Por Stakeholders

Lectura de:

Carmen Ramírez – Voluntarios de las Naciones Unidas Perú

“Me gustaría movilizar unos 300 voluntarios para una actividad de remoción de escombros en la zona afectada ¿podrás a través de tus redes conseguirme esta cantidad de voluntarios para mañana?”. Probablemente sí, pero no se trata de eso.

En el Perú existe un ecosistema de voluntariado cada vez más organizado que puede representar un medio estratégico para contribuir no solo a la respuesta ante desastres sino, en toda su amplitud, a la gestión del riesgo de desastres.

En la emergencia causada por el Fenómeno del Niño Costero pudimos comprobar la importancia que la acción del voluntariado organizado tuvo en la gestión de centros de acopio de donaciones, limpieza de terrenos, atención directa a damnificados y afectados, entre otros ámbitos.

Más allá del voluntariado espontáneo, el Perú cuenta con entidades que invierten en voluntariado desde hace varios años. Las ONGs, universidades, empresas, asociaciones juveniles, organismos de cooperación internacional, entre otros, han desarrollado valiosas iniciativas de voluntariado que deberían ser más visibles pues evidenciaron su capacidad para liderar procesos de gestión de personas y movilización de perfiles con competencias y habilidades diferenciadas, que de manera voluntaria, contribuyan a planes para atender una emergencia.

Queda como tarea pendiente fortalecer y capitalizar el aparato ya existente de entidades con capacidad de liderar procesos de gestión de voluntariado con todo lo que ello implica: convocatoria, selección de los mejores perfiles, definición de protocolos de intervención, capacitación, monitoreo de indicadores de desempeño e impacto en voluntarios y comunidades.

Muchas de estas entidades ya se encuentran articuladas en la Red Soy Voluntario, espacio que les permite el encuentro, diálogo y acción conjunta para transversalizar voluntariado en las estrategias de desarrollo sostenible del país y que, desde sus orígenes, es facilitada por el Programa de Voluntarios de las Naciones Unidas en Perú, como parte de nuestra misión por promover voluntariado en los países.

Consideramos fundamental que en el plan para la “Reconstrucción con Cambios”, que propone acciones para los próximos tres años, se fortalezcan los mecanismos para un voluntariado organizado en los procesos de implementación y veeduría. El voluntariado, planificado y organizado, resulta un medio poderoso para dar soporte al Estado y ser el puente que promueva una ciudadanía activa, responsable y comprometida.

Por su parte, motivamos a las entidades de voluntariado a realizar una autorreflexión sobre sus capacidades y motivaciones para aportar de una manera más significativa y continuada a la gestión del riesgo de desastres, enfocando su contribución no solo en la respuesta a emergencias, sino también en los procesos de preparación, recuperación y promoción de una cultura de prevención. Además, es fundamental garantizar que toda intervención voluntaria respete la organización comunal, contribuya al fortalecimiento de la institucionalidad del Estado y al empoderamiento de los liderazgos locales.

Miremos al desastre como oportunidad y fortalezcamos los mecanismos de diálogo y articulación entre las organizaciones de voluntariado, la Red Humanitaria Nacional y el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (SINAGERD).

Promover el involucramiento activo de la ciudadanía en la Gestión de Riesgos de Desastres teniendo como aliado estratégico a las organizaciones de voluntariado también hace parte de promover una verdadera “reconstrucción con cambios”.







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