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Emprendimientos peruanos: Claves para su formalización

Por Stakeholders

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Emprender negocios representa una enorme oportunidad para el progreso de los peruanos y los sectores comerciales. Sin embargo, se requieren que estén dentro de los cauces de la formalidad para asegurar su éxito en los mercados, espacios donde las nuevas tecnologías, por ejemplo, potencian su crecimiento.

POR RENZO ROJAS
rrojas@stakeholders.com.pe

Emprender, según el diccionario de la Real Academia Española, significa “acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. En la actualidad, los emprendimientos forman parte importante de la economía de un país y reflejan mucho de la idiosincrasia de sus habitantes. Por lo tanto, enrumbar el desenvolvimiento de estos por el sendero de la formalidad y de la responsabilidad, es esencial en el crecimiento económico para un posterior desarrollo económico.

Javier Salinas,
Director del Centro de Emprendimiento e Innovación de la Universidad del Pacífico (UP)

El Perú es uno de los países con una gran cantidad de emprendedores. De acuerdo a un estudio del Global Entrepreneurship Monitor Perú desarrollado por la Universidad ESAN, aproximadamente 1 de cada de 4 peruanos mayores de edad se encuentran emprendiendo un negocio, dato que refuerza que el Perú es el quinto país con actividad emprendedora a nivel mundial. Javier Salinas, director del Centro de Emprendimiento e Innovación de la Universidad del Pacífico (UP), conversó con Stakeholders sobre algunos rasgos que distingue al emprendedor moderno.

 “Uno es el emprendedor tradicional (por necesidad), que prácticamente no existe en la actualidad, y el otro es el emprendedor por oportunidad. En general, es una persona que se caracteriza por tener una visión distinta  a los demás para hacer las cosas, y que tiene en mente una propuesta que va a mejorar y va a impactar en el bienestar de las personas, y por supuesto de él mismo”, explicó.

La visión que tiene el emprendedor de su realidad es esencial. Y en esto, Salinas agregó que para el éxito de los emprendimientos conjugan muchos factores, entre los cuales figuran elementos como la innovación, el modelo de negocio, la oportunidad del lanzamiento, etc. No obstante, la formalidad tiene un papel más que importante. Diego de la Torre, presidente del Directorio de La Viga y de la Red Perú Pacto Global, abordó esto último.

“Distribuir la  riqueza es muy importante, pero hay que generarla primero y para eso tienes que crear una cultura emprendedora. En ese sentido, en el Perú se han logrado muchas cosas, como reducir la pobreza. Sin embargo, el gran ‘elefante’ en el clóset es la informalidad, ese es el gran problema. Antes tú podías explicar la informalidad a partir de que había mucha pobreza, ahora ya no”, sostuvo.

Al 2018, el 75 % de las más de 9 millones de empresas peruanas fueron informales, según informó el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (Iedep) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL). Esta estadística, que proviene de la data que maneja el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), significa que más de 7 millones de empresas no se encuentran debidamente constituidas (Ver cuadro 1). De esta manera, disminuir la tasa de informalidad desde los emprendimientos resulta clave para el desarrollo del Perú.

Nuevas tecnologías y centennials

Las nuevas tecnologías han irrumpido, en algunos casos, en la vida de las personas y sus negocios sorpresivamente. La actividad emprendedora no es una excepción en este escenario y las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) representan una enorme oportunidad para la rentabilidad de los emprendimientos y, por supuesto, su imprescindible formalización. En ese sentido, las nuevas generaciones también van a la par de estas tecnologías y propician el aprovechamiento de toda su potencialidad. El director del Centro de Emprendimiento e Innovación de la UP subrayó el alcance de este acápite para combatir la informalidad.

Diego de la Torre,
Presidente del Directorio de La Viga y de la Red Perú Pacto Global

“Estamos presenciando en el mundo, en el Perú especialmente, el cambio generacional, ya no de los millennials, sino de la siguiente generación que son los centenials. Por otro ladola adopción de tecnologías inmediatas hace que exista una gran demanda para que se digitalicen los productos y servicios, por lo que necesariamente este escenario nos llevará a un mundo formal. Por ejemplo, en el mundo digital hay que realizar pagos, y esto nos lleva necesariamente a un banco. El Perú es un país en el que el efectivo es muy importante, pero estos elementos tecnológicos nos van a ayudar rápidamente a reducir la informalidad en el país, esto pasa en el mundo”, refirió.

Un comentario más referido al papel del Estado en relación al uso de las tecnologías, y en el que la excesiva tramitología figura como una de las causas de la alta tasa de informalización, lo hizo Diego de la Torre. Las TIC aplicadas a la administración pública (e-government), en los distintos bienes y servicios que el Gobierno puede ofrecer, permite a que los procesos de formalización se caractericen de una mayor eficiencia y rapidez.

“Las TIC y la digitalización del Estado peruano son, en mi opinión, las mejores armas para formalizar la economía y la sociedad peruana. Se reducirían los trámites surrealistas y la corrupción. Como decía anteriormente, los gremios empresariales debemos exigir al Estado que se digitalice para fomentar la eficiencia, la ampliación de la base tributaria y sobre todo, facilitar la creación de empresas formales y hacer sencilla, intuitiva, fácil y sin corrupción la interacción con las autoridades del Estado”, indicó.

No cabe duda del fundamental rol de las nuevas tecnologías en los emprendimientos. Según Statista, empresa proveedora de estadísticas y datos sobre los mercados y los consumidores, aproximadamente 2000 millones de personas adquirirán productos y servicios durante el 2019 en el planeta. Este dato pone en evidencia la necesidad de que los emprendimientos se vinculen a las TIC dentro de los márgenes de la formalización, para asegurar su existencia y éxito.

No obstante, y para profundizar un poco más en este punto, Salinas compartió otra perspectiva en el tema de la desmesurada burocracia. Para él, si bien es imperante agilizar los papeleos en la constitución de las nuevas empresas, la formalización va más allá y se logra más desde la voluntad de quien pretende ser un empresario.

“Eso ayudaría (disminuir la complicada tramitología), pero no es un elemento que decide si es formal o no. El que quiere ser formal y forma una empresa hoy lo puede hacer en diez días con RUC y todo. El que quiere ser formal lo va hacer. No considero que eso sea un aspecto fundamental para que decida formalizarse. Pero si hay que reducir ciertos trámites, burocracia, etc”, departió.

Sinergias empresariales

Los sectores comerciales se pueden fortalecer a través de la formalización de los emprendimientos. Asimismo, estos pueden beneficiarse si los emprendimientos de distintos rubros logran vincularse para, por ejemplo, agilizar procesos de pagos, financiamientos, reducción de costos en inversión y más. Salinas señaló lo esencial que es que la variedad de negocios hallen apoyo entre ellos para su desarrollo.

“Los emprendimientos entre sí se van apoyando y complementando. Por ejemplo, una plataforma de pago ayuda a una de turismo o de moda. Plataformas que buscan soluciones en el sector minero, en problemas de soluciones de proveedores – emprendedores, cuando hacen match se presentan y ahí un emprendedor apoya a otros. Siempre hay una complementación entre emprendedores de distintos sectores y verticales. (…) Gastronomía, hotelería, moda, etc., todas son hoy complementadas por servicios de cambio de dólar, códigos. Siempre hay una complementación y creo que esto es natural”, manifestó.

Lo que en el fondo yace no solo es la articulación de negocios, sino también la de una conexión de ideas, que a la vez fomentan nuevos modelos producidos por el intercambio de conocimientos interdisciplinares. El presidente de la Red Perú Pacto Global tiene la certeza sobre esto, y da un ejemplo claro del nivel de ventajas a los que se pueden llegar en estas interrelaciones.

“En otros países, es común que las startups (emprendimientos innovadores) se junten. Cuando visité Silicon Valley, Estados Unidos, en el 2009 y 2010 estuve en un campamento gigantesco de 500 startups que compartían oficinas, abogados y contadores. También conversaban mucho entre ellos. Era común ver a un físico de partículas conversar con un startup que producía chocolate acerca de cómo modelar matemáticamente la cristalización del chocolate de tal manera que cuando se ponga en contacto con nuestra boca detone mejor el sabor”, expresó.

En el Perú, también hay ejemplos de este tipo de articulaciones. En esa línea, Diego de la Torre añadió un caso en el cual la formalización ha sido clave para la expansión de los  emprendimientos. “Pensemos en un clúster de calzado o de producción de muebles. He sido testigo de cómo se ha desarrollado el sector de muebles en Villa el Salvador (VES). Recuerdo que hace poco un grupo de empresarios de VES le pedía a la embajadora de Suecia que cuando IKEA (empresa sueca) venga a Perú los ayude a conectarse con sus directivos para explorar una alianza estratégica. Agruparse los ha ayudado a formalizarse y pensar en grande. Las sinergias son evidentes”.

¿Cómo promover una buena cultura de emprendimiento?

No hay otra opción para el éxito de un emprendimiento que el camino de la formalización; es decir, la de una buena cultura. Las razones implican las condiciones en las que en pleno siglo XXI los mercados se desenvuelven, caracterizados notablemente por la inmediatez de la información y las formas de comunicación. Algo en lo que Marshall McLuhan, científico social canadiense, se adelantó el siglo pasado con su obra “La galaxia Gutenberg” (1962). No obstante, en este contexto, de ventajas y también de desventajas, una interrogante necesaria es la que precede a este párrafo. El presidente de la Red Perú Pacto Global la abordó.

“Haciendo sexy y atractiva la formalidad. Asimismo, fortalecer una cultura del éxito dentro de un contexto de responsabilidad social y ambiental. La única manera de conectarse con los mercados globales es siendo formal y desarrollando activos intangibles como la capacidad para innovar, integridad, motivación de los colaboradores, capital intelectual y sobre todo, un sentido de propósito en la empresa donde se logre que gracias a su existencia la sociedad esté mejor. Para poder crecer y dejar de ser una micro y pequeña empresa es indispensable conectarse (contratar) con empresas formales medianas y grandes”.

Una de las acciones en la consecución de una buena cultura de emprendimiento es  la que, por ejemplo, la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT) realiza para fomentar la formalización. Emprender SUNAT es una plataforma en la que los que desean emprender un negocio encuentran información de diversa índole en el tema. Incluso cuentan con la APP Emprender para propiciar la formación de las Micro y Pequeñas Empresas (Mypes).

Por otro lado, están los financiamientos que el Estado brinda a las distintas iniciativas para apoyarlas en su inicio y posterior desarrollo. El acceso a estos se logra a través de la participación en concursos que cuentan con parámetros para la selección de los ganadores. Entonces, bajo estas premisas queda claro que la formalidad es el derrotero para el éxito de los peruanos y sus negocios. La mejor opción. El director del Centro de Emprendimiento e Innovación de la UP se refirió al respecto.

“El startup sabe que hoy hay mayores beneficios en ser formal, en la medida que ello se dé, va a tener acceso a los programas del Estado como Startup Perú, Innovaté, Concytec, por ejemplo. Si es informal no va a recibir financiamiento y el Estado viene proporcionando esto, ya que ha llegado a entregar cantidades de 150 mil soles hasta 500 mil soles. Los emprendedores que saben de esto son conscientes que hay ventajas en ser formal. También saben que estar conectados a un mundo digital, es estarlo a uno de beneficios”, subrayó.

Los emprendimientos peruanos deben tener el sello de la formalidad para su beneficio y el de los distintos grupos del mercado. Están las nuevas tecnologías, las articulaciones entre negocios, las propuestas de las autoridades del Estado y, aún más importante, la férrea voluntad de cada peruano y peruana para salir adelante. A menos de dos años para el Bicentenario de la Independencia, fortalecer la economía del Perú mediante la formalización de los emprendimientos es vital.

 




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