Por Stakeholders

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Miriam Cabezas, empezó su carrera de docente en la provincia de Andahuaylas en la región Apurímac desde hace 15 años, nunca pensó en estudiar educación, según ella, fue llevada por la rama docente casi por obligación pero dentro de los estudios, se dio cuenta que era su vocación y que sólo educando a los niños y niñas puede lograr grandes cambios en su comunidad.

Entre el 2012 y 2016 Save the Children, junto con la asociación Kallpa, implementó el programa «Leer Juntos, Aprender Juntos» financiado por USAID, el cual es parte de la iniciativa “Literacy Boost” fomentada a nivel mundial. El objetivo del programa es capacitar a docentes en metodologías y estrategias innovadoras para la adquisición y mejora de lectura en niños y niñas. Miriam participó como parte del equipo de especialistas en su comunidad y decidió utilizar los conocimientos y aprendizajes adquiridos a lo largo de los últimos 3 años, como estrategias en su escuela. Ella lo menciona así:

“Como trabajé en el programa ‘Leer Juntos, Aprender Juntos’ de Save the Children habíamos adquirido estrategias que (…) posteriormente implementé en mi escuela. Al principio fue difícil (…) pero fue un trabajo en conjunto”.

Las estrategias que realizó de acuerdo a la metodología de Save the Children fueron: campamentos de lectura, rincones de lectura, amigos de lectura, bancos de lectura (al que se denominó biblioteca móvil) y las reuniones con padres; esto, unido al compromiso y la mejora en las prácticas docentes, logran que los niños y niñas mejoren su lectura y escritura.

Con algo de temor, pero segura de querer compartir su experiencia, Miriam se inscribió este año en el concurso “El maestro que deja huella”, iniciativa social promovida por la empresa privada Interbank y respaldada por el Ministerio de Educación para reconocer el esfuerzo y la innovación del maestro peruano. Armó un proyecto en base a la metodología aprendida con Save the Children y lo denominó “Ñawinchasu: Aprendiendo a leer”, con el que compitió contra otros 1,200 docentes a nivel nacional y resultó ganadora.

Como persona, se siente muy contenta de haber obtenido el premio, pero como docente reconoce que el trabajo que desempeña requiere mucho esfuerzo. Ella está dispuesta a continuar su labor para que los niños y niñas de Andahuaylas tengan las mismas oportunidades y estén preparados ante cualquier situación. Su mensaje final es:

“Yo sé que hay muchos maestros que dejan huella a nivel nacional, solo que muchas veces no nos animamos a compartirlos (…) sólo hay que atreverse a compartir nuestras experiencias como docentes”







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