Por Stakeholders

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Por Diego Estrada
destrada@stakeholders.com.pe


El acelerado proceso de crecimiento de la industria de tecnológicas de la información ha dado origen a un nuevo problema social y ambiental: el manejo y control de los volúmenes crecientes de aparatos y componentes eléctricos y electrónicos obsoletos (RAEE). La gestión de este tipo de residuo es vital en la actualidad, ya que vivimos en un mundo cada vez más tecnológico.

En el Perú, la venta de equipos eléctricos y electrónicos se sigue incrementado en los últimos años, y es tan solo cuestión de tiempo hasta que estos aparatos sean descartados por los usuarios y se conviertan en residuos. En nuestro país se viene trabajando desde el 2005, cuando el Consejo Nacional del Ambiente (CONAM) promovía programas de responsabilidad social empresarial para la gestión de residuos de productos de consumo masivo. Estas fueron algunas de las primeras iniciativas voluntarias de responsabilidad extendida del productor (REP). Y en el año 2007, por encargo de la Cooperación Suiza a la ONG IPES, se desarrolla el primer diagnóstico de RAEE (computadores, periféricos y telefonía) con la participación de DIGESA y CONAM.

Desde esa fecha hasta la actualidad se han aprobado diversas normativas y proyectos a favor de la gestión del RAEE en el Perú, como el Reglamento Nacional para la Gestión y Manejo de RAEE en el 2012. Según Oscar Espinoza, gerente de Operaciones de San Antonio Recycling, la experiencia desarrollada en la implementación de una normativa específica basada en REP para la gestión y manejo de RAEE en el Perú es, junto al trabajo desarrollado en Colombia, las de mayor desarrollo en toda América Latina. Actualmente, hay otros países que están procurando desarrollar normas y acciones similares en México, Ecuador, Brasil, Uruguay, Argentina, Bolivia y Chile.

Desde julio del 2014 hasta diciembre del 2018 son más de 90 empresas productoras (importadoras y fabricantes) en el país que tienen sus planes de manejo de RAEE aprobados por PRODUCE, con 6 planes colectivos y 39 planes individuales, y por MTC con 16 planes individuales aprobados. Y son muchos municipios que junto al Ministerio del Ambiente y empresas operadoras con infraestructuras de residuos (plantas de valorización de RAEE) han llevado a cabo campañas de acopio de RAEE en las principales ciudades del país. Sin embargo, pocos son los municipios que tienen acopio de RAEE permanente, como Santiago de Surco, Ate, Miraflores y la Molina.

Espinoza afirma que es importante señalar que cada año se está avanzando en volúmenes crecientes de los RAEE que son manejados formalmente por las empresas operadoras de este tipo de residuos, y que trabajan con el objetivo de que los sistemas de manejo de los RAEE de los productores cumplan con las metas de acopio que tienen en sus respectivos planes.

El principio de REP está funcionando y son al menos unas 4,000 toneladas de RAEE que deben estar manejándose este año 2019 en las plantas de valorización y tratamiento de dicho residuo de empresas como COIPSA, COMIMTEL, San Antonio Recycling (SAR), Materiales y Fierros, Metales Adonay, entre otras.

En efecto, la promulgación de la ley y reglamentación para la gestión de residuos de RAEE ha permitido alcances. Sin embargo, según Ximena Gil, líder de Sostenibilidad Corporativa de Telefónica del Perú, existen aún brechas para una gestión eficiente, dado que la generación de los RAEE también aumenta y a ritmo exponencial.

Un asunto importante es, por ejemplo, el desarrollo de infraestructura para las nuevas Empresas Operadoras de RAEE. Otro reto es la articulación entre los actores, especialmente porque el país no cuenta con una industria de productos tecnológicos, por lo que el nivel inicial de la cadena de valor no puede ser gestionada directamente con este sector. Finalmente, a pesar de la normativa, no todas las empresas cuentan con sus planes de gestión de los RAEE aprobados, e incluso, pueden presentar dificultades para cumplir los compromisos ahí señalados.

Manejar los RAEE de manera formal es una tarea de todos sin excepción y eso garantizará la reducción de impactos ambientales por el manejo informal, disposición final de los componentes sin valor peligrosos y no peligrosos, reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) por las emisiones evitadas por el aprovechamiento de los componentes con valor de los RAEE. Se necesita que más empresas e instituciones conozcan que pueden manejar los RAEE que generan de manera formal y con costos bastante bajos, debido al principio de REP que aplica a los importadores y fabricantes de los equipos.

Además, la ciudadanía aún no está concientizada sobre las razones por las que estos residuos deben ser correctamente tratados y cuáles pueden ser las repercusiones de algunos elementos peligros que componen los RAEE, tanto en la salud de las personas, como en el medio ambiente. Según Gil, el tratamiento de estos residuos se ha trabajado con terminologías de difícil entendimiento: “debemos democratizar la información, desde las autoridades competentes como el MINAM y Gobiernos Locales, como desde las empresas operadoras, para que el mensaje sea claro para todos, e incremente el nivel de involucramiento en el tema”, puntualizó.







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