Por Stakeholders

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Por: Emma Pérez
eperez@stakeholders.com.pe

Como preámbulo a la edición de CADE Ejecutivos del presente año, Stakeholders conversó con Alfredo Torres, Presidente de CADE Ejecutivos 2016, sobre lo que encontraremos en este importante evento, las expectativas y el legado del mismo.

¿Dónde se realizará el CADE Ejecutivos este año y quiénes estarán participando?

Este CADE Ejecutivos se desarrollará desde el 30 de noviembre hasta el 2 de Diciembre, en Paracas. Contará con la participación de cuatro invitados de gran relevancia: dos expresidentes, Felipe Calderón de México y Sebastián Piñera de Chile, que estarán junto al destacado empresario, Carlos Rodríguez Pastor, y al gurú de la educación, Salman Khan.

¿Qué personalidades del gobierno estarán presentes?

Contaremos con la asistencia de gran parte de los representantes del gobierno; entre ellos el Primer Ministro Fernando Zavala, quien estará durante el primer día del evento, y el Presidente Pedro Pablo Kuczynski, que nos acompañará en la clausura. Estarán presentes también un conjunto de ministros que serán parte de las diferentes sesiones que están programadas, con el fin de tocar los temas de mayor preocupación, tanto para la ciudadanía como para los empresarios.

¿Cómo estará organizado el programa?

La apertura del evento será el día miércoles 30 de noviembre, para continuar el día jueves 1 de diciembre con las sesiones de educación, salud, seguridad ciudadana, narcotráfico y corrupción. Como cierre, durante el día viernes 2 veremos las sesiones de economía, infraestructura, minería y los sectores productivos en general, incluyendo las industrias culturales, lo que está generando mucha expectativa en la audiencia. El CADE Ejecutivos estará muy completo en cuanto a la temática y a sus expositores.

El plato fuerte este año son un grupo de indicadores que se van a presentar, ¿qué nos puede decir de ellos?

Durante el CADE Ejecutivos se estará presentando un conjunto de indicadores cuyo objetivo es permitirnos medir cómo va y cómo avanza el Estado en tres ejes: desarrollo social, económico e institucional del país. Es una forma de monitorear aquellas metas que queremos lograr año a año, y de alguna forma, tomarle examen al gobierno en los distintos frentes. Por ejemplo, si dicen que van a reducir la anemia o la informalidad, podremos ver cada año cómo vamos avanzando en estos temas.

Además, hay que destacar que estos indicadores se alimentan de fuentes públicas como algunas encuestas del INEI, que son una excelente base de información; y otros rankings internacionales, como algunos indicadores del The World Economic Forum, entre otros.

¿Qué expectativas hay frente a este CADE Ejecutivos 2016, considerando la etapa inicial de un nuevo gobierno?

Hay una expectativa muy positiva en el sentido de que tenemos un gobierno en el cual podemos confiar, con gente seria, preparada y con experiencia; no tenemos personas improvisadas, ni con ideas equivocadas, no hay populistas, ni demagogos, como ha ocurrido en el pasado con otros países latinoamericanos. Sin embargo, también hay mucha incertidumbre porque han recibido una economía prácticamente estancada, con un entorno internacional no muy favorable. Por ello, hay un gran interés en saber qué pretende hacer el gobierno durante el y los próximos años para avanzar en el camino del desarrollo.

¿Cómo se imagina al Perú en el 2021?

El 2021 es el año de bicentenario. Todos creemos y confiamos en que seremos un país más desarrollado, tanto en el aspecto económico como en el aspecto social y en lo que podríamos llamar desarrollo institucional. Esperamos que funcione mejor el sistema democrático y el Estado en general. En el campo económico, creemos que es clave continuar con una tasa alta de crecimiento, con mayor integración con el mundo, con más exportaciones, más turismo, además de generar mayor formalidad, con más trabajadores en el sistema formal.

En el ámbito social nos parece fundamental disminuir la desnutrición infantil, porque esa es la base para que después los chicos puedan ir al colegio y aprender. Queremos niños que estén en capacidad de aprender, que tengan mejores resultados tanto en primaria como en secundaria, y que, más adelante, encuentren buenas opciones laborales. Por lo tanto, necesitamos también un país que esté más interconectado en temas de infraestructura tanto en el hogar, como en saneamiento, agua potable, electricidad, internet, carreteras, etc. Imaginamos un país donde haya más seguridad ciudadana y menos corrupción. Esa es la base del país que queremos tener y para eso están los indicadores que nos permitirán medir el progreso de cada una de esas metas.

La relación público-privada es la base de los grandes impactos en un país, ¿cómo se percibe éste vínculo en el actual gobierno?

Yo creo que muy bien. Hay que notar que el actual gobierno está formado por gente que ha pasado tanto por el Estado como por el sector privado, empezando por el propio Presidente Kuczynski, seguido por el Primer Ministro Zavala y la mayor parte del Gabinete. Eso es una ventaja, porque entienden y conocen el quehacer de los dos lados. Creo que este gobierno la tiene clara, tiene que reducir los trámites absurdos, destrabar proyectos, fomentar una mejor relación público-privada en términos de asociaciones para el desarrollo, pero también en generar infraestructura y facilidades, condiciones de estabilidad para que la inversión privada entre y haga su trabajo.

En cuanto a la sostenibilidad y la responsabilidad social, ¿cómo ve su desarrollo dentro de los próximos 5 años?

Son dos conceptos que están entrando fuertemente en las empresas, especialmente en las grandes empresas que tienen que ver con la actividad minera e industrial. Todavía falta que se dé a conocer, trabajar y valorar más ambos conceptos en las pequeñas y medianas empresas, así como en la sociedad en general. De forma que se comprenda que si bien la empresa tiene responsabilidades con el ambiente y con la comunidad, esas responsabilidades tienen como límite la viabilidad de las mismas. Hay que buscar el equilibrio porque la empresa en ninguna forma puede reemplazar al Estado, como muchas veces acaba ocurriendo, sobretodo en lugares del país donde el Estado está ausente y se desarrolla un proyecto empresarial importante.

Con 100 días de gobierno y un año terminando, ¿cuál es su pronóstico para el primer semestre del 2017, en economía?

En economía, el gobierno actual se ha encontrado con una situación más difícil de la que esperaba. Hay un déficit fiscal más grande del imaginado, lo cual obliga a reducir el gasto fiscal y eso tiene como aspecto negativo el hecho que frena un poco el crecimiento. Si se hace esta corrección, vamos a ver cómo viene el presupuesto público; en CADE Ejecutivos podremos conocer cómo se estará elaborando. También como viene el cambio de la normatividad tributaria, con esas nuevas reglas la economía debería empezar a crecer. Lo que ocurre es que en economía, las empresas tienen unos plazos con sus proyectos, y es cierto también que desde la ideas hasta la ejecución pasa un buen tiempo. El primer trimestre pasará un poco lento, en el sentido de que van a estar desarrollándose una serie de proyectos, estudios y planes, lo que no necesariamente se va a traducir en la acción propiamente. En cambio, la inversión importante tal vez vendrá hacia el segundo semestre.

¿Y qué hay de la seguridad ciudadana?

En cuanto a seguridad, creo que estamos viendo a un ministro muy dinámico, con muchas ganas de hacer las cosas, pero todavía tiene una Policía Nacional que se está adecuando a su estilo. Todavía no está muy claro quiénes son los oficiales con los cuales va a hacer su gestión en el futuro, por ejemplo; si son los que hoy en día están cerca de él o hay todavía habrá algunos cambios más. Me parece que ha sido una gran idea lo de las recompensas, puesto que ha habido una serie de logros en las capturas pero también ha habido varios tropiezos. Ejemplo de ello es que hemos visto jueces que han soltado delincuentes peligrosos, que ya habían sido presentados por la policía a la fiscalía.

Creo que CADE Ejecutivos es una buena oportunidad para que escuchemos más en detalle los planes del ministro y, Dios mediante, tengamos ya resultados concretos no sólo en el primer semestre del próximo año, sino que quizás podamos ver los resultados de estos primeros meses de gobierno.

En cuanto a salud y educación, ¿cómo se ve el 2017?

En salud y educación tenemos dos ministros muy competentes a cargo. En el caso de educación además hay una continuidad interesante, y en el caso de salud ha habido un cambio radical. Por lo que, en salud están todavía en la etapa de armar los equipos de gobierno, sin embargo la ministra parece que tiene el norte muy claro. CADE Ejecutivos será un espacio perfecto para ver lo que nos dicen sobre sus planes para relanzar el sector y, en el caso de educación, para dar un paso más sobre lo que ya se ha alcanzado.

Una de las banderas de este gobierno ha sido atacar la corrupción, ¿cree que veremos avance con ello en 2017?
Corrupción es un tema más complejo, abarca al Estado por todos lados. Hay corrupción cuando los narcotraficantes “coinmean” militares en el VRAEM para que los dejen sacar la droga. Hay corrupción cuando hay lavado de activos en grandes obras de infraestructura como, según parece, ha habido en gobiernos anteriores con obras muy grandes que actualmente están en investigación; y también hay la corrupción “pequeña” que sufrimos con los trámites o plazos que se prolongan, y casi son generados para que la corrupción sea el único mecanismo para avanzar más rápido. Esa relación entre trámites y corrupción es muy dañina y por eso es tan importante la simplificación y el gobierno electrónico, que son temas que vamos a tratar en CADE Ejecutivos para buscar disminuir esa corrupción menuda que nos afecta a todos.

En CADE tendremos una mesa redonda entre dos destacados abogados Sandro Fuentes y Alfredo Bullard, con la ex ministra Verónica Zavala y Carolina Gibu, directora de Ciudadanos al Día, para discutir cómo reducir la corrupción vía menos trámites o más gobierno electrónico. Lo que nos hace falta es un trabajo más estructurado, un liderazgo nacional que hoy en día no es visible

A su juicio, ¿cuáles son las oportunidades de desarrollo que tiene el país?

Las oportunidades son múltiples, afortunadamente este es un país muy diverso. Hemos avanzado mucho, en las últimas décadas, en agroexportación. También hemos avanzado mucho en turismo y ahí hay un gran potencial por desarrollar. Tenemos otros sectores como la acuicultura, el área forestal, la industria cultural, donde también hay grandes posibilidades de desarrollo; estos son algunos temas que vamos a conversar en CADE Ejecutivos.

Por supuesto, el Perú sigue siendo un país minero y el gran desafío es lograr que la minería vuelva a ser un motor del desarrollo y que supere esta barrera que representan los conflictos sociales. Hay muchas posibilidades de desarrollo en el Perú, y hay muchos motores que pueden encenderse si se hacen las cosas bien.

¿Qué desafíos considera que encontraremos en el camino para cumplir las metas del gobierno?

Hay algunos desafíos estructurales como el bajo nivel educativo, como la falta de infraestructura, por ejemplo, para sacar la madera de la selva a la costa, es muy costoso; incluso para movilizarnos por la carretera central al Valle del Mantaro toma el triple de tiempo que debería tomar, hay una serie de aspectos en infraestructura que ya, hoy por hoy, son barreras. Los aeropuertos, después de muchos años, están por empezar como el aeropuerto de Chichero en Cusco. El aeropuerto de Lima, también tiene años de retraso, ni qué decir las carreteras. No tenemos todavía una autopista ida y vuelta Tumbes- Tacna, este gobierno está ofreciendo hacerla. Tenemos una serie de carencias en infraestructura que se suman también a las de bajo nivel educativo.

Tenemos un programa cultural complejo y es que no hay una suficiente valoración del compromiso de la palabra. A veces se llegan a acuerdos y la gente los incumple. Me refiero a acuerdos que se hacen con comunidades para desarrollar proyectos sociales o mineros. También hay un bajo respeto a la ley. No se cumple, ni siquiera se respeta la propiedad, hay hasta tráfico de terrenos. Esas son cosas muy graves para el desarrollo porque uno puede no confiar en el sistema jurídico, pero la desconfianza que hay en nuestro país es doble, desconfianza en la palabra de los demás y desconfianza en que el sistema jurídico va a hacer que las leyes se respeten.

¿Cuál es el rol del Estado y de la empresa, además de su trabajo en conjunto, para alcanzar esas metas?

Creo que a diferencia de lo que ocurría décadas atrás, la empresa y el Estado hoy no están enfrentados sino que están mirando en la misma dirección. De lo que se trata es de trabajar el equipo. Por ejemplo, la educación privada y la educación pública son necesarias, pero hay que ver cómo pueden trabajar mejor. Desde la inversión privada haciendo escuelas a través de obras por impuestos, hasta construyendo escuelas privadas de bajo precio o proveyendo insumos o materiales de estudio para que la educación pública tenga mejores herramientas de trabajo y el Estado acompañando la inversión privada con normas que faciliten el desarrollo y que acompañen el crecimiento. A veces las normas son demasiado exigentes, lo cual genera el incumplimiento ya que muchas empresas pequeñas no las pueden cumplir, y el incumplimiento o la evasión vienen acompañados de corrupción para poder seguir sobreviviendo en la informalidad.

El Estado tiene que combatir la informalidad pero de una manera constructiva, es decir, ayudando a las empresas que hoy están en la informalidad porque no pueden cumplir con algunas normas muy exigentes, ayudarlas a que poco a poco vayan saliendo de ahí y vayan integrándose a la formalidad.







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