Por Stakeholders

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Por: Mg. Isabel Zegarra Barraza
Directora de ROS Executive Education

En el mes internacional de la mujer seguimos siendo testigos de índices elevados de violencia: mujeres asesinadas, tentativas de feminicidios, hostigamiento sexual y virtual, los fallos del poder judicial reflejan a jueces que no logran “acreditar” las intenciones de los agresores, quienes ahora buscan nuevas víctimas. De acuerdo con la fundación Thomson Reuters (2017) Lima es la quinta ciudad más peligrosa del mundo para mujeres; como país según INEI casi 70% de las mujeres sufren violencia por sus parejas. El Estado peruano debe enfrentar estas cifras desalentadoras con mayor determinación y un riguroso método de medición para el cumplimiento del Plan Nacional Contra la Violencia de Género 2016 –  2021 del MIMP. Desde la mirada empresarial, sólo algunas organizaciones han tomado en serio la problemática, teniendo en cuenta que como “Stakeholders” o actores pertinentes en la sociedad deben intervenir de acuerdo con su misión, visión y valores establecidos.

Mg. Isabel Zegarra Barraza
Especialista en Educación Ejecutiva
Directora de ROS Executive Education

Para ese fin, la empresa podría contactar con algunas asociaciones con perspectiva global y local, preocupadas por la violencia de género y que promueven la productividad y empoderamiento de mujeres como OWIT (Organización de Empresarias y profesionales líderes), Aequales (Quien ha elaborado el ranking de equidad de género), Emulies (Mujeres líderes en Educación Superior), Pro Mujer, Flora Tristán o Universidades de la región que tengan centros de investigación para el Liderazgo femenino con estudios confiables a todo nivel, estas entidades están en la posibilidad de realizar orientación y consejería a las empresas para que en conjunto puedan diseñar estrategias, capacitación, supervisar la ejecución o planes de acción siempre adecuados a la finalidad real.

Finalmente, los medios de comunicación en su labor también responsable podrían reconocer públicamente a las organizaciones que han contribuido en reducir estadísticas de violencia en la comunidad, marcas que tendrían un “branding” positivo y quienes posteriormente tendrían un buen retorno de marketing social motivando a otros Stakeholders. El propósito es que tanto empresas como sus ejecutivos se conviertan en agentes de cambio que contribuyan a un país libre de violencia.







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