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Por: Chriss Ríos
crios@stakeholders.com.pe

Stakeholders entrevistó a Ian Sznak, Director Ejecutivo de Sistema B Perú, movimiento mundial que llegó al país para certificar a organizaciones que, además de rentabilidad, generan importantes beneficios sociales y medioambientales a su entorno. Su historia, metodología, situación y retos se explican detalladamente a continuación.

¿Cómo surge el movimiento global “Sistema B”?

Este es un movimiento que nace hace 10 años en Estados Unidos con el nombre de B-Corp, lo cual viene del término Benefit Corporations. Cuatro chicos trabajaban en una empresa de zapatillas de estructuras transversales, que generaban beneficios más allá de la rentabilidad; por ejemplo el uso de caucho reciclado en sus productos para no dañar el medio ambiente. Luego de un tiempo, la empresa es vendida, los nuevos accionistas la reestructuran y hacen que esta esencia se pierda completamente.

Al percatarse de ello, los cuatro muchachos decidieron hacer algo por su propia cuenta. Querían crear un sistema que resguarde el valor de las organizaciones que van más allá de la rentabilidad, sosteniéndose en el ámbito legal y en el ámbito de la certificación. La idea tuvo éxito y así nació oficialmente Sistema B; gracias a ello hoy existe una razón social llamada “benefit corporation” en 20 estados de EEUU y en Italia. Su propósito global es redefinir el concepto de “éxito” en la economía.

¿En qué consiste la certificación otorgada por Sistema B?

Muchas empresas dicen ser las mejores, pero ¿cómo evidencias que realmente lo son? Pues Sistema B hace una evaluación holística y transversal que, de forma objetiva y con sistemas reales de medición, establece cuáles son sus estándares dentro de los rubros económico, medioambiental y social. Cabe resaltar que esta certificación no te dice que eres una organización perfecta, pero sí que eres una entidad generadora de impacto positivo más allá de la rentabilidad y que así debes continuar.

¿Cómo llega a Latinoamérica?

Fueron dos chilenos, una colombiana y un argentino los que se enteraron de este movimiento y decidieron traerlo a Latinoamérica. Sin embargo, ellos eran conscientes de que el contexto aquí era muy distinto; no podía atacarse solo el tema legal o el de la certificación, sino que también debía aplicarse un plan de acción que genere un real cambio de esquemas en este nuevo escenario.  Era indispensable realizar advocacy, es decir, crear un mensaje que influya y origine cambios en el ámbito social, económico, político, civil y académico.

Las interrogantes al momento de armar la estrategia de comunicación fueron: ¿cómo hacer para que las organizaciones entiendan que tienen la responsabilidad de impactar positivamente al medio ambiente y a la sociedad?, ¿cómo explicarles que es posible utilizar la fuerza del mercado para lograrlo sin que ello implique dejar de tener rentabilidad?, ¿cómo difundir de manera sólida este mensaje en espacios tan diversos a nivel nacional?

Para organizarse crearon el concepto “mandala”, en el cual al centro está el propósito y de él derivan los campos de interés: academia, comunidad, empresa, jurisdicción, sociedad civil, etcétera. Con esta difícil consigna fue que llegó Sistema B Internacional a América Latina.

Centrándonos en el Perú, ¿cómo llegó aquí?

En febrero del 2016 se constituye la Asociación Sistema B Perú, con 10 socios y un directorio de 5 personas. Durante un año hubo un proceso de incubación, en el que se investigó su verdadera viabilidad en el país. Se registraron importantes avances el año pasado, pues se cerró el 2016 habiendo certificado a 6 empresas como Empresas B y con una comunidad sustancial de actores interesados. Una ventaja que se tuvo es que ya contábamos con tres universidades peruanas certificadas por B Corps Internacional: UPC, UPN y Cibertec.

En febrero de este año, el movimiento se institucionalizó y yo asumí el liderazgo. A la fecha, ya son 14 empresas certificadas, lo que significa que el crecimiento ha sido de poco más del 100%. Si algo nos caracteriza es que somos una comunidad interdependiente que tiene constantes reuniones y espacios de colaboración, en donde todos los miembros certificados tienen acceso al directorio y pueden contactarse con las 2100 empresas B del mundo, de 50 países y de 130 industrias distintas, de forma que puedan realizar feedback.

¿Cuál es la situación con la Academia?

Como resalté anteriormente, el Perú cuenta con tres universidades certificadas como Empresas B – UPC, UPN y Cibertec – las cuales ya incluyen dentro de sus mallas curriculares el concepto de Sistema B. Lo que ahora estamos haciendo con la PUCP y la Universidad del Pacífico es investigación, actualmente alumnos de ambas universidades recogen información y casuística para medir objetivamente el triple impacto – económico, ambiental y social- de las empresas B.

La proyección es que mediante estas acciones, se introduzca en las mallas curriculares de todas las casas de estudio lo que es Sistema B y que las nuevas generaciones egresen con este chip insertado, pues finalmente van a ser quienes tengan la batuta del país en unos diez años.

¿Cuáles son los más grandes retos de Sistema B en el Perú?

Considero que son 3 y los explico a continuación:

-El primero es el más grande. Somos un movimiento que impacta muy bien en empresarios jóvenes y/o nuevos. Sin embargo, necesitamos vincularnos con empresas grandes que serían importantes agentes de cambio, ya sea con sus proveedores, clientes o simplemente formando parte de esto. Es difícil que cambien su estructura para ser una Empresa B, pero sí pueden fomentarlo y ser un modelo para el resto. Siendo así, el reto consiste en contagiarles esta responsabilidad para con la comunidad y que no nos miren como un grupo bohemio e idealista que quiere cambiar el mundo.

El segundo se relaciona directamente con el factor financiero. Por ser una organización sin fines de lucro que se sostiene por ingresos propios, ya sea por los ingresos de las certificaciones que emitimos o por los talleres que brindamos, necesitamos sí o sí empresas o personas naturales que apuesten por este movimiento y nos financien.

-El tercero es transversal a los anteriores. Consiste en cómo hacer detonar nuestro mensaje con un nivel grande de impacto y que logre que todos lo concienticen de inmediato. Todavía somos un ecosistema pequeño y lo que queremos es que, al margen de que las empresas se certifiquen o no, el mensaje se conozca. El reto es: ¿con qué estrategia exacta de comunicación lo vamos a lograr?

El triple impacto: Económico, social y ambiental.

 ¿Qué proyección tienen a corto plazo?

Sistema B es un agente mundial de cambio y ha venido al Perú para quedarse. Entonces el siguiente paso es la consolidación; queremos cerrar el 2017 con 20 empresas certificadas. Para lograrlo, hemos planificado eventos enfocados en cada uno de nuestros campos de interés. Este 19 y 20 de junio se realizará en la PUCP la primera conferencia mundial de Abogados B; asistirán comunidades jurídicas de todo el mundo y entre ellos se encuentra el que hizo la ley en EEUU. El objetivo es ver la forma de generar una legislación y una razón social que a nivel país pueda avalar a las Empresas B. En Chile, Argentina y Colombia ya están en pleno proceso.

Luego continuaremos con los eventos, se viene otro enfocado en la comunidad, otro en la academia y así sucesivamente hasta abarcar todos los campos de interés de nuestra “mandala”. Todo está mapeado y estructurado, el plan está en marcha.

¿Y a mediano plazo?

A finales del 2019 queremos tener de 60 a 80 empresas B certificadas en el país. Buscamos también la descentralización; tener nodos en Cusco, Arequipa, Trujillo y la selva, que puedan abrirse campo en provincia y expandir este movimiento. Para este fin, llevaremos a cabo talleres de “multiplicadores”, es decir, de personas que serán embajadoras de Sistema B a nivel nacional. Nuestra ventaja es que la red ya se está armando, pues contamos con empresas B en Cusco, Trujillo y Huancayo; la cuestión es que tomen liderazgo.

Asimismo, es esencial que establezcamos alianzas con unas 4 universidades, para que así las mallas curriculares de determinadas carreras informen cómo es que con Sistema B se pueden hacer negocios que generen un triple impacto: la rentabilidad, el beneficio social y el beneficio ambiental. Finalmente pero no menos importante, esperamos consolidar alianzas con grupos económicos grandes, que tan solo tomando el liderazgo en esta causa ya estarían haciendo bastante.

Miembros de Sistema B Perú.

¿El objetivo de Sistema B Perú varía del objetivo de Sistema B global?

El propósito global de Sistema B es redefinir el concepto de “éxito” en la economía. El propósito de Sistema B Perú es co-crear una economía centrada en la diversidad y el bienestar. Hicimos un aterrizaje local de la visión global. Lo que más me gusta de la palabra bienestar es que abarca el tema social y ambiental, de la palabra diversidad me gusta que representa lo más característico de nuestro país.

Esta es la razón por la que Sistema B Perú debe relacionarse con su diversidad y fomentar que las empresas se enfoquen en la conservación y la regeneración. Como país ese tiene que ser nuestro sello. B Corp ya nos ofreció a Sistema B, dado que esta es una cuestión bidireccional ahora el Perú debe ofrecer algo de exportación: del Perú para el Perú, del Perú para Latinoamérica, y de Latinoamérica para el mundo.

*Perú: Empresas certificadas 

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