Por Stakeholders

Lectura de:

Adriana Del Aguila
Analista de Responde

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de la mitad de la población mundial, aproximadamente 3,500 millones de personas, vive hoy en zonas urbanas; por lo que se estima que el futuro de la humanidad será en la ciudad. Así, contemplar los espacios urbanos para pensar en el desarrollo sostenible se ha convertido en una urgencia que no podemos ignorar. Nuestras formas de construir y administrar las ciudades han ido y necesitan seguir transformándose si buscamos un futuro urbano resiliente.

El concepto de ciudad sostenible aparece en este contexto como un enfoque integral orientado hacia el cumplimiento de la Agenda para el Desarrollo Sostenible. Cuando hablamos de ciudades sostenibles, nos referimos a ciudades resilientes, que puedan ofrecer calidad de vida a sus habitantes, manteniendo su capacidad de adaptación frente a cambios económicos, sociales o ambientales, sin poner en riesgo sus propios recursos.

En efecto, este concepto implica una serie de variables que reflejan la complejidad de la ciudad y sus ciudadanos. Por un lado, se trata de garantizar infraestructura adecuada que se adapte al contexto de la ciudad; así como también, implica planificación y desarrollo urbano sostenido, que tome en cuenta criterios de resiliencia y gestión pública de manera participativa e inclusiva.

La ciudad sostenible está en permanente construcción. No existe un solo modelo; sino que este va construyéndose dependiendo de las necesidades de los ciudadanos y a través del involucramiento de los distintos actores de la ciudad; uno de los cuales es irrefutablemente la empresa.

¿Qué hacemos desde la empresa?

El rol empresarial y las alianzas público-privadas son esenciales para los objetivos de la nueva agenda urbana. Así como las variables que componen el concepto de ciudad sostenible son amplias, también lo son las acciones que puede tomar la empresa en este importante desafío.

  1. Fomenta una movilidad sostenible

Si un porcentaje alto de colaboradores llega en auto privado, se debe analizar las razones que lo motivan para proponer alternativas de movilidad pertinentes. Hay muchas maneras de transportarse en la ciudad y, a veces, solo es necesario el incentivo adecuado. Si un grupo puede llegar a la oficina en movilidad alternativa, la empresa puede fomentar los beneficios de su uso y crear las condiciones para que se sientan cómodos haciéndolo. Un parqueo para bicicletas, un espacio para colocar los cascos o un lugar donde puedan asearse después de pedalear, son buenos inicios para una cultura de sostenibilidad urbana.

  1. Revisa tu cadena de valor

Mirar la cadena de valor permite identificar los impactos sobre la ciudad. Estos pueden ser desde emisiones de carbono y el tránsito que generan las unidades de distribución, hasta los espacios públicos que se desactivaron al habilitar la infraestructura de la empresa. Pequeñas acciones que comúnmente pasan desapercibidas pueden ser evitadas de forma sencilla, estratégica y generando valor.

  1. Genera alianzas

La ciudad es un entramado de actores, por lo que el esfuerzo conjunto es la mejor opción para concretar acciones de alto impacto. Aliarse con otros grupos de interés, como sociedad civil o estado, es una de las maneras más inteligentes para contribuir a resolver los grandes retos de la sostenibilidad urbana.

  1. Desarrolla tu visión a futuro

El compromiso que se debe tener con la ciudad es, indiscutiblemente, hacia el futuro. Por ello, es necesario trasladarnos a la visión de mediano y largo plazo e integrar en el plan estratégico de la empresa a la ciudad y sus ciudadanos.

 







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