Por Stakeholders

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Un grupo aproximado de 200 indígenas de las etnias Harakmbut, Yine y Matsigenka arribó a la localidad de Salvación, capital de la provincia de Manu en la región de Madre de Dios el último lunes 26 del presente, la consigna fue la de desalojar al personal de la petrolera Hunt Oil, dando cumplimiento a la advertencia que lanzaran días antes a través del blog de la Federación Nativa del río Madre de Dios y afluentes (FENAMAD) (1).

 

En aquella oportunidad Adan Corisepa, daba un ultimátum a la empresa de hidrocarburos exhortándolos a que abandonaran la Reserva Comunal Amarakaeri (RCA), lugar en el que la norteamericana Hunt Oil viene realizando labores previas a la exploración de hidrocarburos desde el año 2007 en el Lote N° 76, ubicado en los límites de las regiones de Cusco, Puno y Madre de Dios.
El lote de hidrocarburos se superpone a la Reserva Comunal Amarakaeri, abarca una porción del Parque Nacional del Manu y su Zona de Amortiguamiento (ZA) y parte de la ZA del Parque Nacional Bahuaja Sonene, tres Áreas Naturales Protegidas (ANP) que se hallan dentro del Corredor de Conservación Vilcabamba Amboró, estrategia de conservación  que agrupa a Áreas Protegidas de Bolivia y Perú.
Más allá de la interrelación de la RCA con otras Áreas Protegidas, lo preocupante en este caso es el proceso previo a la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que permitió que Hunt Oil y Repsol pudieran desarrollar sus labores al interior de la reserva. Actas firmadas con poca representatividad y acuerdos incumplidos son el indicador de un proceso de negociación viciado que tiene hoy enfrentados a indígenas y a representantes de la empresa.
La FENAMAD se ha pronunciado en contra de la exploración de hidrocarburos en diferentes oportunidades y ha alcanzado un documento con observaciones técnicas al primer EIA presentado por la empresa. Por su parte, el Ejecutor del Contrato de Administración (ECA), representante de las Comunidades Nativas para la administración de la reserva, también ha mostrado su disconformidad ante la presencia de Hunt Oil en su territorio.
Asimismo, el Consejo Harakmbut, Yine y Matsigenka (COHARYIMA), instancia máxima de representación de las Comunidades Nativas de Madre de Dios (junto a FENAMAD) lo mismo, en ese contexto y aprovechando la aceptación de algunas comunidades, con quienes Hunt Oil negoció individualmente, las tensiones se han hecho más evidentes y pueden desencadenar en un conflicto de dramáticas consecuencias.
Desde el sábado 24, hasta hoy nativos de las ocho comunidades beneficiarias de la reserva se han apostado en Salvación exigiendo el cese de operaciones de Hunt Oil y se conforme una comisión de alto nivel conformada por los representantes de la Presidencia del Consejo de Ministros, Ministerio de Energía y Minas y el Ministerio del Ambiente, además de los ejecutivos de Hunt Oil.
En el lugar también se encuentran representantes de la Federación Agraria Departamental de Madre de Dios (FADEMAD) y las autoridades locales de Manu y Kosñipata quienes respaldan la protesta de las Comunidades Nativas. Hasta el momento sólo la Defensoría del Pueblo y la Policía Nacional del Perú -que ha reforzado su contingente policial- han tomado nota de la movilización.
En ese sentido, llama poderosamente la atención que el Gobierno Regional de Madre de Dios no se haya pronunciado hasta el momento y mantenga una posición, por decirlo menos, pasiva aún conociendo el conflicto generado. Asimismo, urge que se genere un mecanismo de diálogo para solucionar los puntos de divergencia entre Hunt Oil y las Comunidades Nativas.
Finalmente, ello no debe obviar la discusión de temas de fondo que tienen que ver con los mecanismos de negociación y consulta que se aplican para la realización de actividades extractivas en el país; este y otro tipo de conflictos podrían evitarse si se agiliza la dación de una Ley que reglamente el mecanismo de consulta previa, contenido en el Convenio Nº 169 de la OIT.
No es el único instrumento, pero es precisamente lo que FENAMAD, COHARYIMA y ECA reclaman, el no haber sido consultados debidamente para el otorgamiento de la concesión del lote de hidrocarburos y el hecho de que el lote se superponga a un Área Natural Protegida naciente de cuencas, que garantizan el suministro de agua y nutrientes a gran parte de la llanura amazónica.

 

Fuente:
Contenido:Noticia SER.
Imagen:Noticia SER.







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