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La industria textil en el Perú abarca diversas líneas de trabajo que van desde el desarrollo de las fibras textiles, hasta la confección de diversas prendas de vestir entre otros. En ese contexto, pese a la importancia que tienen las marcas en relación a sus clientes, los fabricantes de tejidos representan el capital humano más valioso para lograr una cadena de suministro eficaz y responsable.

Por : MARCO MINAYA
mminaya@stakeholders.com.pe

En un entorno cada vez más globalizado, la gestión de los riesgos sociales y ambientales debe ser un compromiso para las empresas, pero también para sus proveedores. En ese contexto, la producción de textiles y confecciones en el Perú ha mostrado un crecimiento sostenido, éste ha disminuido por tercer año consecutivo en el 2014 (6.1% respecto al 2013). Según cifras del Portal del Ministerio de la Producción (PRODUCE), en cuanto a textiles, que viene descendiendo desde el 2011, la producción se redujo 0.1%. Aun así, el mercado extranjero reconoce a la industria peruana por la calidad en la fabricación de textil de algodón, que representa uno de los productos nacionales textil con mayor exportación.

No obstante, la industria textil del país aún debe remediar ciertos aspectos para mejorar su producto final dentro de su propia cadena de suministro. Según Teddy Quimper, Presidente de la Asociación Peruana de Técnicos Textiles (APTT), caracteriza a la industria nacional textil en una guerra de costos declarada entre proveedores y las marcas. “A nivel local, la negociación por el tema de costo no se cumple, porque en el mercado textil las marcas, en general, se llevan grandes tajadas”, afirmó el especialista.

Teddy Quimper, Presidente de la Asociación Peruana de Técnicos Textiles (APTT)

En esa línea, resulta necesario establecer contacto con proveedores que estén dispuestos a capacitarse no solo en la mano de obra, sino en el nivel de competitividad que pueda ofrecer para lograr líneas de negocio rentables que justifiquen su costo dentro de la cadena de suministro textil. Pese a esto, consideró que en ciertos nichos de mercados sí existe una valoración por parte de la marca o empresa; sin embargo, “es necesario desarrollar productos diferenciados e innovadores, que mantengan un alto valor agregado. Esa es la clave para poder subsistir al margen del precio”, determinó Quimper.

Para Pool Ccanto, docente de la Maestría en Supply Chain Management, ese factor clave permitiría la mejoría de la calidad de los propios productos, dado que los clientes estarían más satisfechos con el desempeño de quienes fabrican dichas prendas. Asimismo, el presidente de APTT sostuvo que otorgar un valor agregado a las prendas marcará distancia de otras marcas. “Las prendas, por ejemplo, deben ser respirables, hacerlos que transporten la humedad, que sean antibacteriales”, acotó. Para Quimper, en efecto, los productos finales deben tener un sello de calidad que les permita diferenciarlos de los otros acabados regulares que se encuentre en el mercado.

Para lograr excelentes resultados en los productos finales, se deben considerar dentro de la cadena de suministro diversos elementos que contribuyan con su realización. Desde la semilla de algodón hasta el desarrollo de la planta para luego acopiar todo el tejido. Después del campo están las desmontadoras, hilanderías y las tintorerías. Se continúa con las plantas de tintorería, las empresas de estampación y de confecciones respectivamente. Finalmente, se coloca la marca de determinado producto y se inicia la distribución en el mercado respectivamente.

Pool Ccanto, docente de la Universidad ESAN

En esa línea, para Pool Ccanto, docente de la Universidad ESAN, existe un proveedor clave dentro de la cadena de suministro: “el trabajador textil o fabricante de tejido cumple un papel importante porque es el responsable del proceso productivo, que va desde el diseño de la prenda hasta su distribución”, acotó. Según Ccanto, su importancia es clave, porque es el encargado de elegir que materiales utilizar y realizar los cortes para que pueda fabricar una prenda que satisfaga las necesidades de sus consumidores.

Quimper enfatizó que el fabricante de tejidos prácticamente realiza una labor minuciosa en el manejo de la prenda y gracias a su trabajo, es considerado como el responsable máximo que aporta un valor agregado y más costoso a la prenda. “Probablemente, sea el mayor responsable de generar mayor impacto sobre el medio ambiente, debido al cuidado que debe tener con los insumos que maneja”, recalcó.

Asimismo, se halla un área que todavía a nivel local no se está explotando dentro del mercado. “Para atender la tendencia de nuevas marcas que se están desarrollando en el Perú, existen personas que se dedican a realizar investigación de los materiales a utilizar relacionado a las tendencias de colores” sostuvo Quimper. Para el especialista, los diseñadores se suman a formar parte de esta cadena de suministro. Ante ello, Pool Ccanto afirmó que se deben desarrollar y tecnificar las empresas textiles con el fin de diseñar prendas y promover tendencias de moda de clase mundial.

En efecto, para el presidente de APTT los diseñadores trabajan en la parte creativa, investigando y captando tendencia para poder aplicarlas a las prendas y sucesivamente estas sean distribuidas en las diferentes marcas.

Para el docente de la Universidad ESAN, otro punto cuestionable de la industria nacional es el alto nivel de informalidad respecto a la manera en que trabajan las empresas que participan en la cadena de suministro. Esto, en efecto, “deriva del problema de la mano de obra calificada, ya que únicamente se busca personal que realice procesos de corte, costura o pegado de botones”, analizó el especialista de ESAN. Asimismo, para el catedrático este problema se evidencia con mayor frecuencia cuando una empresa textil está enfocada en segmentos C, D o E, dado que ellos priorizan reducir los costos y dentro de ello la mano de obra barata, ya que en dichos segmentos la variable precio es la que manda.

Aun bajo la disyuntiva de guerra de precios es posible lograr una cadena de suministro eficaz y responsable en el rubro. En la opinión de Quimper, es necesario fomentar el entrenamiento, formación y desarrollo del capital humano en las empresas para alcanzar un compromiso a largo plazo. “Allí está la clave; así cuentes con una buena materia prima o con la mejor tecnología, a veces no logras alcanzar el estándar de calidad requerido, sino tienes a tu capital humano capacitado”, puntualizó el Presidente de la Asociación Peruana de Técnicos Textiles.

De igual manera, Ccanto coincide en que una correcta gestión en su cadena de suministro generaría competitividad a las empresas, a través de una buena relación con sus proveedores, ya sean estos fabricantes de tejido, de confección o diseñadores textiles. “Esta gestión repercutiría en la reducción de costos, mejoraría la calidad de los productos y otorgaría una mejor imagen a la organización”, enfatizó el catedrático. Tras el cumplimiento de esos parámetros, se efectuarán con los niveles de servicio y la satisfacción de los clientes; logrando un desempeño óptimo de las empresas en palabras de Cantoo.

Los negocios dentro de la industria textil necesitan hallar una búsqueda de un país de bajo costo de producción entre sus proveedores a otro; y reflexionar sobre su mecanismo de abastecimiento con miras hacia el futuro. En ese contexto, brindar un trato injusto con aquellos proveedores detrás de un producto final no sólo afectará su cadena de suministro, sino, en su defecto, acarreará desfavorablemente en la reputación corporativa.

 

 

 







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