Por Stakeholders

Lectura de:

Paúl Lira Briceño
Docente de la Escuela de Postgrado de la Universidad Privada del Norte (UPN)

Durante el 2020, el sistema financiero local soportó dos fortísimos choques externos, uno derivado del otro: la paralización de sus actividades por más de 90 días, producto de la inmovilización social decretada por el gobierno a fin de controlar la epidemia de coronavirus; y, como consecuencia de la inmovilidad social, el virtual rompimiento de la cadena de pago, debido al incumplimiento de la cancelación de las obligaciones contraídas por sus clientes.

¿Cómo afectaron estos choques a la salud del sistema financiero local? Aparte de un repunte de la cartera pesada y su impacto en las provisiones, así como una disminución significativa del retorno sobre el patrimonio (ROE); los bancos y otras instituciones pasaron la prueba sin mucha presión.

A esos resultados, hay que hacer ajustes por tipo de institución (bancos versus cajas, por ejemplo) o el tamaño de las mismas (evidentemente, no es lo mismo un banco grande que uno pequeño), pero en general, el sistema soportó el embate con buen pie.

Parte de este resultado se debe a la eficiente supervisión del organismo regulador, la rápida reacción del gobierno central (Reactiva Perú) y al manejo profesional de los equipos que lideran las instituciones locales.

En un escenario postpandemia, los retos a corto y mediano plazo para la banca son de dos tipos: tácticos y estratégicos. Los primeros, tienen que ver con la recuperación de los créditos vencidos y el manejo de su cartera de clientes, así como llegar a los ROE prepandemia.

Importantes serán los esfuerzos dirigidos a la ampliación de la base de clientes. Una amenaza a estos esfuerzos son los topes a las tasas de interés que pueden desincentivar la captación de nueva clientela, al ser el riesgo de estos clientes, no compensado con las tasas impuestas por el BCR.

El reto estratégico, tiene directa relación con la asunción de un gobierno no amigable a la iniciativa privada.

Aunque, en el programa y el discurso del gobernante electo, no existen referencias específicas al accionar de las instituciones financieras locales, es fácil intuir lo que un entorno intervencionista puede causar a las actividades de empresas grandes y medianas que, en algunos bancos, representan el grueso de sus ingresos financieros.

Más aún, un declive en la actividad económica producto de escenarios recesivos con alta inflación, puede afectar a la masa de clientes personales, segmento de clientela que, para algunos bancos y cajas, representan un buen porcentaje de sus ingresos.

Sean tácticos o estratégicos, los retos que enfrentará el sistema financiero local serán importantes. En ese contexto, será fundamental la elaboración y puesta en marcha de planes estratégicos que cubran estas contingencias y la existencia de un regulador fuerte y con todas sus atribuciones técnicas intactas.

¿El sistema podrá capear el temporal que se viene tan exitosamente como superó la pandemia? Solo el tiempo lo dirá.







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