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Cada 14 de febrero, millones de personas en todo el mundo celebran el Día de San Valentín, un momento para expresar amor y cariño hacia nuestras parejas, amigos y seres queridos. Sin embargo, pocos reflexionan sobre el impacto ambiental de estas celebraciones, que genera toneladas de residuos innecesarios y contribuye al agotamiento de nuestros recursos naturales.
El impacto ambiental de los regalos y flores en San Valentín: la huella de carbono de las flores
En este contexto, los productos de consumo rápido, como flores importadas, tarjetas de felicitación de papel y regalos envueltos en plásticos, se convierten en una carga para el planeta. Las flores, por ejemplo, tienen un alto costo ambiental debido a su cultivo intensivo, el uso de pesticidas y el transporte desde países lejanos. Esto genera grandes cantidades de CO₂. De hecho, cada flor cortada puede generar hasta 3 kg de CO₂. Esto se debe principalmente a la sobreproducción, la logística y, sobre todo, al transporte de estas flores. Según Astrid Mayen, Gerente de AC Sostenibilidad, destaca que la producción y transporte de flores tiene consecuencias considerables en el medio ambiente:
«La mayoría de las flores provienen de invernaderos que requieren grandes cantidades de agua, energía y productos químicos para su cultivo en condiciones artificiales, afectando la biodiversidad local. Además, su transporte contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero debido al uso de combustibles fósiles en los vehículos.»
Además, el transporte de estas flores contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto ocurre porque las flores son trasladadas por avión, un medio de transporte altamente contaminante. De acuerdo con el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT), en las tres semanas previas al 14 de febrero, se realizan vuelos que queman aproximadamente 114 millones de litros de combustible, emitiendo alrededor de 360,000 toneladas de CO₂ a la atmósfera.
Asimismo, las tarjetas de San Valentín también dejan una huella ambiental significativa. Cada año, se producen y se desechan más de 141 millones de tarjetas de felicitación, lo que equivale a la tala de más de 10,000 árboles si consideramos que cada tarjeta es una hoja de papel.
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Alternativas Sostenibles para un San Valentín Responsable
Pero hay alternativas. Para reducir el impacto ambiental de San Valentín, es fundamental optar por regalos y prácticas que respeten el entorno. Las flores locales y orgánicas no solo tienen una huella ecológica más baja, sino que también apoyan a los productores locales.
Otra opción es regalar macetas que representan árboles, los cuales serán plantados en el nombre de tu ser querido. Entre Árboles Perú es una ONG que ofrece esta alternativa, permitiendo que cada maceta se asocie con un árbol que será reforestado en áreas protegidas del país. Este regalo no solo simboliza un acto de amor hacia alguien, sino también un compromiso con el medio ambiente, ayudando a la reforestación y al cuidado de nuestros recursos naturales.
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En cuanto a los regalos, una excelente opción es elegir chocolates de comercio justo. Marcas peruanas como «Chocolatería Qorianka» y «Cacao de Origen» se destacan por su producción responsable, apoyando a comunidades de agricultores y promoviendo prácticas sostenibles. También puedes optar por tarjetas recicladas o digitales, como las que ofrece la empresa peruana Recidar, que produce artículos eco-amigables y fomenta la economía circular.
Además, para una celebración más ecológica, considera actividades al aire libre que minimicen la generación de residuos. Empresas como Camilo Tours ofrecen experiencias de ecoturismo, incluyendo cicloturismo, trekking en Áreas Naturales Protegidas y rappel, promoviendo el contacto con la naturaleza sin dejar huella.
Elegir actividades como una cena en casa o una caminata al aire libre en lugar de eventos que generen grandes cantidades de residuos es una forma sencilla de celebrar de manera responsable.
Amor por el Planeta
La sostenibilidad no está reñida con el amor. De hecho, mostrar cariño por el planeta también es una forma de cuidar a los demás. En este San Valentín, un pequeño cambio en la forma en que celebramos puede generar un gran impacto positivo en el futuro de nuestro entorno.