Donald Trump asumió este lunes su segundo mandato como el 47.º presidente de Estados Unidos, marcando el inicio de una nueva era de políticas que prometen transformar el panorama energético, medioambiental y económico del país. En un discurso de investidura lleno de promesas, el republicano dejó claro que su administración priorizará la independencia energética y desmantelará las políticas climáticas establecidas durante la gestión de Joe Biden.
EE.UU. nuevamente fuera del Acuerdo de París gracias a Donald Trump
Uno de los primeros anuncios de la nueva administración Trump fue la decisión de retirar a Estados Unidos, por segunda vez, del Acuerdo de París. Según un comunicado de la Casa Blanca, esta medida forma parte de su estrategia para «hacer a Estados Unidos asequible y dominante en energía otra vez».
«Volveremos a ser una nación rica, y es ese oro líquido bajo nuestros pies el que ayudará a conseguirlo», afirmó Trump en su discurso inaugural, en referencia a los combustibles fósiles como pilar de su política energética.
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El retiro oficial del acuerdo climático tomará al menos un año tras notificar formalmente a Naciones Unidas, pero el anuncio ya representa un golpe significativo para los esfuerzos globales por combatir el cambio climático.
Laurence Tubiana, una de las arquitectas clave del Acuerdo de París, lamentó la decisión, aunque expresó confianza en la resiliencia de la cooperación multilateral: “La retirada de Estados Unidos es lamentable, pero la acción climática global es más fuerte que las políticas de un solo país”.
Emergencia energética y políticas de perforación de Trump
En línea con su eslogan “Drill, baby, drill” (¡Perfora, cariño, perfora!), Trump declaró una “emergencia energética nacional” que permitirá a su administración ampliar significativamente la exploración y extracción de petróleo y gas, reduciendo las restricciones ambientales que había impuesto la administración Biden.
Entre los decretos anunciados, Trump adelantó la eliminación de las regulaciones sobre contaminación vehicular, que describió como un “mandato de vehículos eléctricos” perjudicial para la industria automotriz. También prometió derogar la Ley de Reducción de la Inflación, que canaliza miles de millones de dólares en créditos fiscales para energías limpias, calificándola de una carga innecesaria para la economía estadounidense.
«Pondremos fin al Green New Deal y revocaremos el mandato del vehículo eléctrico, salvando nuestra industria automovilística», declaró Trump, en una aparente referencia a la legislación climática aprobada por Biden.
Impacto global e incertidumbre climática
La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París y la vuelta a políticas pro-fósiles tienen implicaciones globales. La ausencia de uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero podría desincentivar los compromisos climáticos de países como China e India, según advierten analistas.
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Estas decisiones coinciden con un contexto global de aumento de temperaturas, que en los últimos dos años ha superado el umbral crítico de 1,5 °C, intensificando desastres como incendios forestales y huracanes.
Los críticos señalan que el regreso de Trump a la Casa Blanca supone un retroceso significativo en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, otros destacan que la presión de estados como California y empresas privadas comprometidas con la sostenibilidad podría mitigar el impacto de estas medidas a nivel nacional.
Desafíos para el futuro
La administración Trump enfrenta ahora el desafío de implementar sus políticas energéticas en medio de un panorama económico complejo y de creciente movilización global por el clima. Si bien su retorno al poder marca una victoria para el sector de combustibles fósiles, plantea interrogantes sobre el papel de Estados Unidos en la transición energética global y en la mitigación de los efectos del cambio climático.
Con las elecciones presidenciales de 2028 ya en el horizonte, el legado climático de Trump podría convertirse en un tema central para los votantes, no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo.