Lo que nació como un proyecto universitario hoy acompaña a decenas de niños en su recuperación, demostrando que la innovación peruana también puede sanar con sonrisas.

Ropi: el robot peruano que convierte el dolor hospitalario en sonrisas

Por Stakeholders

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Lo que empezó como un proyecto de responsabilidad social universitaria terminó convirtiéndose en un aliado inesperado para decenas de niños hospitalizados en Lima. Ropi, un robot 100% peruano, fue creado por Sebastián Caballa, ingeniero mecatrónico formado en la PUCP, para brindar apoyo emocional a pacientes en el Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) de San Borja.

Ropi canta, baila y juega, ayudando a que los niños afronten con menos miedo sus tratamientos en áreas como quemados y oncología. Su diseño con orejas, brazos y pantalla interactiva, le permite conectarse con ellos de manera cercana y amigable.

“Cuando ves a un niño o al papá del niño sonriendo, sabes que estás haciendo bien el trabajo. Ese es el mejor resultado”, afirma Sebastián.

Sebastián Caballa, ingeniero de la PUCP, creó el robot Ropi

El proyecto nació en plena pandemia, cuando Sebastián y su equipo tuvieron que improvisar un taller casero para fabricar las primeras piezas. A pesar de las dificultades, lograron desarrollar un robot funcional y llevarlo hasta el hospital. Además, integraron a médicos, psicólogos y enfermeros en el diseño para asegurar que su interacción respondiera a las necesidades de los pequeños pacientes.

Hoy, Ropi sigue evolucionando. Uno de los próximos pasos es programarlo para que se comunique en quechua, aymara y otras lenguas originarias, fortaleciendo la inclusión en el sistema de salud. Sin embargo, el desafío más grande es asegurar el financiamiento que permita mejorar la tecnología y mantener el proyecto activo.

“Tememos que el marco legislativo no permita su integración con los hospitales en el futuro. Por eso es vital mantener el apoyo de las instituciones y aprovechar las redes de colaboración que nos brindan los reconocimientos”, explica Sebastián.

Ropi es más que un robot, es un ejemplo de cómo la innovación social, la ingeniería y el compromiso pueden transformar la experiencia hospitalaria y devolver sonrisas a quienes más lo necesitan.

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