En entrevista con Stakeholders, Rafael Helguero, director País en Minera Bateas, expone la visión de la compañía para consolidar una minería que genere valor compartido, impulse la innovación y fortalezca el desarrollo de las comunidades.

Por Stakeholders

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¿Cómo concibe Minera Bateas el rol de la minería en el desarrollo del Perú y de qué manera buscan que su operación en Caylloma impulse oportunidades sostenibles más allá de la actividad extractiva?

La minería cumple un rol estratégico para el Perú, no solo por el empleo y divisas que genera, sino también porque impulsa cadenas productivas y abre oportunidades en los territorios donde opera. En nuestro caso, buscamos que sea un motor de progreso compartido, que combine eficiencia operativa con desarrollo local y sostenibilidad.

Al mismo tiempo, creemos que el trabajo y la interacción de bienes y servicios, tanto directos como indirectos, que genera la actividad minera deben convertirse en un capital semilla que impulse a las comunidades a consolidar su propio desarrollo, aprovechando los recursos de su territorio. En Caylloma, por ejemplo, la crianza de alpacas forma parte de su identidad y puede crecer aún más a través del valor agregado de la fibra. A la par, se pueden explorar alternativas como el turismo vivencial, que con la debida planificación podría aprovechar la riqueza cultural y natural de la zona. De esta manera, la minería actúa como un trampolín para que las familias diversifiquen sus ingresos y construyan un futuro sostenible más allá de la propia actividad minera.

¿Cuáles son las principales estrategias que están implementando para minimizar los impactos sociales y ambientales de sus operaciones mineras?

Nuestra gestión parte de un principio claro: operar con altos estándares ambientales y sociales. En 2024 cerramos con cero impactos al ambiente, el 100% de la energía comprada fue de fuentes renovables y avanzamos en la reducción del consumo de agua fresca. En esa línea, este año inauguramos la Planta de Relleno Hidráulico, que reduce el uso de camiones y reutiliza relaves y agua, optimizando procesos y reduciendo el impacto ambiental. Desde lo social, destinamos más de USD 1 millón en inversión directa en el distrito y mantenemos un Convenio Marco con Caylloma que impulsa proyectos en educación, salud, desarrollo económico – productivo y empleo local.

¿Cómo construye Minera Bateas relaciones de confianza con las comunidades y qué mecanismos de participación han resultado más efectivos?

La base de nuestra relación con la comunidad es el diálogo permanente. Contamos con mesas de trabajo, canales de atención de quejas y mecanismos de participación que permiten recoger inquietudes y definir prioridades junto a los propios vecinos. Este modelo nos ha permitido atender todas las quejas comunitarias en 2024 sin registrar disputas significativas, lo que refleja que el enfoque de relacionamiento funciona y construye confianza.

«Estamos convencidos de que el verdadero aporte de la minería no se limita a lo que ocurre dentro de la operación, sino también al impulso que genera en el entorno».

Desde el ámbito ambiental, ¿qué tecnologías o innovaciones están adoptando para reducir la huella de carbono, mejorar la eficiencia energética u otros procesos?

Hemos incorporado innovaciones que vuelven nuestras operaciones más seguras, digitales y sostenibles. Por ejemplo, al tener la mina conectada, mediante un centro de control y sensores integrados al sistema SCADA, podemos monitorear en tiempo real y arrancar los equipos solo cuando es necesario, optimizando así el consumo de energía.

En nuestra planta hemos mejorado los procesos de recuperación y secado de concentrados, lo que nos permite obtener un mayor volumen con menor consumo energético. A ello, se suman iniciativas como la ampliación de la Subestación Eléctrica Caylloma, que refuerza la eficiencia operativa, y la instalación de iluminación LED en interior mina. Todas estas acciones se enmarcan en nuestro compromiso con la eficiencia energética y contribuyen a reducir la huella de carbono y a incrementar nuestra productividad.

En términos de transparencia, ¿cómo comunican y reportan a la sociedad los resultados ambientales y sociales de sus operaciones?

Publicamos anualmente nuestro Reporte de Sostenibilidad, alineado a estándares internacionales, donde presentamos con datos verificables nuestros avances en materia ambiental, social y de gobernanza. Asimismo, mantenemos una comunicación constante con las comunidades cercanas a la mina a través de nuestra oficina de información permanente, las carpas informativas —que funcionan como espacios de diálogo directo— y programas radiales locales que nos permiten llegar a un público más amplio. De esta manera, nuestros vecinos pueden conocer de primera mano nuestros proyectos, actividades, planes y resultados.

¿Qué relevancia tiene PERUMIN como espacio para debatir los retos de la minería y mostrar los avances en innovación, sostenibilidad y gestión social del sector?

PERUMIN es un espacio clave para intercambiar conocimiento, compartir experiencias y poner en agenda los grandes retos del sector. Para una empresa como la nuestra, representa también la oportunidad de mostrar avances en innovación, sostenibilidad y gestión social, además de escuchar a otros actores de la industria y del país con miradas complementarias sobre cómo hacer una minería que genere valor compartido.

Finalmente, ¿cómo se proyecta Minera Bateas hacia 2030 para que la innovación y la sostenibilidad se conviertan en el sello de su aporte al desarrollo del Perú?

Nuestro compromiso es claro. Queremos demostrar que la minería puede y debe hacerse con eficiencia, innovación y sostenibilidad, contribuyendo al desarrollo económico del Perú y al bienestar de nuestras comunidades. Nuestra Estrategia de Sostenibilidad 2025–2030 establece objetivos concretos como reducir emisiones y consumo de agua fresca, mantener cero impactos al ambiente, ampliar la inclusión laboral y fortalecer la confianza con las comunidades.

De la misma manera, estamos convencidos de que el verdadero aporte de la minería no se limita a lo que ocurre dentro de la operación, sino también al impulso que genera en el entorno. Creemos firmemente que este efecto dinamizador debe convertirse en una oportunidad para que las comunidades exploren nuevas actividades productivas y fortalezcan su capacidad de crecer con sus propios recursos. Solo así podremos construir un futuro en el que la minería sea recordada no solo por lo que extrajo, sino por haber sembrado las bases de un desarrollo sostenible y compartido.







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