Por Stakeholders

Lectura de:

Hans Rothgiesser
– Director Adjunto Grupo Stakeholders

Hace un año el Mincetur me invitó al lanzamiento de la campaña de promoción de Marca Perú que utilizaba la figura de extranjeros que en otro país tomaban elementos peruanos porque los reconocían como excepcionales. Este año, en cambio, la campaña que lanzó Mincetur parte de una premisa distinta: Los peruanos hemos trabajado duro y como resultado de eso tenemos productos que ofrecer al mundo. Entre los que se mencionan están el pisco, la gastronomía y el cine.

Éste es un giro interesante en varios sentidos. Para empezar, es el siguiente paso lógico en un proceso que se viene dando desde que se lanzó la famosa campaña de Perú Nebraska. En ese entonces, lo que se pretendía hacer era llevar del Perú a un punto en especial en el extranjero, que por azares del destino tenía un vínculo con nuestro país, elementos peruanos para convencerlos de que el Perú era interesante. Nada más.

No obstante, se planteaba como que lo que teníamos que ofrecer era algo anecdótico. Esto se hizo en un momento en particular en el que esto era lo mejor que se podía ofrecer en una campaña como ésta, la cual se apoyaba más bien en el reconocimiento de figuras mediáticas reconocibles, como el omnipresente Gastón Acurio o como el entonces emergente Carlos Alcántara.

De eso a ahora han pasado cinco años, pero mucho ha sucedido. La marca Perú se ha consolidado y ahora nos podemos dar el lujo de una campaña como la que presentó Mincetur recientemente sin que suene a chiste. Realmente estamos colocando pisco de altísima calidad en todo el mundo. Realmente estamos en un proceso de reinvención de los telares peruanos para que estén presentes en la moda internacional.

Realmente nuestro cine está saliendo del aletargamiento en el que se encontró por décadas. Cada uno de estos rubros se está desarrollando por su propio set de razones. Mincetur lo está capitalizando, como bien debería hacerlo. Ni qué decir del hecho de que todo esto es posible gracias a la continuidad que ha habido en el trabajo de este ministerio en especial.

Por supuesto que tiene sus tropiezos y falta mucho que recorrer aún, pero está en el camino correcto. No obstante, el trabajo que se inició en el gobierno de Toledo -cuando se vio como inevitable la negociación del acuerdo comercial que nos cambió la vida, el tratado de libre comercio con los Estados Unidos- y que continuó con el gobierno de Alan -cuando se hizo todo lo posible por implementar este acuerdo y negociar otros varios-, no continuó con el gobierno de Ollanta por el lado de la negociación de nuevos acuerdos -algo en lo que ciertamente se ha quedado varado-, sino por el lado de la promoción de nuestros productos en estos mercados.

Todo esto, a su vez, es una consecuencia de la transformación misma por la que ha pasado el país. Antes de esta apertura comercial al mundo lo común era que mes tras mes cada vez más peruanos se fueran a vivir al extranjero. No obstante, esto se comenzó a revertir con la consolidación del crecimiento económico. No es casualidad que si bien aún hay más peruanos al mes saliendo a vivir en el extranjero que los que regresan a vivir al Perú (casi 3 millones versus 3.2 millones anual en el 2015), el ratio al cual está creciendo la primera categoría es menor que el de la segunda.

Esperemos, pues, que lo que nos tiene preparado el ministro Eduardo Ferreyros para el Mincetur sea más continuidad. Y digo esto como lo que es en este caso: Algo bueno.







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