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Educación en alternancia: Radiografía

Por Stakeholders

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Una atípica propuesta educativa originada en Francia, viene aplicándose en nuestras comunidades rurales desde hace 17 años. Su éxito o fracaso puede determinar el desarrollo del sector más vulnerable del Perú, por lo que es realmente importante conocer su situación.

Por: Chriss Ríos
crios@stakeholders.com.pe

Origen

En 1935, cuatro adolescentes de la localidad de Sérignac-Péboudou (Francia), estudiaron por primera vez bajo una novedosa modalidad educativa, enfocada en que su formación académica se vincule estrechamente a su medio productivo. Ellos estaban monitoreados por el párroco de la localidad, quien estableció una dinámica que alternaba tres semanas de formación en el fundo agrícola familiar, con una semana de teoría en la casa parroquial. Durante las 3 semanas, los jóvenes aprendían de situaciones concretas de su negocio familiar, mientras que en la parroquia ellos reflexionaban y creaban sistemas respecto a ello. El resto de materias era impartido por docentes especializados vía correspondencia. El servicio de albergue y comedor era solventado por las familias de los jóvenes, las mismas que pusieron a disposición sus tierras y conocimientos.

Estas fueron las estrategias didácticas que, en esencia, originaron lo que hoy conocemos como “educación en alternancia”. En abril de 1937, esta modalidad ya contaba con mucha más acogida y la Asamblea General de Sérignac-Péboudou la oficializó. A causa del aumento de estudiantes y de la precariedad de las instalaciones, se compró y equipó un inmueble con el financiamiento de todas las familias involucradas. A este nuevo local se le llamó “Maison Familiale Rurale” (Casa Familiar Rural) y abrió sus puertas en noviembre del mismo año. En 1968, se le añadieron los términos “educación” y “orientación” para mostrar su capacidad de adaptación a las situaciones del medio rural, convirtiéndose así en “Casas Familiares Rurales de Educación y Orientación”.

David Baumann.
Presidente y Director Ejecutivo de ProRural.

¿Cómo llega al Perú?

En 1992, la Promotora de Obras Sociales y de Instrucción Popular (PROSIP) constituyó el Instituto Superior Técnico “Valle Grande” (Cañete), primera entidad educativa peruana que impartía la modalidad de la alternancia. En el 2000, el ingeniero David Baumann, miembro del comité directivo de PROSIP, observó la necesidad de implementarla a nivel secundario y fundó la asociación civil no gubernamental “ProRural”, con la cual constituyó dos años después los tres primeros Centros Rurales de Formación en Alternancia (CRFA); dos en Cusco (Muñapata y San Sebastián) y uno en Piura (Catacaos).

“La alternancia representó una iniciativa educativa realista y generadora de fuertes motivaciones en el alumnado. Al fusionar el espacio escolar con el espacio socio-económico, logró responder con equidad a las necesidades y expectativas de la educación secundaria en zonas rurales”, argumentó el Presidente y Director Ejecutivo de ProRural, David Baumann. A finales del 2002, la Oficina de Coordinación para el Desarrollo Educativo Rural (OCDER) del Minedu, tuvo conocimiento de esta experiencia y envió una comisión de profesores a los CRFA para conocer el mecanismo a profundidad.

En el 2004, a fin de elevar a política pública esta metodología, el Minedu en coordinación con las Direcciones Regionales de Educación (DRE) y las Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL), creó tres CRFA: Valle Arriba del Tambo (Cocachacra-Islay-Arequipa), San Antonio de Chipao (Chipao-Lucanas-Ayacucho) y Yarina Isla (Mazán-Maynas-Loreto). Cecilia del Solar, Directora General de la Dirección de Servicios de Educación Rural (DISER) del Minedu, manifestó que se apostó por la alternancia debido a que ProRural la había implementado en función a las solicitudes de las comunidades y se venían registrando avances considerables.

Cecilia del Solar.
Directora de la Dirección de Servicios de Educación Rural (DISER) del Ministerio de Educación


Metodología

Juan Carlos Umpiri, monitor del CRFA “Valle Arriba del Tambo” (Arequipa) desde el 2006 y escritor del libro “Crítica a la Alternancia Pura”, define la educación en alternancia como el proceso de aprendizaje que fusiona la práctica y la sistematización de la práctica. “El estudiante interactúa 15 días en situaciones reales del campo de acción donde ejercerá su profesión, y los otros 15 días sistematiza en la escuela el conocimiento adquirido en la práctica”, sintetizó.

Por su lado, David Baumann precisó que los CRFA trabajan en función a tres objetivos: formación humana, formación académica y formación técnico/productiva/ empresarial enfocada en el desarrollo de su comunidad. “Esta metodología no se limita a formar chicos emprendedores, sino a seres humanos con buenas cualidades, comunicación interpersonal y juicio crítico para no ser manipulados en la vida”, enfatizó.

En relación a la formación técnica, Umpiri manifestó que el sistema se lleva a cabo a través de determinadas técnicas denominadas “instrumentos de la alternancia”, las cuales se explican a continuación.

  1. El plan de estudios: es una guía de preguntas hecha por los alumnos para que durante la estadía en su comunidad, ellos entrevisten a personas relacionadas a su negocio familiar. Las respuestas obtenidas son consensuadas, contrastadas y sistematizadas con sus compañeros el primer día de clases de la siguiente quincena en la escuela.
  2. La visita de estudio: es un lugar relacionado con la unidad productiva familiar de los alumnos. Generalmente, esta visita se gestiona con instituciones y familias con negocios similares al de los estudiantes. Previamente, ellos con ayuda de su monitor hacen un listado de preguntas al dueño del lugar y de las respuestas hacen registros escritos, fotográficos o filmados.
  3. La tertulia con especialistas: es una conversación entre alumnos y una persona invitada a la escuela debido a su experiencia y sapiencia en un tema (relacionado a la unidad productiva del alumnado). De esta forma, se busca resolver dudas que quedaron pendientes en la visita de estudio y generar expectativas.
  4. Aprendizaje práctico: estrategia en la que los estudiantes deben aplicar la información recogida y llevarla a la práctica, elaborando un producto relacionado a su unidad productiva y luego vendiéndolo. Para ello se organizan y distribuyen gastos para comprar los insumos. Por ejemplo, en producciones de trigo se elaboraron donas, panes y alfajores. En cultivos de tomates o camote, se hicieron mermeladas.
  5. Curso técnico: con esta estrategia se sistematiza la información de la entrevista, visita, tertulia y aprendizaje práctico. Confronta al conocimiento empírico con el conocimiento científico, y conlleva a un resumen y conclusiones. Está a cargo del docente del área técnica y a veces es apoyado por algún colega con dominio en el tema. Cabe resaltar que los estudiantes de 1° a 4° de secundaria, ejecutan proyectos productivos que involucran a sus familias. Los de 5° de secundaria presentan planes de negocio sobre una actividad que podrían realizar o continuar luego de finalizar sus estudios. Ambas medidas promueven el emprendimiento, la innovación y la generación de ingresos.

El monitor

A los docentes que laboran en los CRFA se les denomina monitores. Este título se sustenta en que su trabajo no se limita al de un profesor de escuela convencional, pues ellos se desempeñan como profesionales de la producción y también realizan visitas a las familias de sus estudiantes durante la quincena que no están en las aulas. Juan Carlos Umpiri explicó que ellos “ejecutan tertulias reflexivas con ellos, fomentan un adecuado entorno psicológico, aconsejan y sugieren a las familias”. Es decir, esta es una labor dentro y fuera de la institución.

Sin embargo, toda propuesta innovadora suele implicar dificultades. Cecilia del Solar, consideró que el mayor obstáculo al inicio fue que no todos los docentes estaban calificados para ejercer esta metodología, los maestros eran los mismos de las escuelas convencionales y este factor perjudicaba considerablemente la tutoría y enseñanza. Empero, del Solar destacó que este año el tema de la capacitación está medianamente solucionado. “Hemos contratado a 20 “soportes técnicos” perfectamente capacitados en la alternancia de Lima y las regiones, que realizarán talleres de inducción a los monitores de las comunidades y apoyarán a las UGELES en las contrataciones”.

Juan Carlos Umpiri.
Monitor del CRFA “Valle Arriba del Tambo” (Arequipa).

Logros

Según data oficial de ProRural del 12 de junio del 2013, los egresados de sus 40 escuelas a nivel nacional eran 1277. De esta cantidad, el 52.05% continuó estudios terciarios (la mitad en un Instituto Superior Tecnológico, el 17.37% en una universidad y el resto en otras entidades). Asimismo, el 67.67% del total se puso a trabajar de manera dependiente o independiente (30.70% estaba ejecutando su plan de negocios, el 30.41% ya lo había hecho, el 5.85% le delegó la función a su familia y un 33.04% nunca lo hizo).

Hay dos CRFA particulares que registraron resultados bastante favorables.

  • Waynakunaq Yachaywasin (Occopata- Santiago-Cusco), va teniendo cinco promociones de egresados desde su creación. Muchos ex alumnos continuaron su educación superior en universidades e institutos superiores tecnológicos, 3 de ellos se desempeñan actualmente como monitores en otros CRFA y otros tantos desempeñan otras carreras profesionales en la región.
  • Hilda Yovera Juárez egresó en el 2008 del CRFA Las Capullanas, (Chato Grande- Cura Mori-Piura) e implementó su proyecto profesional de instalación de una tienda con ayuda económica de su mamá, hoy comercializa diversos productos en su localidad y ha logrado que su negocio crezca y tenga clientela fija.
CRFA Riqchariy Wayna (Región Cusco).
Fuente: www.uncrfap.org

 

Estos son solo dos ejemplos que demuestran que los resultados son positivos y que los estudiantes que egresan son capaces de crear, gestionar y hacer crecer su propio negocio, puesto que durante su educación combinaron el aprendizaje teórico con el práctico, y hoy pueden apoyar a sus familias o desempeñarse profesionalmente en otras ramas, incluida la docencia en la modalidad de la alternancia.

“A la fecha, son 73 CRFA las que hay en el país: 40 a cargo de ProRural, 27 a cargo del Minedu y 6 a cargo de “Adeas Qullana” (Asociación para el Desarrollo Andino). Asimismo, son 46 centros los que conforman la Unión Nacional de Centros Rurales de Formación en Alternancia del Perú (UN- CRFP), 40 a nuestro cargo y 6 de Adeas Qullana”, informó David Baumann. Estos 46 CRFA funcionan en doce regiones del Perú y acogen en conjunto a más de 3700 alumnos.

Alumnas del CRFA Riqchariy Wayna (Región Cusco).
Fuente: www.uncrfap.org

El convenio

Sin embargo, la directora de la DISER, indicó que el trabajo conjunto entre el Estado y una organización externa como Prorural implica dificultades. “El Minedu tiene normativas y procedimientos que no puede pasar por alto y eso es algo que muchas veces ProRural no comprende. Es ahí donde surge conflicto”, explicó. Bajo el marco de una ley que permite al gobierno entregar subvenciones a organizaciones, se viene gestionando un convenio para que ProRural tenga a su cargo el presupuesto, gestión, soporte técnico, monitoreo, evaluación, elaboración de materiales y contratación de personal auxiliar, de todos los CRFA. En lo que respecta a contratación de monitores en los CRFA del Minedu, la responsabilidad la seguirá teniendo la UGEL, pero ellos podrán ser veedores del proceso.

Pero esto no es fácil, se trata de un proceso largo que pasa por revisiones y ajustes en distintas instancias del ministerio, por lo que del Solar calculó que aproximadamente a mitad de año el convenio se oficializará. Independientemente de ello, el Minedu continúa trabajando conjuntamente con ProRural. “De todas las organizaciones con las que trabajamos, es ésta la que tiene mayor participación, pues ellos han sugerido a los soportes técnicos, los contenidos del taller de inducción, entre otras cosas”, sostuvo la representante de la DISER, acotando que el ministerio es y siempre será el ente rector, que genera las normas y supervisa que se cumplan, sin que ello signifique que se mantenga al margen del plan de ejecución.

La clave del éxito

La sinergia entre los actores involucrados (familia, docentes, director, sociedad y Estado) y la capacidad de adaptación de esta metodología a las distintas realidades locales, son dos factores clave para el éxito de la educación en alternancia, a criterio de Juan Carlos Umpiri. “Mientras el director esté en participación activa y concertada con el equipo docente, y los estudiantes organizados en un consejo estudiantil con verdadero protagonismo en la planificación y ejecución de las actividades de su formación, estaremos en muy buen camino”, manifestó.

Para complementar su idea, él cita parte de la tesis doctoral “Los Centros de Formación por Alternancia: Desarrollo de las Personas y de su Medio” de Pedro Puig-Calvó, en la que se postula que “comenzar con esta metodología puede resultar fácil, pero la validez de esta propuesta está en la continuidad, es decir, en garantizar el reconocimiento público, viabilidad y sostenibilidad en respuesta a problemas y necesidades”. Por lo que se entiende que no se debe ser rígido en los mecanismos, pues cada país, cada región y cada comunidad tienen su propio contexto. “Uno no debe conformarse con los esquemas binarios que pretenden explicar la alternancia como “escuela/trabajo”, “teoría/práctica”, “formación/empleo”, pues son esquemas reduccionistas a la alternancia. El nombre que me gustaría utilizar es alternancia interactiva”, remarcó Puig-Calvó.

David Baumann consideró un elemento primordial para que la educación en alternancia marche de maravillas, que exista una asociación conformada por los padres de familia y los campesinos de la comunidad, quienes así van a sentir la escuela como suya y para beneficio exclusivo de ellos. “Entendamos que la familia es la célula básica, pues ellos se encargan de la actividad productiva cuando el muchacho va a la escuela y son los que generan el entorno emocional favorable en ellos”, remarcó. Él está seguro de que son ellos los que deben tener la batuta, pero que la gente del gobierno aún no comprende esto del todo y no termina de respetarlos y tratarlos como personas que razonan y resuelven sus problemas. “La inclusión social también radica en que absolutamente todos tengan la capacidad de hacer y decidir sobre su futuro, sin que nadie externo venga a decirte cómo hacer las cosas”, agregó.

Al respecto, Umpiri coincidió con Baumann y acotó que «es básica la organización de los padres para involucrar a pobladores y autoridades locales en la educación de su pueblo. Para esto es necesario voluntad, compromiso y asistencia técnica permanente”, indicó. Se han dado casos en que los padres de familia se liberaron de responsabilidades económicas para con sus hijos durante los 15 días que permanecían en la escuela, dejando de trabajar y gastando el dinero en fiestas. “Ellos deben tener en cuenta que ninguna autoridad ni presupuesto son eternos y en algún momento puede colapsar”, sentenció Umpiri. Mientras que Baumann afirmó que hace falta una campaña de sensibilización profunda tanto en padres como en hijos por parte de los monitores, para evitar este tipo de situaciones.

Estas estrategias forman parte de la esencia de la educación en alternancia, pero bien podrían ser otras de acuerdo al contexto. Lo imprescindible siempre será la interacción entre la práctica y la sistematización de la misma.

Conclusión

Juan Carlos Umpiri, con la potestad que le da su experiencia como monitor bajo esta modalidad, pidió que el Estado, con la facultad de decisión que tiene, tenga voluntad política y le de a la educación en alternancia el reconocimiento legal y presupuestal para la implementación de infraestructura, dotación básica de alimentos, soporte logístico y técnico, entre otras acciones que harían posible su desarrollo óptimo. David Baumann coincidió en estos puntos y agregó que urge “una remuneración digna y capacitación permanente para los docentes, pero sobre todo, otorgarle funciones fundamentales, bajo un marco legal, a los padres de familia”.

Por su parte, Cecilia del Solar, alegó que el Minedu aún no registra los resultados que quisiera dentro de esta modalidad y que esto probablemente se deba a que el sistema de la alternancia no ha sido implementado de manera eficiente y articulada, como sí se ha hecho en otros países (Argentina, Brasil, Guatemala). “Los soportes técnicos ya son una realidad que mejorará mucho la situación. El convenio con Prorural, que le dará el sustento legal y económico para su injerencia casi total en las CRFA, ya está en proceso de aceptación. Con ello, la mejora se hará evidente”, culminó. “Esto representará un gran reto para nosotros, pero estamos dispuestos a asumirlo”, finiquitó Baumann.

El futuro del sistema de alternancia será determinante para este frágil sector del país, el cual en términos generales de educación ha venido registrando resultados lamentables. Una de las causas ha sido la falta de pertinencia con respecto a los contenidos y sistemas educativos. Y es que nos hemos demorado en comprender que cada realidad es distinta, que la educación es un factor al que también se le demanda adaptabilidad; y que hay comunidades que la necesitan pero como el complemento perfecto de su actividad productiva, ya que solo así va a ayudarlos considerablemente a surgir. He aquí la real esencia y motor de la alternancia en el Perú.




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