Por Stakeholders

Lectura de:

Por: Bernardo Kliksberg
Asesor Internacional. kliksberg@aol.com


La responsabilidad social no es una moda, ha llegado para quedarse.

Noruega es el país líder en Desarrollo Humano de la ONU. Ello hace que sus comportamientos sean observados con gran interés, entre otros campos en el de Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Noruega tiene el mayor fondo soberano de inversiones del planeta. El Fondo tiene actualmente 900 000 millones de euros, que coloca siguiendo cuidadosos y prudentes criterios de inversión. Hace algunos años, los órganos de control interno del Estado noruego le advirtieron que debía retirar aquellas inversiones que hubiera colocado en empresas, cuyas conductas de responsabilidad eran conflictivas con las metas éticas que se había impuesto el país. El Fondo procedió a hacerlo. Se retiró de diversos tipos de empresas, entre ellas las que producían minas de guerra, dañaban el medio ambiente, habían tenido complicidad con la violación de derechos humanos, tenían políticas discriminatorias, usaban mano de obra infantil.

Posteriormente, invirtió su dinero en empresas de menor rentabilidad, pero socialmente responsables, acompañando la adopción de esa política, con la confección de la lista de empresas en las que desinvirtió la cual publicó en los principales periódicos del mundo con la lista de empresas en las que desinvirtió y las razones. Claramente la intención fue estimular la responsabilidad social en las empresas y desincentivar las conductas contradictorias con ella.

Recientemente, el Fondo de Inversión de Noruega ha integrado nuevas firmas a la nómina de empresas de las que retira sus inversiones. Otros grandes fondos de inversión están teniendo en cuenta la RSE en la selección de sus inversiones. Así lo hace CALPERS, el Fondo de los Pensionados del Estado de California considerada la sexta economía del orbe, y también el poderoso Fondo Soberano de Inversiones del Japón, que se ha fijado alentar especialmente a las empresas que contribuyen a la creación de una economía verde. Lo mismo sucede con el Fondo de Inversiones de Suecia. También fondos de inversión líderes como entre otros, Goldman Sacks y Oppenheimer, han lanzado al mercado fondos que se cotizan, que invierten solamente en empresas socialmente responsables.

En ese marco, ha reforzado estas tendencias, la posición tomada por BlackRock el Fondo de Inversión privado que más recursos maneja a nivel mundial (cuenta con 6 trillones de dólares). Su Presidente, Laurence Fink, dirige una carta anual a sus accionistas y a los directorios de empresas líderes. En su carta 2018, destaca especialmente que las empresas tienen la obligación de contribuir a la sociedad, rompiendo con la idea lanzada hace décadas, por Milton Friedman, que no tenían por qué tener responsabilidades adicionales ante ella. Fink resalta, que la lógica de las empresas debe incorporar que sus ganancias y sostenibilidad de largo plazo estarán vinculadas a la calidad y efectividad de las responsabilidades sociales que asuman.

Estos desarrollos están ligados a la presión de la opinión pública y los consumidores prospectivos. Las encuestas recientes a los llamados milenaristas, coinciden en que tienen una muy alta consideración de la RSE. Desean en su gran mayoría trabajar en empresas de ese tipo. Cuando elijen productos, tienen en cuenta como se están comportando las empresas en temas claves en responsabilidad, como el carácter saludable de los productos, el buen trato a los consumidores, el clima de relaciones laborales, y la atención al medio ambiente. Asimismo, la mayoría está dispuesta a pagar más por productos de empresas con RSE.







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