Por Stakeholders

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La llegada de la COVID-19 trajo el confinamiento social y la paralización de muchas actividades; no obstante, la violencia de género no se detuvo, sino por el contrario se agudizó con la situación de aislamiento. En relación a la vulnerabilidad de las mujeres y niñas con discapacidad en este contexto de crisis sanitaria, muchas de ellas han sido violentadas al realizar sus actividades cotidianas como al ir a los mercados, ya que el personal de seguridad les impedía el ingreso por ser “vulnerables” o en las calles el personal de las fuerzas armadas les cuestionan el  por qué salen de sus casas, “nos consideran como personas sin derechos y que no tenemos una vida como el resto”.

Asimismo, enfrentan una serie de desafíos como la falta de data relacionada a los casos de violencia contra este colectivo a pesar de la doble vulneración que enfrentan, por su discapacidad y su género, dio a conocer Maritza López de la Fraternidad Cristiana de Personas Enfermas y con Discapacidad (FRATER). “A pesar de que existen abundantes boletines estadísticos sobre temas de violencia de género, no se cuenta con data desglosada por discapacidad, pese a que esto es una obligación del Estado peruano”.

Por otro lado, el acceso a los servicios, la denuncia y asistencia en materia de violencia doméstica son particularmente inaccesibles para las mujeres con discapacidad. Las líneas telefónicas de emergencia no suelen estar equipadas con servicios de interpretación para las personas sordas y sordociegas o brindar medios alternativos de comunicación como chats o mensajes”, señaló Luzmila Muro de la Comision de Damas Invidentes del Perú (CODIP) integrante del proyecto “Impulsando el derecho de las mujeres con discapacidad a una vida libre de violencia y discriminación en el Perú”.

En el marco del 25 de noviembre “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer”, organizaciones de mujeres con discapacidad realizarán la campaña “#NoSoyInvisible”, que busca dar a conocer la situación de exclusión que enfrenta este colectivo ya que muchas de ellas son víctimas de violencia en sus hogares, a manos de sus familiares, parejas o cuidadores y de quienes dependen económicamente ante la falta de oportunidades de desarrollo y laborales para más del 10 por ciento de la población que presentan una o más discapacidades.


VIDEO #NOSOYINVISIBLE: 







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