Por Stakeholders
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El mundo enfrenta una creciente incertidumbre marcada por eventos climáticos extremos y la acelerada pérdida de biodiversidad, los cuales se posicionan como los principales riesgos globales a largo plazo, según el Informe Global de Riesgos 2025 del Foro Económico Mundial (WEF). Estos fenómenos, agravados por tensiones geopolíticas y el avance descontrolado de la tecnología, generan un panorama complejo que requiere acción inmediata.
¿Cuáles son los riesgos que amenazan al mundo?
Los eventos climáticos extremos siguen siendo la mayor preocupación a diez años, mostrando el impacto creciente del cambio climático. Actualmente vemos como inundaciones, olas de calor, tormentas severas y sequías están afectando a comunidades de todo el mundo, aumentando las pérdidas económicas y humanas.
La pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas, ahora en el segundo puesto, destacan por su potencial de afectar la seguridad alimentaria, el acceso al agua y la salud global. La escasez de recursos naturales también figura entre las preocupaciones críticas, en un contexto de consumo no sostenible.
Los riesgos ambientales no solo dominan la perspectiva a largo plazo. En los próximos dos años, los fenómenos meteorológicos extremos continúan siendo una amenaza constante, ubicándose en el segundo puesto de la lista de corto plazo. Asimismo, la contaminación ha escalado posiciones, subrayando la urgencia de abordar problemas como la calidad del aire, la gestión de residuos y el uso de plásticos.
La desinformación lidera los riesgos globales a corto plazo
La desinformación se encuentra en el primer lugar de las preocupaciones a corto plazo. El informe enfatiza cómo el rápido desarrollo de las tecnologías de inteligencia artificial (IA) puede exacerbar estas tensiones. Aunque los riesgos asociados a la IA han descendido ligeramente en la clasificación, los expertos advierten que la complacencia es peligrosa. La relación entre tecnología y polarización social, así como su papel en la aceleración de desarrollos biotecnológicos, podría generar escenarios disruptivos.
En tanto, el ciberespionaje y la guerra cibernética ocupan el quinto lugar en el horizonte de corto plazo, impulsados por preocupaciones sobre actores estatales y delictivos que aprovechan la sofisticación tecnológica para actividades como el lavado de dinero y el espionaje digital.
Cambios en las percepciones de riesgo
El Informe Global de Riesgos 2025 señala una disminución en la preocupación por riesgos económicos como la inflación y la recesión, que han salido de los diez primeros puestos en la clasificación a corto plazo. No obstante, la actividad económica ilícita y la concentración de recursos estratégicos están ganando relevancia. Por otro lado, la migración involuntaria y la erosión de los derechos humanos mantienen su lugar como amenazas sociales significativas.
El panorama descrito en el informe señala la necesidad de estrategias integradas que combinen soluciones climáticas, tecnológicas y sociales para mitigar los riesgos emergentes.
