El Reporte 2025 del Ipsos ESG Council deja claro que el debate ya no gira en torno a si el ESG es relevante, sino en cómo evolucionará para seguir siendo una pieza clave en la construcción de negocios sostenibles y rentables.

¿El ESG está perdiendo vigencia, o evolucionando? Informe de IPSOS da luces sobre el paradigma

Por Osmaro Villanueva

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El concepto de ESG (Environmental, Social, and Governance) ha sido durante años un eje fundamental en las estrategias de sostenibilidad de empresas a nivel global. Sin embargo, en los últimos años, diversas voces han sugerido que el ESG enfrenta un declive, especialmente en mercados donde la agenda política y económica ha tomado un giro más conservador. ¿Se trata de una retirada definitiva o de una recalibración para su consolidación futura?

El reciente Reporte 2025 del Ipsos ESG Council aborda esta cuestión mediante entrevistas en profundidad con más de 50 líderes de sostenibilidad en 13 mercados. Sus hallazgos revelan que el ESG no está desapareciendo, sino que está experimentando una transformación que busca integrar mejor la sostenibilidad con la viabilidad económica y la generación de valor a largo plazo.

El ESG frente a la presión política y económica

Uno de los factores que ha generado incertidumbre en torno al ESG es su creciente politización. En mercados como Estados Unidos, la reelección de Donald Trump ha traído consigo un retroceso en compromisos climáticos y en iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), lo que ha generado un efecto cascada en empresas que buscan evitar controversias en su posicionamiento ESG.

El informe de Ipsos destaca que muchas compañías han optado por ajustar sus objetivos de sostenibilidad en respuesta a esta presión. En lugar de un abandono total, lo que se observa es un “reset” estratégico, en el que las empresas están reevaluando sus compromisos para hacerlos más realistas y alineados con sus modelos de negocio.

Este fenómeno no es exclusivo de EE.UU. En otras regiones, como Europa, donde la regulación ESG sigue avanzando, las empresas están adoptando un enfoque más pragmático, priorizando aquellas iniciativas que pueden demostrar un retorno de inversión tangible y resistir cambios políticos.

Del idealismo a la implementación: el desafío de la viabilidad

El ESG ha transitado de ser un concepto aspiracional a convertirse en una herramienta práctica dentro de las operaciones empresariales. Según el reporte de Ipsos, el 90% de los líderes encuestados consideran que los criterios están transformando las prácticas comerciales, aunque el camino no ha sido sencillo.

Uno de los mayores desafíos radica en la implementación efectiva de estrategias ESG. El 45% de los miembros del Consejo ESG de Ipsos afirman que dedican más tiempo a cumplir con requisitos de reporte que a ejecutar iniciativas concretas. Además, un 38% señala que las objeciones internas dentro de sus propias organizaciones pueden frenar proyectos sostenibles.

Las compañías que han logrado avanzar en ESG han apostado por fortalecer su gobernanza como base de sus estrategias. La integración de métricas ESG en la toma de decisiones financieras y la colaboración entre departamentos han sido factores clave para la viabilidad de estas iniciativas.

La necesidad de demostrar su valor

El escepticismo sobre el impacto real de los criterios ha llevado a un énfasis creciente en la medición y comunicación del retorno de inversión (ROI) de estas estrategias. Ipsos destaca que muchas empresas están incorporando indicadores ESG en sus reportes financieros para demostrar su valor no solo en términos de reputación, sino también de rentabilidad.

El informe sugiere que la integración del ESG con estrategias de negocio tradicionales es fundamental para su supervivencia. En mercados donde la rentabilidad es la prioridad, el ESG necesita dejar de verse como un costo y pasar a ser un motor de innovación y eficiencia operativa.

El futuro del ESG: tecnología, transparencia y resiliencia

Lejos de estar en declive, el ESG se encuentra en una fase de evolución. Ipsos señala que la clave para su consolidación futura radica en tres elementos:

  1. Innovación tecnológica: Herramientas como la inteligencia artificial y blockchain están comenzando a ser utilizadas para mejorar la recopilación y verificación de datos ESG, reduciendo costos y aumentando la transparencia.
  2. Autenticidad y credibilidad: En un contexto donde el greenwashing es una preocupación creciente, las empresas que logren demostrar acciones concretas y alineadas con su propósito corporativo serán las que generen mayor confianza entre sus stakeholders.
  3. Resiliencia empresarial: Más allá de los cambios políticos y económicos, las compañías que integren el ESG dentro de su modelo de negocio y lo vinculen a la creación de valor tendrán mayor capacidad de adaptación ante escenarios adversos.

El ESG no está desapareciendo, sino que está redefiniéndose para ser más pragmático y alineado con las necesidades del mundo corporativo actual. Si bien enfrenta desafíos en términos de politización, medición de impacto y viabilidad operativa, las empresas que logren integrar el ESG como un pilar estratégico estarán mejor posicionadas para el futuro.

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