Por Stakeholders

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El invento es interesante, y nada nuevo, pero aplicarlo y hacerlo servir en el día a día para toda una ciudad merece una gran ovación. Y es que las tuberías de agua de Portland, en Oregón, Estados Unidos, son una nueva fuente de energía limpia, que se obtiene con un gesto tan sencillo como abrir el caño o jalar de la cadena.

Los residentes de Portland, por lo tanto, pueden generar electricidad verde con solo hacer uso del agua sanitaria gracias a la instalación de un sistema de capturar energía a partir de la fuerza del agua cuando fluye a través de las tuberías de la ciudad.

Fast Company, la empresa encargada de instalar el sistema, ha colocado unas pequeñas turbinas en el interior de las tuberías, con el objetivo de que el agua las haga girar, del mismo modo que ocurre con las turbinas eólicas cuando hace viento.

En lugar de aire, en este caso fluye el agua subterráneamente y las turbinas se activan por el agua que va pasando a gran presión, enviando esta energía a un generador que está instalado en el exterior de la tubería. Así de fácil, si bien la infraestructura necesaria ha sido una obra titánica, como puede verse en las imágenes.

Energía verde, sin impacto ambiental

Los responsables de su instalación destacan el plus ambiental que supone que la energía limpia que se obtiene no conlleve problemas añadidos, como ocurre con los parques eólicos, un peligro para las aves.

En este caso, sin embargo, no hay problemas de este tipo, pues “no hay peces o especies en peligro de extinción que puedan sufrir por ello. Eso es lo emocionante de este nuevo sistema”, explica Gregg Semler, director del proyecto.

“Es muy raro encontrar una nueva fuente de energía donde no hay impacto ambiental”, señala el técnico. Además, tienen la ventaja de producirla las 24 horas del día, otra ventaja con respecto a la energía solar y eólica, si bien en este aspecto hay otras opciones similares, como la energía geotérmica o la eólica en días o zonas donde el viento es constante.

Ciudades del futuro

El uso que puede dársele a la electricidad generada con este sistema es cualquiera que deseemos, obviamente. En este caso, sin embargo, se pretende ayudar a reducir el costo de proveer agua potable, pues las centrales de agua hacen un uso intensivo de energía.

Según los cálculos realizados, una vez se complete la instalación del sistema, -en marzo del 2015-, se generará alrededor de 2 millones de dólares por venta de energía a Portland General Eléctrica durante los 20 años firmados.

Alimentar farolas urbanas es el objetivo de un proyecto similar que se implementará en Riverside, California. Y, cómo no, Fast Company espera que el éxito del proyecto sea suficiente para que otras ciudades se animen y acabe instalándose en todo el mundo.

“Es fundamental mostrar ejemplos de la vida real para demostrar que la tecnología es confiable, durable, y tiene sentido”, opina Semler. Y parece que el ejemplo empieza a cundir, incluso antes de finalizar este primer proyecto, pues ya hay ciudades en Arizona, California, Corea y China.

La instalación de las tuberías en la Avenida Sudeste 147a y Powell Boulevard se ha instalado sin coste alguno para la ciudadanía. Han sido los inversores privados los que han apoquinado su precio, concretamente 1.700.000 dólares.

Y, lo mejor, la opción de compra del sistema que tendrá la ciudad una vez finalice el contrato de las dos décadas, con lo que la energía generada sería de la ciudadanía. Con él podría abastecerse a un total de 150 viviendas o el equivalente en gasto para alimentar guarderías, colegios o iluminación urbana.

Fuente: EcologíaVerde







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