Por Stakeholders

Lectura de:

Rossana Taquía Gutierrez
Directora Ejecutiva del Programa Nacional para las Oportunidades Laborales, IMPULSA PERU – MTPE

Desde la dación de normas que promocionan la inserción laboral de personas con discapacidad (PCD) en el Perú, al día de hoy, las estadísticas preocupan. La Encuesta Nacional Especializada sobre Discapacidad – del INEI (2012) revelo que en Perú existen 1 millón 575 mil 402 personas con algún tipo de discapacidad (5,2% de la población total) que las personas con discapacidad en edad de trabajar (aprox. 1 millón 440 mil) poseen características de pobreza extrema: son predominantemente inactivas (tasa de inactividad 76%); alta tasa de desempleo (12.1%) tres veces más alta que la del total de la población (3.7%); pocas se emplean como independientes o si son contratadas es por empresas con menos de 10 trabajadores; es decir, están en empleos precarios; poseen escasas competencias que limitan su empleabilidad, 8 de cada 10 personas con discapacidad tienen nivel máximo de educación secundaria.

Año 2016, Encuesta Nacional de Variación Mensual del Empleo señala que el 19.9% de las empresas privadas formales de 50 y más trabajadores cuentan con trabajadores con discapacidad frente al 14.1% señalado en el 2014. Estamos en cifras de pobreza. El Perú quiere ser miembro de la OCDE, como también, queremos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030 , pues ello significa no solo crecer económicamente, sino trabajar por lo que la gente necesita: el ejercer sus derechos y libertades. En este contexto estadístico alarmante, ¿cómo abordarlo desde la responsabilidad social empresarial (RSE)?, soy una convencida que sí logramos cambios cuando hacemos alianzas públicas-privadas por RSE. Creo que solo asumiendo que nos necesitamos, Estado -Sociedad Civil y Empresa, buscaremos abordar juntos objetivos comunes, para incluir a esta población discriminada por años y siempre desde una mirada de sus derechos humanos.

Reafirmo, desde los derechos humanos, porque hay opiniones de gestores de política pública, que creen que trabajar desde la responsabilidad social empresarial para promover derechos humanos para PCD, son conceptos disociados, se cree, que hacerlo por RSE, es disminuir derechos que le asisten a un PCD, como si una gestión empresarial con RSE implicaría hacer actos de liberalidad. Nada más errado que refleja aún el desconocimiento del rol preponderante y potente que es promover la RSE desde el Estado Peruano, y que en la actualidad es política pública en el mundo. Los Principios Rectores de la empresa y los Derechos Humanos, como uno de los primeros documentos o la constitución en Ginebra el 2016, de una Comisión por Resolución N° 26/9, para elaborar un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre empresas transnacionales y otras empresas con respeto a los derechos humanos, nos dan la alerta que son principios fundacionales de la RSE el respeto y promoción de los derechos humanos.

Por ello, las acciones concretas de RSE realizadas para generación del empleo a PCD, solo han ocurrido cuando la organización decidió revisar, cambiar y salir de requisitos estandarizados, que no aceptaban el valor de las habilidades diferentes, generalmente fueron: estándares educativos que se solicitan como requisito para cumplir el perfil, como es, haber culminado los estudios secundarios. Aunque se crea es un mínimo, la realidad en el Perú de los PCD, es que ese requisito solo lo cumple menos del 1% de dicha población, también se solicita contratar en su gran mayoría, PCD con discapacidad motora superior o inferior, PCD auditivos o PCD que no pueden ver, y allí terminó el abanico de tipos de PCD, falta informarnos.

También, contratados los PCD, no capacitan al personal de la empresa para saber cómo socializar y no caer en tratos discriminatorios “involuntariamente”, vi que no es común el estudiar cómo debemos hacer una inclusión laboral acorde al tipo de discapacidad que posee, no me refiero a la infraestructura, me refiero a la cultura organizacional, a la concientización que las diferencias son parte de la convivencia, de la tolerancia, del respeto al otro, así también escucho mucho, no saber dónde encontrarlos. Fácil, donde nadie va, allí están, en mi experiencia, allí los encontré. Generar empleo a personas con discapacidad no es cuestión de cumplir cuotas, es un deber de actuar socialmente responsables. Todos. Estado – sociedad y empresa.







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