El río Rímac, principal fuente de agua para Lima, ha alarmado a la población tras presentar un inusual color rojo. A pesar del tiempo transcurrido, las entidades encargadas de la fiscalización ambiental, como la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), aún no han emitido un informe oficial que esclarezca las causas del fenómeno.
Residentes de Campoy y Huachipa han denunciado en medios locales que no es la primera vez que el río cambia de tonalidad. Según testimonios, es común observar aguas con tintes oscuros, espuma y restos de tela en las riberas, lo que refuerza la hipótesis de que lavanderías industriales y fábricas textiles vierten residuos sin control.
“Siempre vemos colores extraños en el agua. A veces es azul, otras negro, y ahora rojo. Sabemos que hay fábricas que descargan sus desechos directamente al río”, declaró un vecino a ATV Noticias.
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Río Rímac: Posibles riesgos para la salud
Especialistas advierten sobre las consecuencias de esta posible contaminación. La presencia de colorantes y productos químicos en el agua puede generar irritaciones en la piel, problemas respiratorios y trastornos gastrointestinales en quienes entren en contacto con ella.
María Angélica Villasante, experta en estudios socioambientales, expresó su preocupación. “Este no es un fenómeno natural, es una muestra del daño ambiental que generan empresas irresponsables. Se deben tomar acciones inmediatas”, indicó.
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Sedapal descarta afectación al suministro de agua
Frente a la incertidumbre, Sedapal ha asegurado que la calidad del agua potable en Lima no se ha visto comprometida. “Hemos realizado monitoreos constantes y no hemos identificado alteraciones en el suministro”, indicó Yolanda Andía, gerenta de Producción y Distribución Primaria de la entidad.
Sin embargo, en antecedentes recientes se han registrado altos niveles de metales pesados en el río, como arsénico y plomo, lo que ha generado preocupación entre especialistas y ciudadanos sobre la calidad del recurso hídrico.
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Falta de sanciones y exigencias de regulación
El caso del río Rímac reabre el debate sobre la fiscalización ambiental en el país. A pesar de las denuncias previas y los registros de contaminación, la falta de sanciones efectivas sigue generando indignación entre la ciudadanía, que exige respuestas claras y medidas para evitar que estos episodios se repitan.
Mientras tanto, la población continúa esperando los resultados de los análisis de las muestras tomadas en el río, que podrían confirmar la responsabilidad de las empresas involucradas en esta alarmante contaminación.