Por Stakeholders

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Por: Verónica Gálmez
Coordinadora de Incidencia del Programa Bosques Andinos – Helvetas Swiss Intercooperation

La semana pasada participé en el primer foro global de economía circular organizado en Helsinki por el gobierno de Finlandia aprovechando la conmemoración de sus 100 años como nación. SITRA, el Fondo de Innovación Finlandés tuvo el encargo de la organización y convocatoria de más de 1500 participantes de 95 países, incluyendo representantes de instituciones de los estados y políticos. Más allá del networking, el objetivo del evento fue presentar casos y experiencias que contribuyan a que los países y grupos de actores tengan alternativas diversas para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible con base en propuestas que releven el enfoque de la economía circular mediante acciones concretas desde lo tecnológico y financiero hasta modificaciones normativas y de política tanto en el ámbito nacional como el internacional.

El punto de partida para entender las propuestas basadas en la economía circular es reconocer que la actual economía – llámese lineal o take-make-waste – se basa en un sistema de producción insostenible con patrones de consumo y de operaciones que no son viables en el largo plazo; la mayoría de ellos sustentados en el capital natural. Es así que la economía circular reta a los modelos actuales de producción y de negocios mediante soluciones innovadoras que permitan reconocer que los recursos que sustentan la producción y los negocios son limitados; y que también lo es la capacidad para disponer los residuos o desechos de la producción. En sí, el enfoque de la economía circular recoge elementos que ya se vienen discutiendo y tratando hace varios años; pero además permite enmarcarlos bajo el paraguas del nuevo marco internacional del desarrollo sostenible y la comprensión sobre los niveles de interdependencia necesarios y alcanzados entre la sociedad y la naturaleza.

¿Y qué lleva a repensar en este nuevo enfoque de la economía? Que los niveles actuales de consumo son causas directas del crecimiento; que los países desarrollados consumen diez veces más que los países más pobres; que desde el 2000 la eficiencia en el uso de materiales ha decaído; que la economía global requiere más materiales por unidad de PBI; y que los niveles de bienestar alcanzados por algunos países industrializados no pueden ser generalizados sobre la base de un mismo sistema de producción y consumo. Es así que en países desarrollados, el modelo de la abundancia está siendo cuestionado, y este nuevo comportamiento demanda nuevos requerimientos, basados en nuevas formas de valor sistémico para lograr el éxito. Aquí, la sostenibilidad, la investigación y la innovación son parte crucial para crear estas nuevas fórmulas de éxito.

Verónica Gálmez

¿Qué rol juegan los bosques en la economía circular? Los bosques son fuente importante de recursos renovables y tienen el potencial de mitigar cerca del 13% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y son clave para la resiliencia en términos de provisión de servicios ecosistémicos (biodiversidad, agua, suelos). Los países nórdicos están promoviendo el uso de madera de bosques bien manejados para la construcción de viviendas en zonas urbanas, estimando que con ello podrían evitar la emisión de 2 toneladas de CO2 por cada tonelada de cemento que es reemplazado; y que si las viviendas fueran construidas al menos en 50% con madera, se podría compensar la totalidad de las emisiones del sector cementero. Hoy en día se usan recursos de los bosques para crear nuevos productos para la industria textil con base en fibras resistentes; así como para soluciones energéticas, de empaquetado, entre otros. El potencial de utilización y reutilización de materiales basados en recursos maderables y no maderables bajo el supuesto del manejo sostenible de los bosques y plantaciones, está inundando con innovaciones el mercado europeo; y ello abre nuevas posibilidades para países con grandes extensiones de bosques como Perú.

Si bien el enfoque de la economía circular representa un enorme reto para su aterrizaje en países en desarrollo; presenta también oportunidades para repensar modelos actuales de aprovechamiento que a la larga son insostenibles. Las exportaciones juegan un rol importante en la forma de uso y consumo de los recursos naturales y ello es una oportunidad para optimizar procesos industriales sobre la base de modelos que reconozcan el valor del capital natural del cual dependen. Es así que los incentivos, las regulaciones y otros instrumentos promotores desde el Estado y desde el sector privado pueden ser motores de cambio. De otro lado, si bien el mercado en sí mismo no es la solución, al ser el espacio de participación de pro-ductores y consumidores, ofrece un campo de oportunidades para motivar el cambio, lo cual puede abrir espacio para la innovación desde las pequeñas y medianas empresas.

A propósito del Foro Global de Economía Circular, el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) lanzó la prime-ra guía para CEOs sobre economía circular, reconociendo que ésta representa una oportunidad de US$ 4.5 tri-llones en negocios sostenibles; y que la transición hacia una economía circular podría catalizar grandes cambios transformacionales en cuanto a lo económi-co, social y ambiental. La guía muestra por qué las empresas están tendiendo por la economía circular, así como los riesgos de la inacción. En la guía, algunas empresas se muestran como modelos para la transición hacia una economía circular; tales como: BASF, DSM, TATA, Philips, Patagonia, Unilever, Stora Enso, Danone, IFF, Solvay, entre otros. Esta guía no muestra únicamente un llamado a la acción, sino también evidencias del cambio.

 







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