Por Osmaro Villanueva
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En una decisión histórica, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) anunció la prohibición del colorante sintético rojo N° 3, conocido como eritrosina, en alimentos y bebidas a partir de enero de 2027, y en medicamentos desde 2028.
Este colorante, empleado durante décadas para dar un característico tono cereza brillante a dulces, pasteles, bebidas y medicamentos, ha sido objeto de controversia por sus posibles riesgos para la salud, especialmente su vinculación con el cáncer.
¿Qué motivó la prohibición?
La FDA basa su decisión en la Cláusula Delaney, una estricta regulación estadounidense que prohíbe cualquier aditivo que cause cáncer en humanos o animales, independientemente de la dosis. Estudios desde la década de 1980 identificaron un vínculo entre el consumo de eritrosina y el desarrollo de tumores tiroideos en ratas macho, lo que generó preocupación sobre sus efectos en la salud humana.
Aunque las dosis utilizadas en estas investigaciones eran superiores a las que un ser humano consume habitualmente, la evidencia científica, junto con la presión de grupos como el Center for Science in the Public Interest (CSPI), llevó a la FDA a adoptar un enfoque precautorio. En 2022, organizaciones de defensa del consumidor presentaron una petición formal exigiendo la eliminación del rojo N° 3, argumentando su innecesariedad en los alimentos y destacando sus riesgos potenciales.
La medida se suma a una creciente tendencia global de priorizar ingredientes más naturales y menos controversiales en la industria alimentaria. Países como los de la Unión Europea ya han establecido regulaciones más estrictas sobre el uso de la eritrosina.
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¿Qué productos en Perú contienen colorante rojo N° 3?
En el mercado peruano, el rojo N° 3 está presente principalmente en alimentos ultraprocesados que forman parte de la dieta cotidiana, especialmente de los niños. Entre los productos más comunes se encuentran:
- Dulces y caramelos: gomitas, malvaviscos y caramelos de tonos rojizos o rosados.
- Repostería y pastelería: galletas decoradas, pasteles con glaseados brillantes y postres helados.
- Bebidas: refrescos en polvo y carbonatados con sabores frutales intensos.
- Medicamentos: jarabes para la tos y vitaminas masticables de colores llamativos.
El Ministerio de Salud (Minsa) de Perú ha instado a la población a revisar las etiquetas de los productos antes de consumirlos, ya que este colorante puede aparecer bajo las denominaciones “rojo 3”, “FD&C Rojo #3” o eritrosina. Fredy Polo Campos, director ejecutivo de Promoción de la Salud del Minsa, recordó que los colorantes sintéticos no aportan valor nutricional y, en algunos casos, representan un riesgo para la salud.
Recomendaciones para los consumidores
Ante el anuncio de la FDA, el Minsa ha emitido recomendaciones claras para los consumidores peruanos:
- Leer las etiquetas: Identificar si los productos contienen rojo N° 3 u otros colorantes sintéticos.
- Evitar productos ultraprocesados: Optar por alimentos naturales o preparados en casa.
- Reducir el consumo en niños: Limitar la exposición a productos con colorantes artificiales, dado que los menores son más vulnerables a los riesgos asociados.
Además, el CSPI recomienda evitar otros colorantes artificiales como el amarillo N° 5 y el rojo N° 40, que también han sido vinculados con posibles efectos adversos para la salud.
Un llamado a la industria alimentaria
La prohibición del rojo N° 3 en EE.UU. plantea un desafío para los fabricantes de alimentos en Perú. Las empresas tendrán que reformular sus productos utilizando alternativas más seguras como extractos de remolacha, carmín y antocianinas, que ofrecen colores similares sin los riesgos asociados.
Si bien aún no existe una regulación equivalente en Perú, la creciente conciencia sobre los riesgos de este colorante y la demanda de productos más naturales podrían incentivar un cambio en las prácticas de la industria.
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El caso del rojo N° 3 es un ejemplo de cómo la ciencia, la regulación y la presión pública pueden impulsar cambios en beneficio de la salud colectiva. En un contexto donde los consumidores son cada vez más conscientes de lo que consumen, la transparencia y la seguridad alimentaria son aspectos esenciales para garantizar la confianza en los productos que llegan a las mesas peruanas.
Con la prohibición de este aditivo en EE.UU., se espera que otros países sigan su ejemplo, promoviendo una alimentación más saludable y segura para las futuras generaciones.
