
En un mundo cada vez más electrificado, el consumo de energía continúa marcando cifras récord. El Global Energy Review 2025, elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), confirmó que la demanda energética global aumentó un 2,2 % durante 2024, casi el doble del promedio registrado en la última década (1,3 %).
Esta aceleración estuvo impulsada principalmente por un crecimiento del 4,3 % en el consumo de electricidad, que incluso superó al crecimiento del PIB mundial (3,2 %).
Entre los factores que explican esta alza figuran los eventos climáticos extremos, la rápida electrificación del transporte y la expansión sin precedentes de los centros de datos a nivel global. China e India lideraron esta tendencia, siendo responsables de más del 80 % del incremento global en la demanda energética.
Este contexto ha creado nuevos desafíos para la seguridad energética y el clima, pero también oportunidades para acelerar la transición hacia fuentes limpias, particularmente en países como Perú.
Perú acelera su transición energética
En este escenario, Perú ha dado pasos firmes hacia una matriz energética más sostenible y resiliente. De acuerdo con datos de Enerdata, en 2023 el país alcanzó un 52 % de generación eléctrica a partir de fuentes renovables, con un 46 % proveniente de la energía hidroeléctrica y un 6 % de tecnologías no convencionales como la solar, eólica y biomasa.
Este avance está alineado con el Plan Nacional de Desarrollo de Energías Renovables, que plantea alcanzar un 60 % de participación renovable en la matriz eléctrica al cierre de 2025.
Además, el Estado ha declarado la generación renovable como un asunto de necesidad pública e interés nacional, lo que permite un marco normativo más sólido para atraer inversiones sostenibles.
Emisiones contenidas gracias a tecnologías limpias
Pese al crecimiento del consumo energético, el aumento de las emisiones globales de CO₂ se limitó al 0,8 % en 2024, alcanzando las 37.800 millones de toneladas. Este resultado se atribuye en gran parte a las inversiones en tecnologías limpias, que evitaron la emisión de 2.600 millones de toneladas de CO₂, equivalentes al 7 % de las emisiones mundiales.
Por otro lado, las energías limpias —tanto renovables como nucleares— han liderado la expansión eléctrica global por 22 años consecutivos, representando más del 80 % del crecimiento de capacidad instalada y sumando 700 GW durante el año pasado. Hoy, estas fuentes generan el 40 % de la electricidad mundial, consolidando su papel protagónico en el camino hacia la descarbonización.
Participación social e infraestructura resiliente
El desarrollo de una infraestructura energética limpia no está exento de retos. Entre ellos, la aceptación social de los proyectos emerge como una variable crítica para su ejecución exitosa. En respuesta, el Perú ha comenzado a adoptar mecanismos de participación ciudadana y beneficios compartidos, buscando que las comunidades no solo acepten, sino que se beneficien de las inversiones en energías renovables.
“No se trata solo de generar más energía limpia, sino de usarla mejor: reducir pérdidas, automatizar procesos y construir infraestructura resiliente”, señala Víctor Paredes, Director de Power System para el Clúster Sur Andino de Schneider Electric. En su opinión, el país tiene condiciones privilegiadas —como alto potencial solar y eólico, especialmente en el sur y la costa norte—, lo que lo posiciona estratégicamente para liderar la transición energética en Sudamérica.