Algo grande se está cocinando en los Telecentros de nuestra selva

Por Stakeholders

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En abril tuve la oportunidad de estar en la ciudad de Tarapoto, que me recibió con un ambiente vibrante y acogedor; sus calles movidas con miles de motocicletas que iban y venían, sus mercados llenos de ofertas diversas y sus pobladores alegres y orgullosos. Hace mucho que no iba, y me sorprendió el crecimiento, la variedad de hoteles, agencias de turismo, restaurantes y demás, pero la mayor satisfacción vendría del poder evidenciar el gran potencial emprendedor que existe en los jóvenes de las provincias de la región.

Fui invitado a participar como jurado en la segunda ´Hackatón de la Selva´, cuyo fin es involucrar a los jóvenes en el desarrollo tecnológico de la selva peruana. Los participantes eran seleccionados usuarios de la Red de Telecentros de la Amazonía, con capacidad de liderazgo y con ideas de soluciones a problemas específicos de sus localidades. A través de un espacio colaborativo de aprendizaje, intercambio e innovación, cada uno era partícipe de los retos y de las soluciones que viven de manera cotidiana. Guiados por profesores de la Universidad de Lima y junto con estudiantes de sistemas de la Universidad Nacional de San Martín, elaboraron prototipos de aplicaciones móviles en temas de turismo, agricultura, seguridad y el cuidado del medio ambiente.

Estos espacios de innovación y de aprendizaje son excepcionales por las circunstancias en que se encuentran las poblaciones selváticas en términos de acceso a información, su relativa nueva conectividad y por la escasa inversión que hay en el Perú en innovación tecnológica. Existe un enorme potencial en materia de desarrollo sostenible que se puede trabajar con estas generaciones de jóvenes. Ellos se encuentran a la espera de que los actores claves colaboren, brinden acceso a tecnologías y generen el impulso necesario.

Mauricio Verkooijen Baca - Coordinador de proyectos de Responde
Mauricio Verkooijen Baca – Coordinador de proyectos de Responde

Empezar con una desventaja

La conectividad en zonas rurales peruanas es muy baja, con valores cercanos al 5%, que difieren enormemente en la capital donde la conectividad llega al 35%, el 26,3% de los hogares cuenta con computadora personal y el 17,7% con conectividad a Internet. Sin duda el reto más importante es de los jóvenes, quienes son los usuarios principales y tienen un futuro con alta competencia y donde el componente tecnológico será un requisito para muchas oportunidades laborales. Según datos de ENAHO, los jóvenes entre 17 y 24 años son los que más utilizan el internet y estos números casi se duplican para los jóvenes de la costa en comparación con el mismo grupo etario de la selva. La evolución de estas cifras será lenta, ya que no existe una estrategia integral de desarrollo de infraestructura ni de promoción en proyectos de inversión en la región.

Sin duda, estos participantes pronto se encontrarán en un mundo acelerado, globalizado y tendrán que competir con varias desventajas por tener baja conectividad, insuficiente información sobre su contexto y en un idioma distinto a su lengua nativa. Vale la pena destacar el trabajo de CEDRO y sus aliados con los telecentros para incluir a los jóvenes de la selva en el desarrollo tecnológico y en espacios colaborativos que motiven su emprendedurismo y su curiosidad por las TIC. Otros notables actores en este ecosistema incluyen a Wayra-Perú, la primera aceleradora del país, Endeavour Perú, la Universidad del Pacífico y la UTEC, entre otras 10 aceleradoras e incubadoras de esta comunidad. Los programas de ConectaRSE para Crecer de Telefónica del Perú y Networking Academy de CISCO son otros con un foco rural que apoyan a emprendedores y líderes digitales.

El Perú no se quiere quedar atrás

El ecosistema tecnológico de Perú todavía se encuentra en su infancia. Siendo un país que es económicamente impulsado por sus industrias extractivas, sólo se invierte el 0.08 del PBI en I+D (investigación y desarrollo), cifra muy inferior a la de Colombia (0.25 %), Chile (0.38 %) y México (0.54 %) por citar algunos ejemplos[1]. En los países de la OCDE, Japón destina 66.3 % a desarrollo tecnológico y 20.8 % a investigación aplicada; Estados Unidos un 62 % y 19% respectivamente y apenas 17 % a investigación básica.

El Ministerio de Producción, que es el mayor impulsor, contribuye considerablemente a través de iniciativas como Innóvate Perú y StartUp Perú y quiere aumentar diez veces la inversión en innovación en la próxima década, lo cual nos acercaría a nuestros pares latinoamericanos[2]. Solo en el 2017, 837 proyectos aplicaron para conseguir capital semilla de StartUp Perú y 106 proyectos recibieron premios desde $5,000 hasta $153,000 en financiamiento.

Las fuentes de financiamiento para promover las micro, pequeñas y medianas empresas del Perú se han diversificado y expandido considerablemente. Para mencionar algunos ejemplos, el Banco Interamericano de Desarrollo ha prestado $40 millones al fondo para MYPES y el Ministerio de Economía y Finanzas ha comprometido otros $60 millones. Además, a inicios del año, el Banco Mundial aprobó un préstamo de $45 millones para el desarrollo de ciencia, tecnología e innovación en el Perú[3]. Esperamos que estos fondos también se vean invertidos en las MYPES de la selva para incorporar de forma intensiva las TIC en los procesos productivos y desarrollar la economía creativa digital. Además del desarrollo de contenidos y aplicaciones, será necesario también involucrar a los inversionistas para que aporten más allá del capital semilla, en las fases avanzadas de los emprendimientos tecnológicos que pueden ser de alto riesgo, pero con alto impacto ciudadano.

Un contraste significativo que resaltar

“En Perú tienen energía fresca y todavía quieren cambiar las cosas mucho”, dijo Claire Delaunay, co-fundadora de Otto y Directora de Ingeniería de UBER. Ella hablaba en el Venture Capital Conference en junio de este año, un evento liderado por COFIDE, FOMIN, y UTEC, con el objetivo de juntar a los actores clave de este ecosistema, incentivar la colaboración y crear un momentum. Hace 3 años, el ecosistema tecnológico era prácticamente inexistente, pero con un rol importante del estado, academia, del sector privado y el correcto financiamiento, su crecimiento ha sido exponencial. Sin embargo, todavía son contados los momentos donde tanto talento tecnológico, financiamiento e ingenio se encuentran alineados para brindar soluciones y productos novedosos.

Del Perú al Mundo

El emprendedurismo tecnológico en el Perú se encuentra en un momento único y debe ser aprovechado y descentralizado. Las ideas o soluciones de alto impacto que son productos de procesos colaborativos deben integrar también a poblaciones de nuestra selva y sierra donde se encuentran las dificultades socioeconómicas más complejas y frágiles, donde las tecnologías pueden ser herramientas de desarrollo que marcan la diferencia. Son de aquí de donde saldrán soluciones y proyectos de desarrollo que llamarán la atención del mundo para mostrar que el Perú puede ser un país donde la innovación sostenible es posible.

[1] https://portal.concytec.gob.pe/index.php/noticias/1051-primer-censo-revela-baja-inversion-en-investigacion-y-desarrollo-en-el-peru

[2] https://techcrunch.com/2017/08/10/peru-is-on-a-bid-to-catch-up-with-its-innovative-latin-american-neighbors/

[3] https://techcrunch.com/2017/08/10/peru-is-on-a-bid-to-catch-up-with-its-innovative-latin-american-neighbors/

 







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