Según el Banco Mundial, cada año el planeta genera más de 2240 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos, y se estima que para 2050 esta cifra aumentará un 70 %. En América Latina y el Caribe, solo el 4.5 % de los residuos se recicla de manera formal, mientras que una gran parte del trabajo de recuperación de materiales recae en recicladores de base, quienes, en muchos casos, operan en condiciones precarias y sin acceso a seguridad social o capacitación técnica.
En el Perú, el Ministerio del Ambiente calcula que más de 18 000 recicladores registrados trabajan diariamente para recuperar materiales y evitar que terminen en rellenos sanitarios o, peor aún, en ríos y mares. Sin embargo, el sector enfrenta retos significativos: informalidad, bajos ingresos, falta de equipamiento y escasa integración en cadenas de valor empresariales.
Este panorama plantea una pregunta urgente: ¿cómo pueden las empresas contribuir a mejorar estas condiciones y, al mismo tiempo, fortalecer su propia competitividad? La respuesta está en el valor compartido, un enfoque que busca generar beneficios económicos para la empresa mientras se crean soluciones para problemas sociales y ambientales.
En TRUPAL, esta visión se ha convertido en una práctica concreta. Desde hace varios años, la empresa ha fortalecido su relación con uno de sus grupos de interés más relevantes: los proveedores de material reciclado. Estos aliados mayoristas, minoristas y recicladores de base cumplen un rol esencial para cerrar el ciclo de los materiales y avanzar hacia una economía más circular.
«La experiencia de TRUPAL demuestra que las empresas pueden ser agentes de cambio cuando integran la sostenibilidad en su estrategia».
Actualmente, TRUPAL trabaja con alrededor de 150 proveedores a nivel nacional. La compañía no solo compra material reciclado, sino que promueve su desarrollo económico y organizacional. A través del proyecto “Creciendo con TRUPAL”, en alianza con Recicla Latam, se capacita a los proveedores en educación financiera, formalización, contabilidad básica y liderazgo, además de realizar diagnósticos personalizados para identificar oportunidades de mejora y acompañarlos en su crecimiento a largo plazo.
El impacto de esta estrategia es tangible: el centro de acopio inaugurado en Lima Cercado hace 12 años ha permitido que el número de recicladores de base vinculados a TRUPAL crezca más de 400 %, fortaleciendo así la cadena de valor y generando ingresos más estables para cientos de familias.
El valor compartido no se limita al reciclaje. TRUPAL entiende que la educación es una herramienta poderosa para transformar comunidades. Por ello, desde hace más de seis años impulsa el programa Becas TRUPAL, que ha beneficiado a jóvenes de comunidades cercanas a nuestras operaciones. Este 2025, el programa se expandió a Lima, otorgando 15 becas que abren nuevas oportunidades de formación y empleo para los beneficiarios.
La experiencia de TRUPAL demuestra que las empresas pueden ser agentes de cambio cuando integran la sostenibilidad en su estrategia y ven a sus grupos de interés como socios en el desarrollo. Proyectos como “Creciendo con TRUPAL” y la entrega de becas fortalecen capacidades, mejoran la calidad de vida y contribuyen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En un entorno donde los retos son cada vez más complejos, el valor compartido es una necesidad. Las empresas que logren construir relaciones sólidas y mutuamente beneficiosas con sus comunidades estarán mejor preparadas para enfrentar el futuro. TRUPAL ha demostrado que este camino es posible, y que cuando la empresa y la sociedad crecen juntas, el progreso es verdaderamente sostenible.
								








