todos los casos, la solvencia se muestra cuando el entorno te identifica como una empresa de primer nivel, lo que se demuestra desde la alta dirección hasta el último peldaño de la organización.
Relación con los accionistas
Del mismo modo, un tema siempre tocado al abordar todo lo relacionado al BGC, es la relación estrecha que existe entre la organización y sus accionistas. Frente a ello, ¿cuáles son las formas más adecuadas para establecer una relación clara y sostenible con este grupo de interés? Según Echeandía se pueden destacar tres mecanismos: el trato igualitario sin importar la cantidad de acciones con las que cuente el accionista, sus derechos deben ser los mismos que los de los principales inversionistas; transparencia por encima de la divulgación, dado que no basta con recibir la información que exige la norma, la empresa debe brindar la información más precisa a sus accionistas, haciéndole conocer cualquier hecho de importancia. Por último, el especialista agregó canales de comunicación accesibles, ya que el accionista debe tener mecanismos sencillos para comunicarse con la empresa.